viernes, 14 de junio de 2019

Sobre revoluciones y conspiraciones

Venezuela, Cuba y la interferencia permanente de la elite económico-militar de los EEUU

Con relación a la situación crítica de Venezuela, a nivel político internacional, obviamente hay opiniones divergentes. En primer lugar corresponde recordar la forma sospechosa en que falleció de cáncer el líder venezolano Hugo Chavez. Tampoco hay que olvidar que otros líderes sufrieron "cáncer" simultáneamente, como Lula, Dilma, Lugo, y algunas años antes el líder palestino Yasser Arafat).
El contexto de la crisis actual tiene lugar con regímenes que provienen de procesos revolucionarios, como movimientos rebeldes armados (Cuba)  o de una rebelión interna en el ejército (Venezuela).
Son regímenes inspirados en ideas socialistas, que se basan fundamentalmente en el control del estado de las instituciones y la producción.  Estos regímenes revolucionarios son sobre todo estatistas (con sus ventajas y desventajas).
Hay ventajas como la redistribución de la riqueza y la extensión de los servicios a las clases más desfavorecidas y desventajas como el desarrollo de actitudes burocráticas y por ese mismo motivo vulnerabilidad a la corrupción. 
Por su parte los regímenes no-socialistas también tienen serios problemas de corrupción, pero muchas veces son aceptados socialmente porque se considera que forman parte de las prácticas del capitalismo. Los regímenes no-socialistas también padecen burocratismo pero funcionan más eficazmente en el contexto capitalista corporativo mundial. Al mismo tiempo poseen numerosos sectores sociales pobres e indigentes que son marginados por los procesos productivos y distributivos del capitalismo.
Obviamente, la burguesía y parte de la pequeña burguesía de los países socialistas que  ha sido desplazada, que muchas veces se exilia en el exterior (en este caso, Miami) conspira para recuperar sus privilegios. Para ello tiene la colaboración de los EEUU y otros gobiernos de derecha de América Latina y el mundo. La conspiración lleva a que se decreten bloqueos comerciales y diplomáticos, que conducen al desabastecimiento, a la escasez y al racionamiento.
Lógicamente los gobiernos surgidos de estos procesos tienden a  aliarse para resistir (caso Cuba y Venezuela) y en este caso  (Venezuela) curiosamente logran el apoyo de Rusia y China, que ya no son gobiernos socialistas pero que están en franca competencia con los EEUU.
Como suele suceder el gobierno venezolano sufre un bloqueo generalizado, tanto económico como diplomático. Ha habido limitaciones a varios niveles, falta de repuestos, falta de personal técnico (que ha emigrado por razones económicas), monoproducción petrolera heredada de gobiernos anteriores, y por supuesto burocratismo y casi inevitable corrupción.
En estos días se está dando un ataque frontal de la alianza conspiradora contra el gobierno filo-socialista de Maduro que con graves dificultades continúa resistiendo.
Personalmente tuve la experiencia de visitar Venezuela en varios proyectos, algunos de ellos en áreas indígenas, y siempre la noté como una sociedad crispada, donde el diálogo entre la burguesía y pequeña burguesía con los sectores conocidos como progresistas parecía difícil. Esa discordancia se manifestó y se manifiesta en los hechos. Los sectores chavistas utilizan los métodos a su alcance para conservar el gobierno. 
Los sectores opositores están rabiosamente contra el chavismo y son capaces de promover una invasión y una ocupación militar de los EEUU con tal de desplazar al gobierno de Maduro del poder. Esta última opción puede desembocar en enfrentamientos armados con miles de víctimas.
Para que Venezuela resuelva sus problemas será necesario que disminuya y se resuelva la situación de odio que impera entre las partes. 
Un elemento principal para que ello suceda es que los EEUU cesen de interferir con Venezuela a nivel comercial y financiero, tal como está ocurriendo en la actualidad.  Parece evidente que el actual gobierno de los EEUU solo desea el derrocamiento del gobierno actual que le permita lograr el control de los enormes recursos del país.
En el momento en que los EEUU suspenda sus sanciones paralizantes se darán las condiciones para que se instaure un diálogo razonable entre los sectores políticos y sociales que comiencen a mirarse como compatriotas y no como enemigos irreconciliables.



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