Los minuanes-guenoas
A partir de la segunda mitad del siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII, esta Primera Nación, ya identificada como guenoa (o guanoá) por los superiores de las misiones jesuíticas y minuán por las autoridades españolas y portuguesas, pasó a ser la principal protagonista nativa en la extensa región de praderas al oriente del río Uruguay y al Sur del río Ibicuy.
En una informe al Rey de José García Inclán, de 1721, se señala con relación a los guenoas habitantes de la Banda Oriental:
“Asisten de ordinario por el verano en las cercanías de las Sierras de Maldonado y por invierno se retiran a la parte del río Negro que desagua en el Uruguay donde hacen bebidas de miel de abejas.
No tienen casas ni paraje fijo de su asistencia por llevar consigo mujeres e hijos, y forman barracas pequeñas de palos y pieles.
Cada cacique o capitán marcha y se acampa con todos sus parciales y familia distante de otro como una legua o dos respecto de tener cada uno mucha caballada.... y porque no se tripule la suya con la de otros capitanes y les cause confusión...La yerba del Paraguay y el tabaco eran para ellos el mejor regalo.”13
Una referencia de 1763- 1764 de Antonio J. Pernetty, cronista en la expedición de Bougainville describe la vida de los minuanes (guenoas) cerca de Montevideo:
“Las mujeres están ocupadas en cultivar la mandioca y en prepararla para hacer el cazabe...Los hombres pasan la vida dedicados a la caza, a la pesca y a andar a caballo, siendo así que son excelentes jinetes. Los viejos presiden cada toldería y permanecen en sus habitaciones con los jóvenes y las doncellas que aún no tienen fuerzas como para hacer un trabajo pesado. Toda su forma de gobierno consiste en respetar a sus ancianos.”.
En 1749 el gobernador de Buenos Aires estimaba la población guenoa en unos 3,000 a 4,000 individuos incluyendo “1,000 indios de armas”
“Desde el Campo del Bloqueo de Colonia del Sacramento hasta el Río Grande que
están situados los portugueses, habitan los indios infieles minuanes, gente cobarde, sus armas, flechas y bolas, se mantienen de robar ganados y caballadas de los vecinos y estancias de Montevideo. Se compone esta nación (según noticias) de tres a cuatro mil, y entre ellos, como mil indios de armas. Hay domesticados que entran y salen en Montevideo unas cuantas tolderías, que llegará el número a doscientas almas, pero viven lo mismo que los demás; no matan al español mientras no se les opone a sus robos.”.
Esta población parece ligeramente superior a la que tenían las otras naciones nativas sumadas: charrúas, manchados, martianes, bohanes y yaros, cuyo número total este gobernador estimaba en unos tres mil, de los cuales unos seiscientos hombres de armas.
Si aceptamos estas cifras, la población total de las Primeras Naciones de las praderas en 1749 era de unos 6,000 a 7,000 personas.
Luego de las batallas de 1749 varios grupos étnicos de la banda occidental (p.ej. manchados, martianes, yaros) desaparecen de las crónicas quedando solamente charrúas y bohanes, que se trasladan a la Banda Oriental, y los guenoas-minuanes que no fueron afectados sensiblemente debido a su localización fuera del teatro de las operaciones. (continuará)
De "Los Pueblos del Jaguar", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.
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