Los “turcos” sirio-libaneses
Cuando Abdul era todavía un niño la familia se trasladó a Aleppo que en ese entonces era una de las ciudades más importantes del Medio Oriente y se encontraba bajo control turco.
En el souk de Aleppo y con la ayuda de su familia, Kamal se dedicaba a vender cueros que traía desde As-Sukhna a lo que agregaban diversos productos locales del este de Siria como tejidos de lana de oveja y artesanías de cerámica y cobre.
Abdul, sus tres hermanos y su madre colaboraban atendiendo la pequeña tienda. Era un tiempo en que Aleppo conocía un auge económico que permitía la prosperidad de muchas familias que habían emigrado desde las tierras áridas del este del país
Sin embargo, la calma no habría de durar mucho tiempo.
Por esa época el Imperio Otomano estaba sufriendo una grave crisis debido a la guerra que había comenzado en Europa hacía algunos meses.
El conflicto comenzó a notarse en la ciudad. Si bien las acciones militares habían tenido lugar en sitios alejados se comprobaba la escasez de algunos productos.
Poco tiempo después se desencadenaron las batallas militares en la propia ciudad.
En diciembre de 1918 se produjo el enfrentamiento entre las fuerzas turcas que defendían Aleppo y las tropas de Feisal, un líder árabe que avanzaba hacia el norte con el apoyo de los países de la Entente, principalmente Francia e Inglaterra.
Los meses siguientes fueron caóticos. Aleppo estaba constituida por numerosas comunidades étnicas. Árabes, armenios y turcos representaban los grupos más influyentes. Los turcos habían dominado la ciudad por mucho tiempo y estaban en plena decadencia. A la vez se producía el ascenso político de las naciones árabes mientras que los armenios estaban restañando sus heridas luego de sufrir una catástrofe demográfica en la Turquía Otomana. Muchos de los armenios de Aleppo eran refugiados que habían sido forzados a abandonar sus hogares por el ejército turco imperial.
A ello se agregaba la diversidad religiosa que caracterizaba la ciudad, había musulmanes sunitas, shiitas, alauitas, cristianos de varias iglesias, una fuerte comunidad judía, e incluso yezidis, grupo sectario derivado del antiguo zoroastrismo persa.
Se sentía el ambiente bélico generalizado de la gran guerra en que el imperio otomano se había derrumbado culminando con la ocupación reciente de Estambul por los aliados europeos. Había una gran inestabilidad y continuados enfrentamientos violentos, incluso en la propia ciudad de Aleppo.
Para la familia de Abdul la supervivencia se hizo difícil. Los productos que vendían en su tienda no les llegaban, había crecientes dificultades para mantener una presencia en su tienda del souk debido a la falta de fuerzas policiales.
Fue en ese momento que al joven Abdul se le apareció una oportunidad para dejar la ciudad.
Su tío Khatab había conseguido dos pasajes para viajar a América y lo invitó a acompañarlo. Kamal comprendió que era una oportunidad para proteger a su hijo Abdul de posibles futuras conscripciones militares, cualesquiera fueran los resultados de las contiendas.La decisión se tomó rápidamente. En menos de una semana Abdul juntó sus pocas cosas en una pequeña valija y salió rumbo al puerto de Latakia en compañía de su tío.
Con 16 años e intensos recuerdos de su niñez Abdul ya se estaba embarcando en una aventura que tenía como destino el continente americano. Conocía muy poco de América. Sabía que allí había muchos países diferentes y que era un lugar donde no había guerras y eso era suficiente para querer llegar allí.
De la novela histórica "De todas partes vienen", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.
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