jueves, 17 de agosto de 2017


El petróleo y el gas natural NO son de origen fósil

La teoría abiogénica del origen de los hidrocarburos


De acuerdo a la teoría abiogénica del origen mineral de los hidrocarburos se requiere una revisión esencial de los procesos geológicos de subsuperficie.  Las explicaciones ortodoxas acerca de las causas internas de la orogénesis (formación de relieves), de la  petrogénesis (formación de rocas), del volcanismo, de la sismicidad, de la formación de hidrocarburos y carbones,  e incluso de los yacimientos minerales deben ser revisadas radicalmente.  De acuerdo a T. Gold, el motor principal de la dinámica interna de la corteza y parte superior del manto terrestre está constituido por la desgasificación planetaria, en particular por la formación, ascenso y evolución del metano y otros hidrocarburos (y fluidos carbonosos) derivados. En ese proceso cumple un rol principal la oxidación biológica de los hidrocarburos, concomitantemente con la reducción (también biológica) del azufre y del hierro.}
A medida que el metano se desplaza por los poros y fracturas de las formaciones rocosas en profundidad, entra en contacto con varios minerales oxigenados, en especial óxidos férricos y sulfatos. Como resultado de este contacto las moléculas de metano se oxidan. La disponibilidad de oxígeno es limitada, y por eso son los átomos de hidrógeno, más fácilmente oxidables, los que se combinan con el oxígeno, dando lugar a la formación de agua. En su ascenso las moléculas de metano van perdiendo su hidrógeno, se produce una concentración del carbono. Las valencias libres del carbono permiten su encadenamiento generando moléculas con proporciones C/H cada vez mayores: etano (C2H6 ), propano (C3H8), butano (C4H10), pentano (C5H12),  etc. Estos  nuevos compuestos dan lugar a una mezcla de hidrocarburos gaseosos y líquidos (dependiendo de la presión y temperatura) que normalmente recibe el nombre de «petróleo».
 El proceso de oxidación del hidrógeno y de concentración del carbono puede continuar hasta la casi total eliminación del hidrógeno formando acumulaciones de carbón (carbono casi puro). Por esa razón, es común que existan acumulaciones de gas (sobre todo metano) subyacentes a los yacimientos de petróleo, los que a su vez son coronados por vetas de carbón. 

La oxidación del hidrógeno produce sobre todo agua y la oxidación del carbono, dependiendo de la disponibilidad de oxígeno, genera monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2). 
Por otra parte, la pérdida de oxígeno de los sulfatos (reducción), produce sulfuros de diverso tipo incluyendo gases sulfurados (ver sección «Formación de yacimientos minerales metálicos» en este mismo capítulo). El conjunto de fluidos, incluyendo líquidos y gases carbonosos, metano y otros hidrocarburos, vapores sulfurosos, dióxido y monóxido de carbono y agua, tiende a ascender envolviendo e impregnando las capas superiores, y localmente emanando en la superficie bajo la forma de volcanes de barro, solfataras, géyseres, varias surgencias hidrotermales submarinas y otras emisiones análogas. Una vez que los compuestos carbonosos, incompletamente oxidados, llegan a la superficie y establecen contacto con el oxígeno del aire se produce su oxidación total.  Cuando aflora en el fondo del mar el metano se hidrata (se combina con el agua) para formar hidratos de metano (hielo de agua con un contenido elevado de metano; más del 10%). Los depósitos de hidratos de metano  son muy abundantes en los fondos oceánicos. 
En condiciones de superficie, el metano y otros hidrocarburos se combinan rápidamente con el oxígeno formando dióxido de carbono y agua. A su vez el dióxido de carbono puede ser absorbido por las plantas generándose materia orgánica o combinándose con los elementos térreos (calcio, sodio, magnesio, potasio) para formar carbonatos. Estos últimos se puede acumular en el fondo de los mares y lagos produciendo calizas y en las redes de fracturas de la corteza  más o menos profundas. Considerando los volúmenes conocidos de calizas es probable que solo una mínima parte del carbono terrestre se haya movilizado a la superficie a través de los procesos de desgasificación. 
En resumen, es razonable pensar que el potencial terrestre para producir hidrocarburos en el proceso de desgasificación es grande, probablemente muy por encima de los niveles de extracción actual de hidrocarburos.   De acuerdo a este enfoque desaparecería el concepto de «reservas» que debería ser sustituido por la idea de vías de ascenso y sitios de concentración de los fluidos carbonosos y de los hidrocarburos. Las zonas productivas son en realidad los lugares donde se concentran estas vías de ascenso y por ende donde tiene lugar la acumulación de los hidrocarburos 
Del libro "Inagotables? Petróleo y Gas Naturaj", D.Antón, Piriguazú Ediciones.


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