Siria: de la prosperidad a la desolación
Destrucción, guerra, muerte, orfandad, exilio, pobreza se han extendido
al hermoso país de Siria obligando a cientos de miles, incluso millones de
personas a abandonar su tierra.
Otra vez las potencias del momento, sobre todo los EEUU, Arabia Saudita e Israel, pero
también la Rusia, Turquía e Irán están dirimiendo sus enfrentamientos a costillas del pueblo sirio como
ocurrió tantas veces en el pasado.
Pero si lugar a dudas la principal responsabilidad reside en los EEUU e Israel. Durante los enfrentamientos de Israel con los países àrabes, particularmente en la Guerra de los Seis Dìas, en junio de 1967, y la llamada Guerra de Yon Kipur, en octubre de 1973, Siria, gobernada por el Baaz, uno de los pocos regímenes laicos del Medio Oriente, fue el principal enemigo del expansionismo sionista.
Otro elemento que dió lugar a la intervención de los EEUU y las potencias occidentales fue la alianza política del gobierno sirio con la Unión Soviética primero y con la Federación Rusa después, pemitiendo la instalación de una base naval en Tartus, cobre las costas del mar Mediterraneo.
Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos, también buscaron intervenir con sus fondos económicos prácticamente inagotables creándose las condiciones para la destrucción del país que esta ocurriendo en la actualidad.
La invasión estadounidense en Irak y la fragmentación de ese país también se extendió al territorio sirio. Apareció el Estado Islámico, las provincias kurdas iraquíes, el apoyo iraní a los shiitas de Irak generó un contexto que permitió que los aliados anti-sirios constituidos por los EEUU, Arabia Saudita, los Emiratos Arabes, las orgainizaciones jihadistas sunitas y circusntancialmente Turquía dieron lugar al estallido generalizado de la guerra en Siria.
Hoy el gobierno sirio solo controla algo más de la mitad del territorio. Los grupos jihadistas controlan algunos sectores locales, otra parte está bajo el control de las organizaciones pro-turcas y las propias fuerzas militares de ese país, los kurdos sirios están presentes en el noreste del territorio sirio, el Estado Islámico, aunque aún muy reducido, todavía mantienen presencia, y los EEUU tienen tropas apoyando a los rebeldes en el extremo oriental del territorio.
La guerra de Siria, tan destructiva como siempre, ha logrado eliminar a Siria como adversario viable de Israel en sus políticas expansionistas.
No debe extrañar entonces que todos estos conflictos hayan sido estimulados, frecuentemente iniciados e indirectamente organizados por los servicios secretos del estado de Israel y de los EEUU..
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Pero si lugar a dudas la principal responsabilidad reside en los EEUU e Israel. Durante los enfrentamientos de Israel con los países àrabes, particularmente en la Guerra de los Seis Dìas, en junio de 1967, y la llamada Guerra de Yon Kipur, en octubre de 1973, Siria, gobernada por el Baaz, uno de los pocos regímenes laicos del Medio Oriente, fue el principal enemigo del expansionismo sionista.
Otro elemento que dió lugar a la intervención de los EEUU y las potencias occidentales fue la alianza política del gobierno sirio con la Unión Soviética primero y con la Federación Rusa después, pemitiendo la instalación de una base naval en Tartus, cobre las costas del mar Mediterraneo.
Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos, también buscaron intervenir con sus fondos económicos prácticamente inagotables creándose las condiciones para la destrucción del país que esta ocurriendo en la actualidad.
La invasión estadounidense en Irak y la fragmentación de ese país también se extendió al territorio sirio. Apareció el Estado Islámico, las provincias kurdas iraquíes, el apoyo iraní a los shiitas de Irak generó un contexto que permitió que los aliados anti-sirios constituidos por los EEUU, Arabia Saudita, los Emiratos Arabes, las orgainizaciones jihadistas sunitas y circusntancialmente Turquía dieron lugar al estallido generalizado de la guerra en Siria.
Hoy el gobierno sirio solo controla algo más de la mitad del territorio. Los grupos jihadistas controlan algunos sectores locales, otra parte está bajo el control de las organizaciones pro-turcas y las propias fuerzas militares de ese país, los kurdos sirios están presentes en el noreste del territorio sirio, el Estado Islámico, aunque aún muy reducido, todavía mantienen presencia, y los EEUU tienen tropas apoyando a los rebeldes en el extremo oriental del territorio.
La guerra de Siria, tan destructiva como siempre, ha logrado eliminar a Siria como adversario viable de Israel en sus políticas expansionistas.
No debe extrañar entonces que todos estos conflictos hayan sido estimulados, frecuentemente iniciados e indirectamente organizados por los servicios secretos del estado de Israel y de los EEUU..
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El nombre “Siria” ha sido
generalmente aplicado a toda la región de “Levante” (o sea el “este”) y se
refiere a la vez a la posición del territorio al “este” del Mar Mediterráneo.
Se trata de la costa más oriental de este gran mar a través del cual se unen
tres continentes e innumerables culturas y civilizaciones.
Ese territorio está
actualmente constituido por Siria (propiamente dicha), Líbano, Jordania,
Palestina e Israel.
El estado sirio contemporáneo (República Árabe Siria) que ocupa la porción noroccidental de la Siria clásica, se extiende por 185,000 km2 y su población antes de la guerra era de 19,000,000 de habitantes (hoy reducida a poco más de la mitad.}
La República Siria tiene una costa poco extensa (unos 160 kilómetros) donde están las ciudades de Tartus (al sur) y Latakia (al norte) que son además los principales puertos y salidas al mar de la del territorio.
Al norte del país, cerca del límite con Turquía, está la ciudad de Alepo, que ha sido tradicionalmente el conglomerado urbano más importante a nivel regional. Debido a la guerra, su población que superaba los 2 millones de habitantes se ha reducido a una cuarta parte
Al sur del país, cerca de la frontera con Jordania y al este de las cadenas montañosas del Líbano se encuentra la capital, Damasco que con casi 2 millones de habitantes es en la actualidad el centro político y económico más importante del país. Al este, Siria es atravesada en diagonal por el río Eúfrates que genera un corredor agrícola en donde se localiza una parte importante de la población. Allí los principales centros urbanos son Raqa y Deir Ez Zor. Una presa construida en 1973 en el Éufrates creó un Embalse llamado Lago Assad, el lago más grande de Siria.
Desde el punto de vista
orográfico el país se compone de cadenas montañosas relativamente húmedas en el oeste y una zona más baja esteparia
hacia el interior
Más al este se encuentra el desierto de Siria que ocupa una quinta parte del país y en el sur, cerca del límite con Israel, están los montes de Jabal Al--Druse. El punto más alto en Siria es el monte Hermón (2.814 m) en la frontera con el Líbano.
Más al este se encuentra el desierto de Siria que ocupa una quinta parte del país y en el sur, cerca del límite con Israel, están los montes de Jabal Al--Druse. El punto más alto en Siria es el monte Hermón (2.814 m) en la frontera con el Líbano.
Entre la costa mediterránea
húmeda y las regiones áridas desérticas del interior se encuentra una zona de estepa
semiárida que se extiende a través de tres cuartas partes del territorio. Este
sector recibe vientos cálidos y secos que soplan a través del desierto.
En este ambiente contrastante se desarrolló una historia compleja con invasiones, confrontaciones y guerras. Los enfrentamientos militares, la destrucción y la muerte no se han detenido en los últimos tiempos.
Las religiones de Oriente no ayudan. A pesar que los libros sagrados de musulmanes, cristianos y judíos hablan de paz y compasión, sus fieles parecen hacer todo lo contrario. Se matan los unos a los otros por poder, por territorio o simplemente debido a una enfermiza intolerancia. Esto que ocurre en Siria no es novedad para este sufrido pueblo. Su historia está impregnada de conflictos, de sucesivas guerras y enfrentamientos, de destrucción de patrimonios e infraestructuras, de masacres de poblaciones civiles, de éxodos forzados, de campos de refugiados, de pobreza, de desempleo y condiciones de vida de elevada inseguridad.
Estas situaciones han impedido la generación de políticas de desarrollo a largo plazo por lo que no es extraño que millones de sirios escapen de su actual situación de extrema degradación, indigencia y peligro inminente.
Con todo, a pesar de esta larga sucesión de conflictos sangrientos, a menudo ocasionados por diversos grupos religiosos intolerantes o fanáticos (incluyendo musulmanes, cristianos y judíos), Siria ha dado a la humanidad hombres y mujeres de gran valor intelectual y ético.
Oriundos de Siria fueron los astrónomos medievales Sadia Habal y Posidonius, los matemáticos Domninus of Larissa y Philonides de Lodicea, los filósofos al Faradi, Zarmarus y Rashid ad-Din Sinán (el Viejo de la Montaña), el geógrafo al-Dimaschi y Constantin Zureiq, el historiador Khalil al-Muradi, las cantantes y artistas Amal al-Atrash y Fayza Ahmed, las novelistas Ulfat Idilbi y Colette Khoury y una larga lista de personalidades que vivieron en los últimos siglos.
Resurgir de lss ruinas
La guerra civil siria provocó mucha destrucción. No es la primera vez que las ciudades y comunidades humanas en Siria han sufrido los efectos de las guerras. Esperemos, que por fin, luego de muchos siglos de violencia, destrucción y muerte, el pueblo sirio, que ha demostrado una gran resiliencia, puede conseguir la paz duradera que merece.
Adaptado de "Tierras de Pocas Lluvias y Mucha Sangre", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
En este ambiente contrastante se desarrolló una historia compleja con invasiones, confrontaciones y guerras. Los enfrentamientos militares, la destrucción y la muerte no se han detenido en los últimos tiempos.
Las religiones de Oriente no ayudan. A pesar que los libros sagrados de musulmanes, cristianos y judíos hablan de paz y compasión, sus fieles parecen hacer todo lo contrario. Se matan los unos a los otros por poder, por territorio o simplemente debido a una enfermiza intolerancia. Esto que ocurre en Siria no es novedad para este sufrido pueblo. Su historia está impregnada de conflictos, de sucesivas guerras y enfrentamientos, de destrucción de patrimonios e infraestructuras, de masacres de poblaciones civiles, de éxodos forzados, de campos de refugiados, de pobreza, de desempleo y condiciones de vida de elevada inseguridad.
Estas situaciones han impedido la generación de políticas de desarrollo a largo plazo por lo que no es extraño que millones de sirios escapen de su actual situación de extrema degradación, indigencia y peligro inminente.
Con todo, a pesar de esta larga sucesión de conflictos sangrientos, a menudo ocasionados por diversos grupos religiosos intolerantes o fanáticos (incluyendo musulmanes, cristianos y judíos), Siria ha dado a la humanidad hombres y mujeres de gran valor intelectual y ético.
Oriundos de Siria fueron los astrónomos medievales Sadia Habal y Posidonius, los matemáticos Domninus of Larissa y Philonides de Lodicea, los filósofos al Faradi, Zarmarus y Rashid ad-Din Sinán (el Viejo de la Montaña), el geógrafo al-Dimaschi y Constantin Zureiq, el historiador Khalil al-Muradi, las cantantes y artistas Amal al-Atrash y Fayza Ahmed, las novelistas Ulfat Idilbi y Colette Khoury y una larga lista de personalidades que vivieron en los últimos siglos.
Resurgir de lss ruinas
La guerra civil siria provocó mucha destrucción. No es la primera vez que las ciudades y comunidades humanas en Siria han sufrido los efectos de las guerras. Esperemos, que por fin, luego de muchos siglos de violencia, destrucción y muerte, el pueblo sirio, que ha demostrado una gran resiliencia, puede conseguir la paz duradera que merece.
Adaptado de "Tierras de Pocas Lluvias y Mucha Sangre", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
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