miércoles, 19 de junio de 2019

Los mensajes de la materia viva
 D.Antón

 Las ondas electromagnéticas
Desde sus orígenes, y a través de varios miles de millones de años de evolución, la vida utilizó todos los recursos materiales y energéticos disponibles y relevantes para optimizar su sobrevivencia.
Ello incluye todas las fuentes accesibles de sustancias útiles y de fenómenos energéticos de variada índole. Una de las manifestaciones energéticas vitales más importantes son las ondas electromagnéticas.
La radiación solar se expresa sobre todo por medio de las ondas electromagnéticas luminosas (con una longitud de onda que varía entre 3500 y 7000 angstroms).
Los organismos vivos tienden a utilizar principalmente toda la luz como forma de comunicación con el ambiente. En las zonas iluminadas del planeta, los organismos han desarrollado características relacionadas con la reflexiòn de la luz (colores), mientras que en los ambientes oscuros, más bien han gnerado sistemas de emisión luminosa (por ejemplo la luminiscencia de las noctilucas, medusas y luciérnagas).
Las ondas luminosas no son las únicas modalidades energéticas utilizadas por la materia viva. Sabemos que existen muchas otras aunque probablemente la mayor parte no hayan sido identificadas todavía.

Las funciones misteriosas del ADN
Solamente un 3% del ADN contiene información genética susceptible de ser utilizada por el ARN o para la reproducción. El 97% restante está constituido por secciones (“frases”) cíclicas y repetidas que no parecen almacenar información (también llamados «intrones»). No se sabe con certeza cual es la razón de esta aparente dilapidación de recursos.
Se han sugerido varias posibilidades. Una hipotética función, adelantada por algunos autores sería darle solidez o estabilidad a la estructura molecular.
Una segunda posibilidad, sugerida por Narby en su libro “La Serpiente Cósmica”, es una hipotètica función transmisora-receptora de ondas electro-magnéticas.
Otra función posible, es que dichos segmentos del ADN sean «programas para instalar programas» que permitirían señalar caminos para la evolución futura de cada especie.
Finalmente, es posible que estos «intrones» no cumplan ninguna funciòn predeterminada, sino que correspondan a información genética inutilizada de origen extraplanetario incorporada en diferentes momentos de la historia geològica-astronòmica del planeta tal como sostiene Brig Klyce y otros propulsores de la teoría de los «Ancestros Cósmicos».

Las bolsas de agua de la vida
Los organismos vivos más simples (por ejemplo, las bacterias) y los componentes celulares de los organismos complejos están formados por tres elementos principales contenidos en una pequeña “bolsa de agua” en la cual se desarrollan las funciones vitales.
El primero de ellos es una larguísima molécula (mil millones de veces más larga que ancha) que contiene todas las instrucciones para la formación, funcionamiento y reproducción del organismo.
Estas instrucciones están escritas en un lenguaje de 4 letras que los científicos, para su comodidad, han denominado A, G, C y T.
Esta molécula alargadísima está constituida en realidad por dos mitades homólogas y complementarias con la forma de una doble hélice que solamente se separa en sus dos componentes en el momento de la reproducción.
El segundo elemento es una molécula mensajera que es capaz de leer los mensajes y crear, a partir de ellos, una enorme diversidad de moléculas orgánicas, generalmente conocidas con el nombre de proteinas.
Éstas constituyen el tercer elemento de la cadena vital. Tienen una arquitectura básica codificada a través de secuencias específicas de decenas a cientos de componentes más pequeños llamados “aminoácidos”.
Hay 20 aminoácidos principales con los cuales se pueden construir millones de proteinas diferentes adaptadas a las diversas funciones vitales de los organismos.
Cada proteina puede estar formada por 200 de estos componentes (aminoácidos) y su especificidad está determinada por el ordenamiento espacial de los veinte componentes constitutivos.
En definitiva, el funcionamiento y reproducción de los organismos más simples y las células de los organismos más complejos están dirigidos por un complejo de instrucciones contenidas en una molécula con la forma de doble hélice (el ADN), que son leidas y transportadas por una molécula mensajera (el ARN)17 para su posterior traducción a un código “proteínico” de 20 letras (aminoácidos), a partir de la cual se produce la construcción efectiva de las moléculas requeridas.
Todos estos componentes y actividades ocurren en un microambiente acuoso que es mantenido dentro de ciertas condiciones físicas y de composición.
Para ello el microorganismo o célula lleva a cabo intercambios regulares de materia o energía con el medio que lo rodea.,
Estos sistemas acuáticos semicerrados y autónomos de condiciones controladas se llaman “vida”.

Los mensajes de las plantas
¿Qué información trasmiten las plantas a través de sus señales químicas y/o electromagnéticas?
En la mayor parte de los casos no lo comprendemos en forma cabal. En general, el paradigma científico reinante se resiste a aceptar estas capacidades comunicativas a distancia de las plantas.
Sin embargo, existen numerosas experiencias de larga data incorporadas en las culturas tradicionales que muestran serios indicios de que ello ocurre, y que hay formas de recibir dichas comunicaciones directamente.
Es posible que las visiones producidas por las plantas sicoactivas no sean más que mensajes interespecíficos generados en la profundidad de la estructura molecular del ADN de las células vegetales y las reacciones a ellas de nuestras propias células. Probablemente las “alucinaciones” sean la traducción cerebral de los complejos códigos utilizados por las plantas para comunicarse con su entorno.

Esta posibilidad no debe ser tomada a la ligera.
Durante cientos de millones de años las plantas evolucionaron para sobrevivir mejor en este mundo.
Ello implicó competir, pero también, y sobre todo, coordinar.
Un árbol debe saber que aquella enredadera cercana puede ayudarlo atrayendo los insectos apropiados. Una forma de enterarse es a través de un largo y engorroso proceso de selección natural. Los árboles que combatan o se desembaracen de estas enredaderas beneficiosas no lograrán reproducirse.
Pero puede, y seguramente existe, otra manera de proporcionar u obtener la información necesaria inmediatemente, sin necesidad de que pasen muchísimas generaciones: las modulaciones electromagnéticas invisibles de los millones de quilómetros de ADN que contienen los tejidos de las plantas.
No es sensato subestimar la capacidad que tiene la vida de aprovechar todos los recursos a su alcance. Habría que empezar a escuchar con atención las señales de que nos envían las selvas y praderas. Además de los colores, melodías y aromas, existen muchos mensajes más, una verdadera sinfonía de ondas que emergen día y noche de todos los ecosistemas de la tierra.
Los secretos de la naturaleza no se esconden. Están allí, proclamados a los cuatro vientos y corrientes por los millones de seres que la pueblan.
Para comprenderlos sólo hay que prestarles atención.
En ellos están las respuestas.


De "Pueblos, Drogas y Serpientes", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
Blog in English: daniloanton-en.blogspot.com
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