viernes, 6 de octubre de 2017

¿Inesperado? 

El Rey Salman bin Abdul Aziz  de Arabia Saudita, está de visita en Moscú a todo lujo (como es su costumbre). 
Es la primera vez en la historia que un rey saudita viaja a Rusia. 

Ni Moscú ni Arabia escatiman gastos para asegurar la comodidad lujosísima de la numerosa delegación de 1,500 personas que acompañan al rey. 
Arabia Saudita y Rusia firmarán varios acuerdos económicos que incluyen inversiones sauditas en 
proyectos de infraestructura en Rusia, compra por el reino árabe de más de 10,,000 millones en material militar ruso y asuntos comerciales de mutuo interés con el Primer Ministro ruso Dmitry Medvedev.
El jefe de estado árabe reservó el Four Seasons Moscú y el Ritz Carlton en preparación de las discusiones.
Luego de llegar el rey se reunió con el jefe de estado ruso Vladimir Putín indicando una atmósfera extrañamente corial entre ambos gobernantes.Por supuesto, influye en esta bizarra sociedad el hecho de que ambos países son los dos principales productores de petróleo en el mundo y necesitan el uno del otro para defender los niveles de precios de los hidrocarburos.
A pesar de sus gigantescas inversiones en el presupuesto de defensa y la dispersión de sus bases en todo el mundo, los EEUU, que han sido hasta ahora uno de los principales aliados estratégicos de Arabia Saudita, continúan perdiendo su protagonismo en la geopolítica del Medio Oriente. 

Parece que Vladimir Putín ha anotado otro tanto.

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