El origen de la cultura
Una vez que los seres humanos se hicieron omnívoros, también
se convirtieron gradualmente en consumidores de plantas psicoactivas.
Simultáneamente, un proceso lento de evolución cambió su forma física, su capacidad de manipular herramientas, de crear y comprender símbolos.
Esto permitió a los seres humanos generar una cualidad distintiva: el desarrollo de la cultura.
Las culturas son de hecho una parte esencial de las sociedades humanas.
Ellas aparecen, evolucionan, divergen.
Cuando se generaron los primeros cultivos, se inició un proceso imparable de cambio.
Se crearon rituales, ceremonias y enfoques espirituales de la existencia. Se pronunciaron, diseñaron o escribieron sistemas de comunicación altamente complejos. Y finalmente, se imaginaron y construyeron conceptos y dispositivos científicos y tecnológicos. Debido a su origen y evolución en contacto constante con las plantas psicoactivas, los primates humanos adquirieron una fascinación natural con estados alterados de consciencia.
Los mensajes profundos activados por las plantas psicoactivas permitieron el crecimiento espiritual.
Por esta razón, la comprensión de las culturas humanas requiere tener en cuenta el papel de las plantas psicoactivas para desarrollarlas.
Sin plantas psicoactivas, la evolución cultural perdería sentido.
Tal vez esto puede explicar la atracción única, a veces la obsesión, que nosotros, humanos, sentimos por estas poderosas plantas.
No hay que olvidar que las Plantas proporcionan los códigos que permiten descifrar las características esenciales de la especie humana. Son claves para entendernos más allá de las apariencias superficiales.
De "Pueblos, Drogas y Serpientes", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.
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