domingo, 22 de abril de 2018



Un mundo de agua
Vivimos en un mundo de agua.

El único planeta conocido que está cubierto de una capa acuosa líquida.
Océanos, ríos, lagos, humedales, nubes, la mayor parte de los rasgos superficiales del planeta están hechos de agua.
La vida misma, cuya presencia es una característica intrínseca de La Tierra, se forma, desarrolla y existe merced a la presencia de este líquido imprescindible.
Desde el espacio o desde las profundidades de su envoltura gaseosa este es un mundo de agua.
A pesar de su abundancia global, las sociedades humanas están teniendo problemas de escasez de agua, cada vez más frecuentes, cada vez más intensos.
Las sociedades contemporáneas están sufriendo crecientemente por falta de agua y ello no se debe a la falta de lluvias, ni al menor caudal anual de los ríos, ni a la ausencia de acuíferos.
En realidad, los estudios de cambios climáticos muestran una tendencia promedial al aumento de las lluvias.  Los caudales fluviales se han vuelto más irregulares pero no han disminuido. Y el balance total del agua subterránea no ha cambiado sensiblemente.
Muchos científicos piensan que el mundo se está haciendo más húmedo, como resultado del efecto invernadero está aumentando la evaporación, la cobertura nubosa, y por ende, las precipitaciones.
Sin embargo, las sociedades están teniendo problemas con el agua.
Si bien hay mucha agua, no está donde se la necesita.  A pesar que hay agua por doquier, su mala calidad la hace inutilizable.
La demanda de agua está concentrada en áreas muy pequeñas y por ende no hay suficiente para satisfacerla. Esas mismas zonas son las que más degradan el recurso.  No sólo consumen mucho agua, sino que además la devuelven a los sistemas naturales en malas condiciones.
En las zonas pobladas el agua es suficiente y de pésima calidad.
Las sociedades contemporáneas se han alienado de la naturaleza. Los seres humanos ya no se sienten parte del ambiente. El agua, base de la vida, de los ecosistemas, de los ciclos naturales terrestres, ha pasado a ser, tan sólo un recurso. Y un recurso de escaso valor.
Al secar los lagos, ríos y acuíferos estamos secando nuestras propias vidas. Al degradar el agua, estamos contaminando el futuro.
La sequía que estamos creando es voluntaria
El Mundo de Agua está aún aquí, con nosotros.
Todavía podemos sumergirnos en él para vivir  plenamente en el futuro. El agua líquida no es una substancia común en el universo. Si bien sus elementos constituyentes, el hidrógeno y el oxígeno, son abundantes, y sus combinaciones bajo la forma de agua sólida, el hielo, o gaseosa, el vapor de agua, tambíén lo son, el agua líquida sólo es estable en condiciones restringidas de temperatura y presión.
El hidrógeno es el gas más abundante del universo, probablemente 99% de su materia está formada por H. El oxígeno, si bien es mucho menos común, constituye gran parte de la corteza sólida de los planetas del sistema solar. Cuarenta y cinco por ciento de la masa rocosa y noventa por ciento del volumen de La Tierra es oxígeno y se le encuentra en proporciones parecidas en las cortezas sólidas de La Luna, Marte y Venus.
Ello no quiere decir que las atmósferas planetarias sean ricas en oxígeno libre. Por el contrario, debido a su actividad química, el O se combina con otros elementos formando múltiples compuestos (óxidos, sales oxigenadas y por supuesto agua).Los minerales más comunes de la corteza terrestre (feldespatos y cuarzo)  contienen una proporción elevada de átomos de oxígeno: 8/13 en los feldespatos (Si (2,3) Al (1,2) K, Na, O8) y 2/3 en el cuarzo (SiO2).  Presentan altos porcentajes de oxígeno los carbonatos (Ca, Mg, K C03) y sulfatos (SO3 Ca, Na, K, Mg (1,2)). También están basados en el oxígeno los compuestos fundamentales de la vida: el CO2 y el H2O,.Con la única excepción de La Tierra, las atmósferas planetarias no contienen oxígeno libre. En el caso de nuestro planeta, su existencia se debe a la actividad biológica. En ese sentido, La Tierra posee una doble anomalía, la elevada proporción de oxígeno libre (bajo la forma molecular diatómica: O2) y la presencia de la vida como fenómeno determinante de su dinámica físico-química.
Una tercera anomalía, que es en cierto modo la causa de las anteriores, es la abundancia del agua en estado líquido, generalmente localizada a lo largo del contacto entre la litosfera y la atmósfera.
La Tierra es el único planeta conocido con una hidrósfera bien desarrollada en contacto con la envoltura gaseosa de su atmósfera.












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