sábado, 8 de junio de 2019

La primera guerra guaranítica y el primer éxodo del pueblo oriental (misionero)

Las misiones franciscanas y jesuíticas del Paraguay y del Guayrá
Las regiones del Paraguay y del Guayrá (en los actuales estados de Paraná y São Paulo) habían sido ocupada por misioneros de las órdenes de los franciscanos y de los jesuitas[1] desde principios del siglo XVII. Estos misioneros católicos habían logrado organizar numerosas comunidades guaraníes y tupíes formando colectividades basadas en la explotación de los recursos, control de los territorios y conversión religiosa de las poblaciones. 
Cuando los jesuitas establecieron las primeras misiones en el Guayrá, éstas fueron atacadas por los bandeirantes[2] que salían desde la nueva población de São Paulo do Piratininga (actual São Paulo) y de São Vicente para proveer de esclavos a las plantaciones de azúcar del nordeste (Bahía, Pernambuco). En uno de estos ataques aproximadamente 80,000  nativos tupìs fueron aprisionados y transportados encadenados a los centros de reventa.


R.Tissera describe gráficamente este episodio: "Los aborígenes capturados de una u otra forma era acollarados y conducidos en caravana a pie. Las penurias de la caminata servían de selección, pues durante el trayecto eran abandonados o sacrificados los que se extenuaban" [3].  Los sobrevivientes escaparon al sur en lo que puede llamarse la primera "redota" (o éxodo) del pueblo oriental (del Paraná) para establecerse en la zona de los ríos Paraná y Uruguay. Esta guerra puede ser considerada como la primera guerra guaranítica. Los guaraníes se escaparon en centenares de piraguas y canoas[4]

Con el tiempo, nuevas reducciones se establecieron a orillas del Uruguay, del Paraná y de la Sierra del Tape. Gradualmente se fueron consolidando a pesar de los ataques contínuos de los bandeirantes que lograron destruír San Carlos de Caapí y Apóstoles de Caazapaguazú en 1637 y 1638. En 1640, los guaraníes se prepararon para la guerra, y cuando los bandeirantes atacaron, las fuerzas guaraníes encabezadas por el cacique Abiarú y con el jesuita Padre Romero se enfrentaron a los bandeirantes con las armas más diversas: cañones de tacuara[5] y chuzas, balsas y municiones, derrotando ampliamente a los bandeirantes un 11 de mayo de 1641 en Mbororé (actualmente en la provincia de Misiones, Argentina) [6].
De allí en adelante los bandeirantes se tuvieron que replegar, sus intentos agresivos continuaron pero fueron mucho menos exitosos y finalmente las Misiones Orientales lograron consolidarse defendidas por un cuerpo militar de defensa con el cual lograron mantener a raya por mucho tiempo a los esclavistas de São Paulo. A principios del siglo XVIII existían en la zona "Misionera" asì establecida  más de una veintena de pueblos relativamente numerosos que constituyeron en gran medida la base de la economía española del Virreinato. En su momento de mayor desarrollo, las Misiones albergaron más de 100,000 habitantes y eran origen de la mayor parte de la producción de las colonias americanas del sur.
Aproximadamente un tercio de las Misiones se encontraba al oriente del río Uruguay. Se trataba de los "siete pueblos misioneros orientales": San Angel, San Miguel, San Luis, San Borja, San Juan, San Lorenzo y San Nicolás[7] con un total de 29,191 habitantes en 1751. 
(continúa)
En un próximo artículo procuraré describir la evolución de las misiones, la guerra guaranítica y la extinción del proyecto misionero ocurrida a mediados del siglo XIX en la frustrada misión de San Borja del Yí en la ya independiente República Oriental del Uruguay.



    [1] La orden de los jesuitas fue fundada por Iñigo López de Recalde o San Ignacio de Loyola a partir de 1550. La fundación de la provincia de Misiones del Paraguay fue autorizada en 1607 por el gobierno español bajo la dirección del padre Diego de Torres. Las reducciones misioneras propiamente dichas comenzaron a establecerse por la década de 1610 en el área de influencia guaraní de los grandes ríos (Paraguay, Paraná y Uruguay).
    [2]  Las bandeiras o malocas estaban constituídas por varias decenas e incluso cientos de aventureros y mercenarios que se dedicaban a la caza de indígenas con fines de esclavitud.
    [3] Tissera, Ramón en "De la civilización a la barbarie. Destrucción de las Misiones Guaraníes; Ed. Plus Ultra, Buenos Aires, 1968; p.28.
    [4] Iban acompañados por el padre Montoya (Jesuita).
    [5] Idénticos cañones de tacuara utilizaban las tropas artiguistas tal como son descriptios por Carlos Anaya en su libro Apuntaciones Históricas, al contar las acciones previas a la batalla de Piedras en que "Benancio Benabides y ...D.Manuel Artigas..." enfrentaron a los españoles, "figurando los Patriotas con un Cañón de Tacuara que a primer descarga se hizo pedazos...". C.Anaya, op.cit. p.49.
    [6] La batalla tuvo lugar en la confluencia del Mbororé con el Uruguay, veinte quilómetros río arriba de San Javier.(Misiones)
    [7] La población de estos pueblos en 1751 era la siguiente: San Angel: 5,186; San Miguel: 6,954; San Luis: 3,653; San Borja: 3,550; San Juan: 3,560; San Lorenzo: 1,835 y San Nicolás: 4,453. (ref.: Guaraníes y paisanos de L.R.González y S.Rodríguez Varese; Nuestras Raices; Montevideo, 1990, p.24).

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