Falleció Daniel Vidart a los 98 años
Era profesor de geografía y yo fuí su alumno de práctica en 3o del IPA en 1966. En muchas ocasiones pude conversar sobre temas geográficos y antropologicos hasta que se fue a Colombia durante el período aciago de la dictadura. Me animó a que fuera a trabajar a Colombia pero, por esas cosas del destino, no se dió, y terminé yendo a México, desde donde mantuve una correspondencia ocasional con él.
Fue un pionero en muchas investigaciones antropológicas, recuerdo un libro impreso a mimeógrafo de 1962, creo, titulado "El totemismo entre los charruas" que me fue de mucha utilidad muchos años más tarde.
Escribió y publicó muchos libros e investigaciones generalmente vinculados a su experiencia profesional de antropólogo en diversas instituciones académicas del Uruguay y de América Latina,
Sus textos eran alardes semánticos manejando un extensísimo vocabulario que a veces obligaba a consultar un diccionario (antes no había google) y por supuesto poseía una riquísima biblioteca que hace un tiempo decidió donar a la Intendencia de Canelones y al Balneario Fortín de Santa Rosa.
En los últimos 25 años no le gustaron mucho algunas interpretaciones recientes acerca de los pueblos nativos del territorio uruguayo, considerando como válidos muchos documentos generados por las autoridades coloniales y criollas, que algunos nos atrevimos a reinterpretar o poner en duda. Tuvimos algunas polémicas con él que, según creo, fueron muy productivas y ayudaron a arrojar luz sobre las modalidades del genocidio charrúa-minuán perpetrado durante la invasión y colonización de la Banda Oriental.
Más recientemente, ya con más de noventa años, rejuveneció intelectualmente cuando apoyo fuertemente la legalización de cannabis asociado a su compañera Alicia Castilla.
En su larga vida, Vidart aprendió, enseñó, pensó, escribió, fue un activo intelectual que fue protagonista de ideas durante casi un siglo. Hoy, frente a su fallecimiento, todos los uruguayos tenemos que detenernos un instante para homenajear la existencia de este sanducero que nos dejó un legado intelectual valioso y que seguramente perdurará muchos años a través de sus libros, sus lectores y sus alumnos.
Fue un pionero en muchas investigaciones antropológicas, recuerdo un libro impreso a mimeógrafo de 1962, creo, titulado "El totemismo entre los charruas" que me fue de mucha utilidad muchos años más tarde.
Escribió y publicó muchos libros e investigaciones generalmente vinculados a su experiencia profesional de antropólogo en diversas instituciones académicas del Uruguay y de América Latina,
Sus textos eran alardes semánticos manejando un extensísimo vocabulario que a veces obligaba a consultar un diccionario (antes no había google) y por supuesto poseía una riquísima biblioteca que hace un tiempo decidió donar a la Intendencia de Canelones y al Balneario Fortín de Santa Rosa.
En los últimos 25 años no le gustaron mucho algunas interpretaciones recientes acerca de los pueblos nativos del territorio uruguayo, considerando como válidos muchos documentos generados por las autoridades coloniales y criollas, que algunos nos atrevimos a reinterpretar o poner en duda. Tuvimos algunas polémicas con él que, según creo, fueron muy productivas y ayudaron a arrojar luz sobre las modalidades del genocidio charrúa-minuán perpetrado durante la invasión y colonización de la Banda Oriental.
Más recientemente, ya con más de noventa años, rejuveneció intelectualmente cuando apoyo fuertemente la legalización de cannabis asociado a su compañera Alicia Castilla.
En su larga vida, Vidart aprendió, enseñó, pensó, escribió, fue un activo intelectual que fue protagonista de ideas durante casi un siglo. Hoy, frente a su fallecimiento, todos los uruguayos tenemos que detenernos un instante para homenajear la existencia de este sanducero que nos dejó un legado intelectual valioso y que seguramente perdurará muchos años a través de sus libros, sus lectores y sus alumnos.
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