6 Irak, Parte 1 Serie Naciones y Estados
Irak (Parte 1)
Danilo Antón
Geografía: un país de dos ríos
Irak está localizado ambos lados de dos ejes fluviales
que atraviesan zonas de gran aridez y confluyen para formar un solo curso de
agua. Estos dos ríos son el río Tigris y el río Eúfrates.
El río Tigris tiene una longitud de unos 1900 km.
Nace en los montes Tauro de Turquía oriental y fluye hacia el sureste. Recorre 400 km en
Turquía, 32 km en la frontera con Siria y 1418 km en
territorio iraquí, hasta que se une al Éufrates en el sur de Irak.
Tigris ha
sido una ruta de transporte importante durante mucho tiempo a través de un
territorio mayormente desértico. Es navegable hasta Bagdad por embarcaciones de
poco calado, pero se requiere de balsas para el transporte hasta la ciudad de
Mosul. El comercio fluvial por el río ha
decaído durante el siglo XX debido a que las vías ferroviarias y carreteras
entre Basora, Bagdad y Mosul han sustituido una gran parte del tráfico por la
zona.
El cauce del río se encuentra
interrumpido por numerosas represas, tanto en Irak como en Turquía, para
proporcionar agua necesaria para la irrigación de regiones áridas y
semidesérticas en el valle atravesado por el río. Las represas también han
ayudado a controlar las inundaciones en Irak, en donde históricamente el río ha
crecido notablemente después del deshielo en las montañas de Turquía alrededor
del mes de abril. Recientemente, la creación de represas sobre el río en
Turquía ha sido motivo de controversia, tanto por los efectos ambientales que
esto ha tenido en Turquía como por el potencial de reducir el volumen de agua río
abajo. La presa más grande de ellas es la presa de Mosul construida para
producir energía eléctrica y abastecimiento a la ciudad del mismo nombre. El caudal medio del Tigris es 1.500 m3/segundo.
El río
Eúfrates nace en Turquía fluye por las montañas de Anatolia hacia Siria y aguas
abajo hasta el territorio Irakí. Tiene una longitud de 2780 km. La longitud del Éufrates en Turquía es de
aproximadamente 526 km mientras que las secciones siria e
iraquí se estiman en 604 km y 1159 km, respectivamente. En Hit (150 km al oeste-noroeste de
Bagdad), el caudal anual promedio registrado fue 937 m³/s para una superficie
drenada de 264.100 km². Su caudal no es abundante en
relación al tamaño de su cuenca, ya que atraviesa zonas áridas y desérticas
donde sus aguas se utilizan para sistemas de irrigación y abastecimiento urbano,
con varias presas en su curso, sobre todo en Turquía.
Particularmente en Mesopotamia sus aguas se extraen para riego desde hace más de 5000 años.
El caudal medio es
de 830 m³/s cuando entra en Siria, pero varía entre los 300 m³/s del
periodo de estiaje y 5200 m³/s en sus máximas crecientes.
El río Éufrates es navegable solo por embarcaciones con muy poco calado,
que pueden llegar hasta la ciudad iraquí de Hit, situada 1930 km aguas arriba y tan solo 60 metros
sobre nivel del mar.
Las
principales ciudades de Irak están situadas a orillas de ambos ríos. Sobre el
río Tigris se encuentran las ciudades irakíes de Bagdad, Mosul y Tikrit. A
orillas del Éufrates están Ar Raqa en Siria y las ciudades de Hit y Najaf en
Irak, El río confluye con el Tigris para
formar el río Shat al-Arab que desemboca en el Golfo Pérsico (también llamado
Golfo Árabe). Su longitud es 200 km con una bajísima
pendiente (0.002 %) y el caudal medio es 1750 m³/s.
Un país antiguo
El territorio que actualmente ocupa Irak ha sido habitado por sociedades constituidas en estados desde tiempos muy remotos.
Tal vez por su clima árido y presencia de ríos
caudalosos, las comunidades agrícolas que se encontraban a orillas de
dichos ríos se organizaron para llevar adelante proyectos de irrigación que
requerían esfuerzos mayores a lo que podían las comunidades en forma individual.
Una de las primeras indicaciones de ocupación
organizada del territorio fue lo que se llama el período de Uruk.
Este es un período arqueológico de la historia de
Mesopotamia comprendido entre el año 3800 AC y el año 3200
AC. Los hallazgos más importantes de esta etapa se centran en la ciudad de
Uruk, una localidad situada en el curso bajo del Éufrates. Generalmente se asume que esta
sociedad estaba estratificada, gobernada por un ensi, o en, quien
habría tenido poderes políticos y religiosos. Otros
autores han defendido la hipótesis que la sociedad estaba organizada de
forma relativamente igualitaria, siendo los dirigentes poco más que
administradores de los bienes comunes. Esto coincidiría con el hecho de que las
ciudades del período Uruk no muestran jerarquización, no existen viviendas de
un estatus superior a otras y no se han encontrado joyas o fortunas privadas
Con la cultura Uruk se experimentaron nuevos
materiales y formas, como el uso de la piedra caliza y la decoración con
mosaicos. La caliza debía ser transportada en pesados bloques desde la cantera
hasta la obra y los mosaicos debían ser elaborados a mano en grandes
cantidades. Esto demuestra que ya había una importante organización.
En ese momento también se registró el nacimiento de la
escritura pictográfica que se
utilizó exclusivamente para asuntos administrativos y de contabilidad.
En el período de Uruk los relieves de los sellos
incluían dibujos de animales y escenas de oficios, no siempre relacionados con
la mercancía que marcaban.
También se han hallado inscripciones es en tablillas
de arcilla que se utilizaban para contabilizar el movimiento de mercancías. Los
símbolos que contenían eran bien numéricos. El tipo de mercancía se conocía a
través del sistema numérico utilizado, que era distinto para cada una de ellas.
La escritura en arcilla blanda era difícil, especialmente cuando se trataba de
representar líneas curvas. Esto hizo que los trazos se fuesen alejando
del objeto representado volviéndose más abstractos.
También en este período aparece la rueda como medio de
transporte agregándose al transporte por embarcaciones que era el predominante
hasta ese momento. La rueda también fue utilizada por primera vez en alfarería
permitiendo la aparición de un nuevo tipo de cerámica.
En los niveles arqueológicos superiores hay pruebas de
los primeros escritos siguiendo un sistema fonético. El idioma que representan
es el sumerio, por lo que es posible que ésta fuese la lengua
empleada población y esto sería un índice del advenimiento de pueblos y estados
sumerios
La cultura sumeria, surgida alrededor del año 3000 AC
es considerada por muchos historiadores y arqueólogos como la
civilización más antigua del mundo.
Según las hipótesis más aceptadas los sumerios serían
autóctonos de la baja Mesopotamia, señalándose que no ha ocurrido ninguna
ruptura cultural con el período anterior (Período Uruk) descartándose en
principio que correspondan a migraciones o invasiones desde territorios lejanos.
El término "sumerio" también se aplica a
todos los hablantes de la lengua sumeria. En dicha lengua, en Sumer el país era denominado Kengi
(ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, "tierra
de Súmer".
El poder de Sumer termina con el ascenso del Imperio acadio en el siglo
XXIV AC.
Desde el año 3000 AC, los
semitas se habían ido extendiendo desde sus orígenes en Arabia hacia
el norte, junto con otros grupos diferentes (los amorreos). No hay muestras de que estas migraciones se
produjesen de forma traumática, sino que parece tratarse más bien de un proceso
gradual.
En Mesopotamia los pueblos que jugaron
el rol más importante fueron los acadios, provenientes del norte, donde había
sido fundada su principal centro urbano, la ciudad de Kish. A mediados
del siglo XXIV AC el rey acadio Sargón se lanzó a la conquista de
las ciudades sumerias del sur. Las conquistas anteriores de Lugalzagesi (rey de
la cudad de Umma), que había tomado a Kish, Ur y otras ciudades sumerias
vecinas, pudieron facilitar el camino del conquistador acadio, al debilitarse
la resistencia sumeria posible. El primero de los objetivos de Sargón fue Uruk,
ciudad célebre por sus grandes murallas y donde en el momento del ataque se
encontraba Lugalzagesi. Sargón no sólo conquistó la ciudad, sino que hizo
prisionero al rey, obligándole a caminar hasta el templo de Enlil en Nippur con
una argolla al cuello. Tras
esto se lanzó a la conquista del resto de ciudades sumerias.
Tomó Ur, Lagash y Umma. Con el dominio de toda la
Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los
Elamitas de los montes Zagros, en el actual Irán, y realizó incursiones en
la ciudad de Mari (en la actual Siria) y Ebla, ya a pocos kilómetros del
Mediterráneo, llegando, según las inscripciones, a las montañas de los cedros:
esto es, al actual Líbano, y tal vez hasta Anatolia.
Sargón se convirtió así en el primer monarca histórico
que consiguió unificar toda la cuenca de la Mesopotamia bajo un mismo mandato.
Pese a que es probable que esta unidad fuese más teórica que real, la figura de
Sargón fue un referente constante para los monarcas que, posteriormente,
tratarían de repetir su hazaña. Naram-Sin
Durante el reinado de su nieto y
sucesor, Naram-Sin (2260- 2223), el imperio alcanzó su máxima extensión
territorial: en los límites occidentales incorporó las regiones de Alepo, en la
actual Siria, y el entorno de Trípoli, en la costa mediterránea cananea del Líbano actual; al oriente conquistó Susa y en el norte se
expandió por Anatolia. Al mismo tiempo Naram-Sim proclamó su propia deificación
por encima de los dioses sumerios y acadios tradicionales. Estas medidas de
culto a su persona debilitaron el poder de la dinastía creando las condiciones
para la decadencia del imperio que finalmente se derrumbó bajo el reinado de
Sharkalisharri (2223- 2196) sucesor e hijo de Naram-Sim.
Un pueblo que Naram-Sin no había podido
conquistar fueron los gutis que habitaban los montes Zagros. Se trataba de un
pueblo que bajando de las montañas logró conquistar la mayor parte de las
ciudades del imperio acadio.
Se puede notar que en ese momento los
acadios ya estaban en franca decadencia, ese ejército que había sojuzgado
pueblos enteros durante la expansión, no era tan numeroso, ni tan organizado. A
ello se suma que los últimos reyes acadios habían profanado ritos, costumbres y
templos sumerios. La caída solo era cuestión de tiempo y finalmente
llegó, allá por el año 2200 AC.
Babilonia era un estado de Baja Mesopotamia con
Babilonia como capital. Fue fundada como un estado independiente por un rey
amorreo llamado Sumuabum en el año 1894 AC. Durante el 3er milenio AC se
desarrolló una simbiosis cultural, muy íntima entre sumerios y los
acadios, que incluyó el bilingüismo generalizado.
La historia de Babilonia se divide en dos etapas principales,
separadas entre sí por el período de dominación asiria asiria el imperio
paleobabilónico o amorrita (1792- 1595 AC) y el imperio neobabilónico o caldeo
(625- 539 AC).
El surgimiento de Babilonia está relacionado a la aparición de las
dinastías de los amorreos (c. 1900 AC), cuando Hammurabi (1792-1750 AC),
unificó los territorios de los antiguos reinos de Sumer y Acad.
Durante los primeros siglos de lo que se llama el "período
amorreo", las más poderosas ciudades-estado eran Isin y Larsa, aunque el
rey Shamshiadad I había desarrollado su poder alrededor de las ciudades de
Assur y Mari. Una de estas dinastías amorreas se estableció en la ciudad-estado
de Babilonia, formando lo que se llama el primer imperio de Babilonia.
En Babilonia se hablaba el acadio (lengua
semítica) y por lo que se mantuvo el lenguaje escrito acadio para uso
oficial (el idioma de su población nativa). Sin embargo, se conservó la lengua
suumeria para un uso religioso, a pesar de que en el momento en que fue
fundada Babilonia, probablemente ya no era una lengua hablada.
Las antiguas tradiciones acadias y sumerias jugaron un
papel importante en la cultura babilonia (y más tarde en la cultura
asiria), y la región habría de seguir siendo un importante centro cultural,
incluso en los períodos prolongados de gobiernos externos.
Por su parte, Asiria, que habría de transformarse también en una
potencia, había formado unn reino acadio (semítico oriental) en la Alta
Mesopotamia. Fue nombrado para su capital original, la antigua ciudad de
Assur (en acadio “Aššūrāyu”). Sus límites eran, al norte, los montes
Tauro, al sur Caldea (Babilonia), al este la Media (el país de
los Medos) y al oeste Mesopotamia.
Fue también conocida como Subartu y, tras su
declive, como Alhura, Siria (griego
antiguoactual , Assyria (latín) y Assouristán.
Su capital, Assur, a orillas del Tigris, al lado del
templo de su principal divinidad, Assur, dio lugar al nombre del país. Otras
ciudades importantes fueron Nínive (destruida
en el año 612 AC), Harrán, Calakh y Dur Sharrukin (actualmente
Jorsabad).
Entre los años 1813 y
1780 a. C., los asirios desarrollaron su imperio bajo el reinado de
Shamshiadad I, hasta que en el año 1760 a. C.,
Hammurabi de Babilonia lo derrotó y conquistó a los asirios que
pasaron a formar parte del Imperio de Babilonia.
El siglo XVI AC fue un periodo de
invasiones y gran confusión por toda Mesopotamia. Asiria se vio bajo el control
de varios invasores (los mitani y los hititas sobre todo), hasta
el siglo XIV en que el rey asirio Ashur-iballit se liberó de sus opresores
e incluso llegó a agrandar los límites de sus tierras. Los sucesores de este
rey ampliaron más las fronteras y supieron enfrentarse a los pueblos de
alrededor: urarteos, hititas, babilonios y lullubis.
Hatti fue un reino de la antigüedad situado
en Anatolia Central que se
desarrolló entre los siglos XVII y XII a. C. y cuya capital fue Hattusa. Los hititas, también
llamados hetitas o heteos,1 fueron
una población de origen indoeuropeo. Hablaban una lengua indoeuropea escrita con jeroglíficos o caracteres cuneiformes tomados de Asiria. Su reino reunió a
numerosas ciudades-estado de culturas muy distintas entre ellas y llegó a crear
un influyente imperio gracias a su superioridad militar y a su gran habilidad
diplomática, por lo que fue la «tercera» potencia en Oriente Próximo, junto con Babilonia y Egipto. Perfeccionaron el carro
de combate ligero y lo emplearon con gran éxito. Se les atribuye una de las
primeras utilizaciones del hierro en Oriente Próximo
para elaborar armas y objetos de lujo. Tras su declive, cayeron en el olvido
hasta el siglo XIX.
Hacia el año 1200 AC,
una oleada de pueblos procedentes de la península balcánica, conocidos como los Pueblos del Mar, fueron los causantes del final del Imperio hitita y del
debilitamiento del imperio egipcio. Uno de estos pueblos,
llamado mushki, se asentó al este de Anatolia y fue una constante
amenaza para Asiria. Otro pueblo nómada y semita, el arameo,
hostigaba continuamente a los asirios por el oeste. Asiria se hizo fuerte y
resistió el empuje de estos pueblos, y endureció su ejército que a partir de
entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera
que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que
huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada
o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después
arrasadas, pero no se anexionaban al Estado asirio.
El Imperio neoasirio (911-609 AC) fue la fuerza política
dominante en el Antiguo Oriente eclipsando a otros reinos como Babilonia,
Egipto, Urartu y Elam. Durante este período, el arameo se hizo también
una lengua oficial del imperio, junto con la lengua acadia.
Imperio neobabilónico
El Imperio neobabilónico (626 aC-539 AC) marca el período final de la
historia de la Mesopotamia anterior a la conquista persa. Un año después de la
muerte del último gobernante fuerte asirio, Asurbanipal, en el 627 AC el
imperio asirio se desangró en una serie de guerras civiles. Babilonia se rebeló
bajo Nabopolasar, un miembro de la tribu caldea que había emigrado desde el Levante
al sudeste de Babilonia en el siglo IX AC. En alianza con los medos, persas,
escitas y cimerios, que saquearon la ciudad de Nínive en el año 612 AC,
logrando trasladar la sede del imperio se transfirió a Babilonia por primera
vez desde la muerte de Hammurabi a mediados del siglo XVIII AC. En este período
se produjo una mejora general en la vida económica y la producción agrícola, y
un gran florecimiento de proyectos de arquitectura, las artes y las ciencias.
Imperio aqueménida
El período neobabilónico terminó con el reinado de Nabonidus en el 539
AC. Hacia el este, los persas habían ido creciendo en fuerza, y, finalmente,
los aqueménidas de Ciro el Grande establecieron su dominio sobre sobre
Babilonia y regiones vecinas. Permaneció en su poder durante dos siglos.
El Imperio Persa cayó derrotado por el avance de Alejandro de Macedonia
en el año 331 AD y a partir de entonces estuvo bajo el dominio griego como
parte del Imperio seléucida.
Babilonia redujo su importancia después de la fundación de Seleucia en
el Tigris, la nueva capital del imperio seléucida. El Imperio seléucida
en el apogeo de su poder se extendía desde el Egeo en el oeste a la India en el
este. Fue un importante centro de la cultura helenística que mantuvo la
preeminencia de las costumbres griegas, donde una élite política griega
dominada, sobre todo en las zonas urbanas. La población griega de las ciudades
que formaban la élite dominantes fueron reforzados por la inmigración
procedente de Grecia. Gran parte de la región oriental del imperio fue
conquistada por los partos bajo Mitrídates I de Partia a mediados de siglo II
AC.
Romanos y partos
A principios del siglo II DC, los romanos, dirigidos por el emperador
Trajano, invadieron Partia y conquistaron Mesopotamia, transformándola en una
provincia imperial. Este dominio duró hasta el año 141 DC en que pasó al poder
de los partos que habían forjado un extenso imperio en el actual Irán.
El cristianismo llegó a Mesopotamia en el siglo I DC, y se
convirtió en el centro del cristianismo de los ritos orientales. La tradición
religiosa sumeria-acadia desapareció durante este período, al igual que los
últimos restos de la alfabetización cuneiforme, aunque los templos siguieron
siendo un espacio dedicado al dios nacional asirio Ashur en su ciudad natal
(por lo menos hasta el siglo IV AC)
Imperio sasánida
En el siglo III DC, los partos fueron a su vez sucedidos por la
dinastía sasánida persa, que gobernó Mesopotamia hasta la invasión islámica en
el siglo VII.
Los sasánidas conquistaron los estados neoasirios independientes de
Adiabena, Osroene, Hatra y finalmente Assur durante el siglo III DC. En la
mitad del siglo VI, el Imperio persa bajo la dinastía sasánida, fue dividido
por Cosroes I en cuatro cuartos, de los cuales el occidental, llamado
Khvārvarān, incluía la mayor parte del Irak moderno. El término Irak es
ampliamente utilizado en las fuentes árabes medievales de la zona en el centro
y sur de la república moderna como una referencia geográfica más que como un
término político. Desde ese punto de vista no implicaba ninguna precisión de
los límites al igual que el término "Mesopotamia".
En el período sasánida hubo una gran afluencia de árabes. La Alta
Mesopotamia llegó a ser conocido como Al-Yazira en árabe (que significa
"La isla", en referencia a la "isla" entre los ríos Tigris
y Éufrates), y la Baja Mesopotamia denominada Irak-i Arab, que significa
"la escarpa de los árabes "(es decir. al sur y al este de" la
isla ". [12]
Hasta 602 AC, la frontera del desierto del imperio persa había sido
controlada por los reyes Lakhmid árabes de Al-Hira. En ese año, Shahanshah
Khosrow II Aparviz abolió el reino Lakhmid y abrió la frontera abierta a las
incursiones nómadas. Más al norte, la región del oeste lindaba con el Imperio
bizantino. La frontera continuaba más o menos por la moderna frontera entre
Siria e Irak y continuaba hacia el norte, pasando entre Nísibis (Nusaybin
moderna) y Dara y Amida (Diyarbakır moderna) en poder de los bizantinos. Estaban dadas las condiciones para que
se produjera el avance de las tropas musulmanas que venían desde el sur con un
mensaje religioso y un ejército de gran poder. (sigue)
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