Danilo Antón
El desarrollo industrial y artístico en Florencia
Las
principales plazas comerciales importadoras de seda en Europa eran las ciudades
italianas, en particular Venecia, Florencia y Génova. De ellas, fue
probablemente Florencia la que desarrolló más fuertemente su potencial
industrial, combinando las sedas provenientes de Oriente con las fibras de lana
de especial calidad producidas en las Islas Británicas.
Ese
poderío económico de Florencia se expresó en la expansión de su red financiera.
La familia de los Medici de Florencia, banqueros del Papado, extendieron sus
sucursales bancarias a varios países europeos, entre los cuales España y
Portugal, y participaron activamente en la financiación de las primeras
expediciones al Nuevo Mundo.
Al
mismo tiempo, esta prosperidad también se manifestó en su desarrollo artístico.
A fines del siglo XV y principios del siglo XVI Florencia se constituyó en el
principal ariete del proceso de renovación cultural al que se dio en
llamar Renacimiento Europeo.
Alrededor
de la producción textil se establecieron dos corporaciones industriales
poderosas: el Arte della Seta y el Arte della Lana. Ambas fueron protagonistas principales de la
historia de la república florentina.
Las
dos corporaciones ocupaban cerca de un tercio de la mano de obra de la ciudad y
fueron en gran medida la base económica de la prosperidad que permitió el auge
edilicio, intelectual y artístico de la ciudad de Florencia.
A
principios del siglo XV, basada en su auge económico, la corporación del Arte
della Lana de Florencia decidió erigir estatuas de personajes del Antiguo
Testamento para ser colocadas en el contrafuerte externo del ábside de la
Catedral de Santa María del Fiore.
Con el fin de llevar a cabo este plan, en 1408, la oficina de obras de la Catedral de Florencia (Opera del Duomo) apoyada financieramente por Arte Della Lana contrató a dos escultores para realizar estatuas de personajes bíblicos. A Donatello se le encomendó una estatua del Rey David y a Nanni di Banco una imagen del profeta Isaías. Los encargos fueron ejecutados por ambos artistas aunque finalmente las estatuas no se llegaron a colocar en la catedral como estaba previsto.
Con el fin de llevar a cabo este plan, en 1408, la oficina de obras de la Catedral de Florencia (Opera del Duomo) apoyada financieramente por Arte Della Lana contrató a dos escultores para realizar estatuas de personajes bíblicos. A Donatello se le encomendó una estatua del Rey David y a Nanni di Banco una imagen del profeta Isaías. Los encargos fueron ejecutados por ambos artistas aunque finalmente las estatuas no se llegaron a colocar en la catedral como estaba previsto.
Algunos
años después el David de Donatello fue enviado al Palazzo della Signoria dentro
del cual permaneció por mucho tiempo. Allí se le agregó una leyenda en latín
que decía: “A aquellos que lucharon valientemente por la patria los dioses le
brindaron ayuda incluso ante los enemigos más terribles.”
Medio
siglo más tarde y procurando cumplir con el plan original se comisionó la realización de otra estatua
del Rey David al escultor Agostino di Duccio cediéndole un bloque de mármol
propiedad de la corporación que había sido reservado a tal efecto[2],.
A
partir de 1464 el artista intentó dar forma a la piedra pero sus resultados
fueron insatisfactorios y la obra fue abandonada inconclusa dejando el bloque
prácticamente inservible.
A
principios del siglo XVI y con bastante retraso, se decidió encargar la obra al
joven artista florentino Michelangelo Buonarroti (en español conocido como
Miguel Ángel) quien puso manos a la obra en 1501.
Miguel
Angel trabajó duramente en su taller y terminó la escultura casi tres años más
tarde. Su dedicación a la obra fue muy grande y el resultado fue
impecable.
La
estatua de más de 5 metros de altura que estaba constituida por una versión
desnuda de un hombre juvenil y atlético se completó en mayo de 1504. En ese
momento fue presentada al Gonfaloniero de Florencia, Piero Soderini, quien sugirió
que se corrigiera algún defecto que apreciaba en la nariz. Míguel Angel
aparentemente accedió a realizar la corrección, subió la escalera hasta llegar
a la cara de la estatua y allí tomó polvo de mármol que llevaba en una pequeña
bolsa y lo arrojó a la vez que daba un golpe en la estatua con su cincel..
¿Ahora
está bien? Preguntó el artista.
Ahora
sí, respondió el Gonfaloniero.
Y así la obra estuvo lista para ser trasladada a la plaza del Palazzo de la
Signoria.
Es
una paradoja que el personaje bíblico David, famoso por su desigual combate con
un adversario mucho más corpulento, el filistino Goliat, haya sido representado
en una estatua de grandes dimensiones, mucho más grande que los 3 metros de
altura que se atribuyeron al oponente de David.
En
Florencia el gigante no era Goliat sino David y así fue denominada la estatua
por la población de la ciudad.
La
operación de traslado duró cuatro días.
El
“Gigante” recorrió los callejones de Florencia durante cuatro días y al fin
llegó a su lugar de destino.
La
trayectoria se cumplió con la oposición de algunos adversarios políticos del
gobierno florentino, tal vez partidarios de los Medicis, o del propio lider
religioso Girolamo Savonarola escandalizados por la desnudez de la efigie.
En el transcurso del traslado hubo personas que arrojaron piedras al paso de la
gran estatua.
La
obra escultórica, escandalosa para la época, se ubicó en la plaza central de la
ciudad y para mayor desafío se la orientó con su cara dirigida hacia
Roma.
Podemos
suponer que el David de Míguel Angel tenía contenido político más que
religioso. La estatua era una afirmación de la república soberana de los
florentinos y de oposición al gobierno oligárquico de los Medicis y al Papado
de Roma.
En
cierto modo, el David puede ser considerado como la versión renacentista de la
Estatua de la Libertad.
De
"Crónicas de la Peripecia Humana", Danilo Antón, Piriguazú
Ediciones
Nots. El bloque
de mármol provenía de las canteras de Fantiscritti en Miseglia y había sido
utilizada para esculpir esa misma estatua anteriormente sin éxito.
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