miércoles, 26 de diciembre de 2018

La cultura criolla del Uruguay
Los matreros, los últimos alaridos de la libertad gaucha
El Clinudo
En los campos y pagos del Uruguay hubo muchos matreros famosos. Tal vez uno de los más conocidos fue "El Clinudo", Alejandro Rodríguez.
El Clinudo habían nacido en la pobreza en la región minuana del valle de Fuentes; era domador de potros, guitarrero, cantor e improvisador de versos. Por su pelo largo y vistoso recibía por apelativo: "El Clinudo". Rodríguez aprendió a tocar la guitarra de niño con el famoso guitarrero Ciriaco. Aún muy joven, compró su primera guitarra en la Villa de Minas y utilizó todos los métodos posibles para mejorar su estilo. Incluso se dice que acostumbraba a poner los dedos en un hormiguero para hortigarlos... Todavía muy joven se "alucinó" con Margarita la hija de un canario de la zona. Su rival de amores, un tal Gordillo, lo enfrentó y fue ultimado por "El Clinudo" en ardua lucha a facón. Este escapó y se refugió en los montes del Cebollatí. Cuando estalló la revolución tricolor, "El Clinudo" se incorporó a las huestes de un caudillo de Minas: Manduca Carabajal quien combatía a los revolucionarios y debido a su valor demostrado en batalla, finalmente logró que se le eximiera de culpas. Durante varios años, "El Clinudo" anduvo de pago en pago en su oficio de domador, en las canchas de tabas, carreras de caballos, riñas de gallos y aventuras amorosas. Con el tiempo, la violencia no tardaría en llegar nuevamente a su vida, nuevos duelos a facón o a trabuco lo llevaron a refugiarse en los montes. El matrero es perseguido sin éxito por la policía por varios meses hasta que fue sorprendido en un baile del Yerbal Grande donde fue herido, perdió sus dedos, fue apresado y puesto en cepo y calabozo. Más de un año después el fiscal pidió la pena de muerte. En un reportaje de "La Tribuna Popular" de 1883 el cronista le preguntó: "¿Es cierto, Rodríguez, que Ud. ha dicho que no apelaría de la sentencia de muerte porque está cansado de la vida?, a lo que "El Clinudo", ya con el pelo cortado, respondió: "Eso no es cierto señor. ¡Como voy a estar cansado de la vida cuando apenas tengo 23 años y nunca he sabido lo que es felicidad!" Trece años después, en 1895, "El Clinudo" fue puesto en libertad. Del joven matrero ya no quedaba ni la sombra. A tres días de salir de la cárcel se suicidó, degollándose. Otra vez había triunfado la auto-proclamada "civilización" sobre la "barbarie"...

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