Las rebeliones de los
quilombos americanos
En América del Sur, las
mayores concentraciones de esclavos africanos se dieron en las colonias
portuguesas del Brasil. Como resultado de la utilización forzada de mano de
obra nativa, acompañada de una enorme mortandad y fugas hacia el interior de
numerosos personas y grupos, la población indígena local disminuyó rápidamente.
Esta descenso demográfico fue tan dramático que al cabo de menos de medio siglo,
la costa nordestina del Brasil había sido prácticamente vaciada de sus
poblaciones originarias. Para paliar esa «escasez» de esclavos, los portugueses
intensificaron el infame comercio de esclavos desde las costas africanas. A
partir del siglo XVI y durante los tres siglos siguientes, los barcos
portugueses y de otras nacionalidades involucradas en este comercio, trajeron
varios millones de esclavos de África para trabajar en sus plantaciones
americanas.
Las rebeliones africanas
se dieron desde los primeros años de la colonia. Como resultado de éstas
surgieron decenas de comunidades independientes de esclavos escapados y sus
descendientes, a las que habitualmente se llamó «quilombos». Algunas eran muy
grandes con poblaciones de varias decenas de miles de habitantes, como fue el
caso del Quilombo de Palmares, alrededor del río Macacos y la Serra da Barriga
en el actual estado de Alagoas en Brasil.
Otras eran muy pequeñas
con apenas unas pocas decenas de integrantes. Las mayores dieron lugar a
enfrentamientos armados con las autoridades coloniales. En algunos casos estas
luchas duraron varios años. En Palmares los sublevados pudieron resistir casi
un siglo antes de ser derrotados. En otros países del continente, como en la
costa occidental del actual territorio colombiano, las comunidades rebeldes
eran llamadas «palenques». }
En la zona caribeña, los
grupos afro- rebeldes fueron denominados «cimarrones», voz derivada del arawak
«cimarrón» que significa «flecha volando», De esta expresión salió la
adaptación francesa «marron», que en inglés fue retomada como «maroon» y en
castellano terminó como sinónimo del color "castaño".
La lucha contra los
«maroons» (cimarrones) jamaiquinos duró mucho tiempo, y aún hoy se encuentran
varias comunidades de ese origen en el interior de la isla.
Los cimarrones haitianos
por su parte, lograron derrotar a varios ejércitos invasores y finalmente
mantuvieron su independencia, en una situación que continúa hasta nuestros
días. En definitiva, los maroons de Haití lograron mantener su independencia
hasta nuestros días, con lo que se puede decir que Haití fue el único quilombo
triunfante.
Los quilombos uruguayos
En el Uruguay las
poblaciones africanas eran menos numerosas que en Brasil o en las costas e
islas caribeñas. Por esa razón las rebeliones fueron más bien expresiones de
rebeldía individual o de grupos relativamente pequeños. Sin embargo, en varias
ocasiones dichos movimientos tuvieron una magnitud mayor dando lugar a
enfrentamientos armados con las autoridades coloniales.
En 1793 se produjo la
fuga de tres esclavos desde el Solís Chico (ref. Oscar Montaño, p.143) dos de
los cuales fueron «casualmente» capturados. Uno fue apresado en un lugar
llamado «Paso de los Minuanes» sobre el río Negro y el otro «en las estancias
del Cordovés», ambos en pleno país charrúa. Posteriormente fueron regresados a
su condición de esclavitud. El tercero vino a Montevideo para encontrarse con
otro negro baqueano que hablaba guaraní, de nombre Francisco con quien se
escaparon hacia el Yaguarón. Montaño menciona la población de Kilombo sobre el
río Yaguarón donde se instaló una «toldería» de negros fugados que habría de
durar varios años. Recordamos que algunos años más tarde, en 1812, fue
precisamente en las cercanías del río Yaguarón que se estableció el Quilombo de
Tres Árboles que habría de hostigar a las fuerzas portuguesas al tiempo que las
fuerzas artiguistas se retiraban a la Banda Occidental del río Uruguay. En
dicho quilombo se reporta una fuerza de varios cientos de rebeldes
(probablemente incluyendo un gran número de africanos) y de infieles (charrúas,
minuanes, etc) enfrentando juntos a los portugueses, en el momento en que
Artigas debió retirarse circunstancialmente de la Banda Oriental. El Quilombo
de Tres Árboles representa el caso más gráfico de la alianza rebelde
afro-charrúa y gaucha que se dió en varias oportunidades a lo largo de las
últimas décadas del siglo XVIII y primeras del siglo XIX. Durante el período
artiguista, africanos y charrúas lucharon juntos integrados a la confederación multiétnica
de la Liga Federal.
La
incorporación de los negros al ejército artiguista fue completa. Además de los
batallones de «pardos» , había africanos o descendientes de africanos en todos
los cuerpos de las fuerzas orientales que respondían al Protector. Los
charrúas, en cambio, mantuvieron su identidad grupal, tanto en la batalla como
al momento de levantar sus tolderías, que eran ubicadas normalmente a cierta
distancia del campamento central de las fuerzas criollas. (continúa)
De "Los Pueblos del
Jaguar", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.
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