La Virgen del Guadalupe en realidad es Tonantzin, la antigua deidad de los mexicas (aztecas)
La Virgen
de Guadalupe, que se ha transfomado en la patrona religiosa católica de México
es en realidad una adaptación que hicieron los españoles de la antigua deidad
mexica Tonantzin (también llamada Coatlicue).
Sobre las ruinas de los templos de Tonantzin los invasores
construyeron las iglesias de la Virgen de Guadalupe. Gradualmente los nativos
se fueron acostumbrando a las nuevas imágenes hasta la actualidad donde pocos
mexicanos recuerdan los profundos orígenes de su dimensión espiritual.
Coatlicue era ‘la que tiene su falda de serpientes’ en
la mitología mexica es la representacion de la fertilidad. También
recibía el nombre de Tonāntzin 'nuestra (to-) madre (nān-) venerada (-tzin)
Era venerada como la madre de los dioses y estaba
representada como una mujer usando una falda de serpientes. Tiene los pechos
caídos, que simbolizan la fertilidad y un collar de manos y corazones humanos
que representan la vida. La imagen más conocida se encuentra en el Museo
Nacional de Antropología de la ciudad de México. Es una estatua
monumental. En ella, además de la falda de serpientes, se pueden ver serpientes
por todo el monumento. La cabeza está constituida por dos serpientes que se encuentran,
símbolo de la dualidad que al crearse dio inicio a todo el universo. Era madre de los Centzon Hui tznahuac, los “cuatrocientos
surianos”, que eran los dioses de las estrellas del sur (lo que denominamos la
Cruz del Sur y la constelación del Centauro, que son visibles desde la ciudad
de México en los meses de abril y mayo). También era madre de Coyolxauhqui,
que regía a sus hermanos del cielo del sur. Coyolxauhqui es representada a
menudo como una diosa lunar que fuera descuartizada en imagen por el
guerrero pueblo de los mexica, poniendo en su lugar a un dios armado y violento,
Huitzilopochtli, que también era hijo de Coatlicue. Para los mexicas,
Huitzilopochtli (representado paradójicamente como un colibrí) era el dios del
sol y de la voluntad, patrón de la guerra, de las tácticas bélicas, de las
batallas y del fuego,
Los españoles aprovecharon la creencia de los mexicas en
Tonantzin para introducir el culto de la Virgen María, en particular la Virgen
de Guadalupe (que era un culto de Extremadura, de donde provenía Hernán
Cortés).
Estos orígenes los relata ilustrativamente Bernardino de
Sahagún 1)
Los mexicas “ tenían un templo dedicado a la madre de los
dioses, que ellos llaman Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían
muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a ella de muy lejanas
tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían
muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas. Era
grande el concurso de gente en estos días y todos decían 'vamos a la fiesta de
Tonantzin';
Y continúa Sahagún: “ahora que está ahí edificada la
iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando
ocasión de los predicadores que también la llaman Tonantzin. ...y vienen ahora
a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual
devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de
Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin
como antiguamente."
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las
cosas de la Nueva España, 1540-1585
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