6 Irak,
Parte 4 Serie Naciones y Estados
EL MUNDO:
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Capítulo 7
Irak (Parte 4)
Danilo Antón
El gobierno de Sadam Husein
En julio de 1979, el presidente Ahmed Hassan al-Bakr fue obligado a
renunciar por Sadam Husein, que asumió los cargos de Presidente y Presidente
del Consejo de Mando de la Revolución. A partir de ese momento Irak
ingresó en una espiral militar y guerrerista que habría de condenado como
estado viable.
La guerra Irak- Irán
Debido al proceso de movilizaciones ocurridas en Irán en 1979
que desembocaron en el derrocamiento del Sha Mohammad Reza Pahle y la
consiguiente instauración de la república islámica bajo el liderazgo del
Ayatola Jomeini, ese país se encontraba en un período de inestabilidad social
y, desde el punto de vista de Sadam Hussein, en situación muy vulnerable
militarmente. El líder iraquí aprovechó la situación y decidió atacar Irán con el fin de conquistar
territorios ocupados por Irán en la desembocadura de los ríos mesopotámicos. En
el sur de Irak los ríos Éufrates y Tigris confluyen para formar un solo río: el
Shat el Arab que desembocan en el Golfo Pérsico.
La guerra comenzó cuando Irak lanzó una invasión simultánea por aire y
tierra en territorio iraní el 22 de septiembre 1980, después de una larga
historia de disputas fronterizas, y los temores irakíes de que la insurgencia chiita
en el sur, influenciada por la revolución iraní pudiera hacerse fuerte y
amenazar el poder del baath (mayoritariamente de orientación sunita). Irak
también pretendía sustituir a Irán como el estado dominante en el Golfo
Pérsico. Sadam tomó la decisión porque sabía que además tenía el
apoyo de los Estados Unidos que habían tenido serios problemas diplomáticos con
el gobierno islámico de Irán Aunque Irak esperaba tomar ventaja del caos
revolucionario en Irán y atacaron sin advertencia formal, hicieron pocos
progresos en Irán y dentro de varios meses fueron repelidos por los iraníes que
recuperó casi todo perdido territorio en junio de 1982.
Los cálculos de Sadam Husein no tuvieron en cuenta
la capacidad del pueblo iraní para reorganizarse. Estimulados por sentimientos
nacionalistas y la fe religiosa chiita que pone énfasis en el martirilogio, los
iraníes lograron estabilizar las líneas del frente de combate y luego de 8 años
de guerra, con las consiguientes muertes y destrucción, la confrontación terminó
manteniéndose las antiguas fronteras.
El conflicto es a menudo comparado a la Primera Guerra Mundial, con
oleadas humanas, trincheras a cada lado de la línea del frente, puestos de
ametralladoras, cargas de bayoneta, alambres de púas, campos minados y un
amplio uso de armas químicas como el gas mostaza por el gobierno iraquí contra
las tropas y civiles iraníes, así como contra los kurdos iraquíes.
Durante los siguientes seis años, Irán pasó a la ofensiva. A pesar de
las llamadas para un alto fuego por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, la guerra continuó hasta el 20 de agosto de 1988. El alto al
fuego fue negociado por las Naciones Unidas en la forma de resolución del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 598, que fue aceptada por ambos
países. Tomó varias semanas para que las fuerzas armadas iraníes evacuaran el
territorio iraquí volviendo a las fronteras anteriores. Los últimos prisioneros
de guerra fueron intercambiados en 2003.
La guerra terminó con un gran costo en vidas (tal vez medio millón de
soldados iraquíes e iraníes) y numerosos civiles y económico. El conflicto es a
menudo comparado a la Primera Guerra Mundial, con oleadas humanas, trincheras a
cada lado de la línea del frente, puestos de ametralladoras, cargas de
bayoneta, alambres de púas, campos minados y un amplio uso de armas químicas
como el gas mostaza por el gobierno iraquí contra las tropas y civiles iraníes,
así como contra los kurdos iraquíes.
La invasión de Kuwait y la primera Guerra del Golfo
En 1990, tal vez para utilizar su numeroso ejército después de terminada
la guerra con Irán, Sadam Husein decidió invadir Kuwait basado en una antigua
disputa territorial de larga data.
En noviembre de ese mismo año, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó
la Resolución 678, que autorizaba la acción militar contra las fuerzas iraquíes
en Kuwait exigiendo una retirada completa antes del 15 de enero de 1991. Cuando
Sadam Husein no cumplió con esta exigencia los EEUU y sus aliados iniciaron la
operación "Tormenta del Desierto" (Primera Guerra del Golfo) que
culminó en la derrota del ejército iraquí y el establecimiento de zonas de
exclusión aérea al norte y al sur del país
En marzo de 1991 los chiitas del sur de Irak se rebelaron, al igual que
los kurdos en el norte del país. A pesar que representaban una seria amenaza
para el régimen del Partido Baas iraquí, Sadam Husein consiguió reprimir las
rebeliones con fuerza masiva e indiscriminada y logró mantenerse en el poder.
Durante las pocas semanas de disturbios murieron varios miles de personas. En
la secuela, el gobierno intensificó la reubicación forzada de árabes de los
pantanos y su desecación.
Las sanciones económicas
El 6 de agosto de 1990, después de la invasión iraquí de Kuwait, el
Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 661, que impuso sanciones
económicas a Irak, que preveía un embargo comercial excluyendo suministros
médicos, alimentos y otros artículos de primera necesidad. Tras el final de la
Guerra del Golfo y después de la retirada iraquí de Kuwait, las sanciones
estaban vinculados a la eliminación de las armas de destrucción masiva que se
suponía tenía el gobierno de Sadam Husein. Este conjunto de situaciones llevó a
hiperinflación, el aumento de la pobreza y desnutrición de la población.
En diversos grados, los efectos de la política del gobierno, las
secuelas de la Guerra del Golfo y el régimen de sanciones se han culpado de
estas condiciones.
En 1996 se estableció un programa “petróleo por alimentos” para aliviar
los efectos de las sanciones.
Varias inspecciones fueron realizadas por la UNSCOM de las Naciones
Unidas (United Nations Special Commission) para controlar la existencia de
armas de destrucción masiva en Irak con poca cooperación del gobierno de Irak.
En 1998 el principal responsable de las tareas de control Richard Butler retiró
el equipo de inspección debido a la falta de cooperación del gobierno iraquí.
En ese mismo año, basado en el informe presentado por el grupo inspector el
presidente de EEUU autorizó ataques aéreos a blancos gubernamentales y
militares. Estos bombardeos continuaron hasta el año
2002.
La Segunda Guerra del Golfo
Después de los ataques terroristas en Nueva York y Washington en el año
2001 relacionado con el grupo terrorista islámico Al Qaeda, y ya bajo la presidencia
de George W. Bush, la política exterior de Estados Unidos comenzó a exigir la
remoción del gobierno Ba'ath en Irak. Los grupos neoconservadores en Washington
habían estado instando a que EEUU promoviera un cambio de régimen en Bagdad,
pero hasta 1998, la política oficial de Estados Unidos había sido simplemente
mantener el cumplimiento de sanciones de la ONU.
En el año 2003, el gobierno de los EE.UU. propuso en las Naciones Unidas
el emprendimiento de una acción militar contra Irak. George W. Bush
declaró que Sadam había violado en repetidas ocasiones resoluciones del Consejo
de Seguridad de la ONU. El gobierno iraquí rechazó las afirmaciones de Bush.
Un equipo de inspectores U.N., encabezados por el diplomático sueco Hans
Blix fue admitido, en el país; su informe final señaló que la capacidad de los
iraquíes en la producción de "armas de destrucción masiva" no fue
significativamente diferente de 1992, cuando el país desmanteló la mayor parte
de sus arsenales restantes bajo los términos del acuerdo de alto el fuego con
las fuerzas de la ONU, pero no se descartaba definitivamente la posibilidad de
que Sadam todavía tuviera armas de destrucción masiva. Los Estados Unidos y el
Reino Unido concordaron en que Irak estaba ocultando armas de destrucción
masiva y se opusieron a las peticiones del equipo de inspección de tener más
tiempo para investigar a fondo este tema.
El 8 de noviembre de 2002 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por
unanimidad la resolución 1441 ofreciendo a Irak "una última oportunidad
para cumplir con sus obligaciones de desarme" amenazando con "graves
consecuencias" si las obligaciones no eran cumplidas. De todos modos, el
Consejo de Seguridad de la ONU no emitió una resolución expresa que autorizara
el uso de la fuerza contra Irak.
De todos modos, a pesar de no tener una autorización del Consejo de
Seguridad en marzo de 2003, los Estados Unidos y el Reino Unido, con la ayuda
militar de otras naciones, invadieron Irak en marzo del 2003. La invasión fue
precedida por bombardeos generalizados de instalaciones militares,
gubernamentales y otros blancos estratégicos y culminó el 20 de marzo del
2003 con la invasión por tierra de las tropas de EEUU y sus aliados. El
ejército de Irak, debilitado económica, moral y militarmente por las sucesivas
guerras y restricciones económicas fue derrotado rápidamente y la coalición
invasora ocupó el país. Los combates principales cesaron el 1º de mayo de ese
mismo año (2003).
El 23 de mayo de 2003, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por
unanimidad una resolución levantando todas las sanciones económicas contra
Irak.
Los EEUU nombraron a Jay Garner (21 de abril de 2003) como administrador
civil provisional del país. Garner fue reemplazado en mayo del mismo año por L.
Paul Bremer, que fue a su vez reemplazado por John Negroponte, el 19 de abril
de 2004. Negroponte fue el último administrador interino de Estados Unidos y
salió de Irak en 2005.
Una elección parlamentaria se llevó a cabo en enero de 2005, seguida de
la redacción y ratificación de una constitución y una elección parlamentaria, A
partir de ese momento se estableció un gobierno iraquí sustituyendo la
administración de los gestores estadounidenses.
A medida que las fuerzas de ocupación trataron administrar el país que
estaba desangrado económica y humanamente, se enfrentaron con una resistencia
muy fuerte, incluyendo acciones de grupos de guerrilla (con participación de
militares del desbandado ejército iraquí), explosión de bombas, emboscadas,
atentados varios, que hicieron difícil el gobierno del país por las fuerzas de
ocupación. El propio Sadam Husein, que desapareció en abril, fue capturado el
13 de diciembre de 2003 y ejecutado.
Los grupos jihadistas se establecen en Irak
Poco después de la invasión de 2003 el grupo Al Qaeda logró establecer
presencia en el país,. Muchos combatientes extranjeros y ex funcionarios del
partido Baath también se unieron a la insurgencia, que fue dirigida
principalmente a atacar a las fuerzas estadounidenses e iraquíes que trabajaban
con ellos, particularmente en el llamado “triángulo sunita”, un área de mayoría
sunita, al norte de Bagdad.
Las fuerzas jihadistas sunitas continuaron atacando a civiles chiíes,
incluyendo un ataque a la mezquita de Al Askari en Samarra (23 de febrero de
2006), uno de los sitios más sagrados del Islam chiíta.
Se sugirió que el ataque fue coordinado por dos organizaciones
jihadistas (el Consejo Mujahideen Shura y Al-Qaeda). A mediados de octubre de
2006 se conoció una declaración del Consejo Mujahideen Shura que anunciaba su
disolución y su reemplazo por el "Estado Islámico de Irak".
Continuaron los ataques insurgentes sunitas seguidos por represalias de las
milicias chiíes. En 2007 y 2008, la violencia comenzó a disminuir y los
EEUU anunciaron la retirada de un contingente principal de sus tropas. En 2011,
sin embargo, se reinicia una nueva escalada en la guerra civil.
El gobierno de Irak instalado por los ocupantes tuvo enormes
dificultades para controlar el país, particularmente en la zona sunita al norte
de Bagdad. Las provincias kurdas del noreste, gobernadas autónomamente por las
organizaciones kurdas también estaban fuera del controld del gobierno de
Bagdad. En 2013, la insurgencia se extendió al noroeste, particularemente en
cerca de la frontera con Siria donde ya hacía unos años había estallado una
violenta guerra civil (con participación directa o indirecta de varios estados
extranjeros, incluyendo EEUU, potencias europeas occidentales y Rusia).
En ese momento se produjo la constitución de una fuerza militar con base
religiosa que logró el control territorial de una extensa zona al noroeste de
Irak y al noreste de Siria, autodeclarado “Califato” con la denominación
“Estado Islámico de Irak y el Levante”. luego conocido por sus siglas ISIS. La
expansión de ISIS se desarrolló en los años 2013-14 apoderándose de la mayor
parte de la provincia de Anbar, las ciudades de Faluya (luego recuperada por el
ejército iraquí), Al Qaim, Abu Ghraib , Ramadi, Mosul y la mayor parte de la
provincia de Nínive.
ISIS desarrolló métodos muy cruentas y mediáticos incluyendo fusilamientos, degüellos, ahogamientos, lapidación y otros métodos de ejecución diversos, filmados en efectivos y aterrorizantes videos que fueron exhibidos públicamente.
ISIS desarrolló métodos muy cruentas y mediáticos incluyendo fusilamientos, degüellos, ahogamientos, lapidación y otros métodos de ejecución diversos, filmados en efectivos y aterrorizantes videos que fueron exhibidos públicamente.
Si bien ISIS atrajo jihadistas de países musulmanes, de Europa y de
otras regiones del mundo, sus tácticas inhumanas lograron el repudio
generalizado de la opinión pública mundial y como consecuencia estimularon la
coordinación de sus numerosos enemigos en su contra.
En los últimos años (2015 y 2016) ISIS ha sufrido el ataque combinado de
los ejércitos Sirio e Iraquí, así como la resistencia y avance de los
peshmergas kurdos. Al mismo tiempo las potencias occidentales y Rusia han
realizado numerosos ataques aéreos que debilitaron las infraestructuras y
logística del autodeclarado califato..
Un país fragmentado
La situación de Irak en el año 2016 continúa inestable. El gobierno
controla solo una parte del territorio, el resto está en manos de ISIS y el
gobierno autónomo kurdo. Los atentados y la violencia se suceden
diariamente. Probablemente esta situación evolucionará hacia una
fragmentación del estado iraquí, con las provincias kurdas manteniendo su
independencia, la mayoría chiita del sur y centro del país, controlando Bagdad,
Basra y otras ciudades del sur y del este, mientras que las provincias
dominantemente sunitas en el centro-norte y noreste del país habrán de tener su
propia administración.
Las guerras de fin y principio del milenio habrán provocado la
desaparición efectiva del estado iraquí tal como era conocido anteriormente.
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