La esclavitud era una vieja institución europea. Los
paradigmas de "democracia" que son puestos como ejemplos de
desarrollo politico eran sociedades que dependían de la mano de obra esclava
para casi todos sus productos y servicios. Se señala que, en el momento de
mayor auge en Atenas, los ciudadanos libres constituian menos de 20,000
hombres. Si a ellos agregamos sus familias no excedieron en ningún momento las
90,000 personas. En esa misma época habían más de 300,000 esclavos y 45,000 metecos (inmigrantes y libertos).
Como señala Engels: "Por cada ciudadano adulto
contábanse, por lo menos dieciocho esclavos y más de dos metecos." Otras
cifras que se dan habitualmente para las ciudades de la Grecia clásica incluyen
más de 460,000 esclavos en Corinto y 470,000 en Egina. En la Italia romana,
sobre unos 7 millones habitantes, 3 millones eran esclavos.
La esclavitud siguió siendo la base de las economías y las
sociedades en Europa y en el Medio Oriente luego de la decadencia geopolítica
de las ciudades griegas. El Imperio Romano fue construido y mantenido por el
trabajo de millones de esclavos. En la llamada "Edad Media" europea,
la esclavitud y la servidumbre (en muchos aspectos similar a la esclavitud)
fueron las instituciones fundamentales que mantuvieron una situación análoga en Europa durante varios siglos.
El tráfico de esclavos provenientes de Africa fue la base
de la "prosperidad" de los reinos Moros del Magreb norafricano. Más
tarde, un siglo antes de la llegada de las primeras naves españolas a América,
decenas de miles de guanches, habitantes aborígenes de las Islas Canarias
fueron hechos prisioneros para ser vendidos como esclavos para trabajar en las
plantaciones de caña de la isla portuguesa de Madeira.
El sistema esclavista es trasladado a América
Por esa razón no es de extrañar que apenas llegados al
Continente Americano, los europeos hayan capturado numerosos esclavos para su
posterior reventa o utilización. Tampoco es sorprendente que, al establecerse
las primeras colonias europeas en América, se hayan creado mercados para
esclavos. Este hecho, que en Europa hubiera sido banal, en América, donde la
esclavitud era prácticamente desconocida, dio lugar al desencadenamiento de
procesos totalmente nuevos. Algunos grupos nativos dominantes hicieron cautivos
en mucha mayor cantidad que antes, pero ahora con el fin de venderlos o pagar
tributos a esos poderosos extranjeros. Así aparecieron sistemas de captura y
comercialización de esclavos en varios lugares de América del Norte, entre los
guaraníes del pie de monte andino, que esclavizaron a los chané, entre los
kadijeu de Mato Grosso que establecieron una relación de amo- esclavo con los
terena, etc.
La expansión del cultivo de la caña de azúcar con trabajo
esclavo
Es sabido que el "descubrimiento" de América tuvo
que ver con la búsqueda de un camino comercial al Asia Suroriental, frente a la
obstrucción de las vías tradicionales del Medio Oriente que en ese momento
habían caído bajo dominio turco. También es conocido que la cultura medieval de
la época había generado una mitología de grandes
riquezas en países lejanos, de viajeros o caballeros que,
tras innumerables aventuras, lograron hacerse de grandes riquezas y poder.
Españoles y portugueses llegaron a este continente, para ellos desconocido,
buscando especias y oro aunque finalmente la motivación principal de su
conquista pasó a ser el cultivo de la caña de azúcar. La caña de azúcar fue
domesticada en la India, llegando a la península ibérica en el siglo XII para
ser introducida en las islas de Madeira, y luego Santo Tomé durante el siglo
XV, por los portugueses, donde se la cultivó intensivamente utilizando mano de
obra esclava guanche, proveniente de las islas Canarias (recientemente ocupadas
a sangre y fuego por los reyes castellanos) mora y africana traída de las
costas de Guinea. Los mayores rendimientos se lograron en las islas de Madeira
y Santo Tomé. Al terminar la década de 1450 el azúcar de Madeira se vendía en
Londres. En 1493 había ochenta ingenios que producían dieciocho toneladas
anuales. La pingües ganancias obtenidas por la venta del azúcar en Europa
permitió a los portugueses y sus socios españoles financiar ulteriores
expediciones, entre ellas las que habrían de culminar con la conquista del
continente americano. En todos los lugares apropiados, tanto españoles como
portugueses, establecieron plantaciones de caña de azúcar utilizando para ello
la mano de obra esclava de los nativos que habitaban estos países. Los
españoles esclavizaron decenas de miles de taínos y caribes en las islas que
controlaban (Haiti, Cuba, Puerto Rico, etc) y los portugueses hicieron lo
propio con poblaciones tupinikin, carijo, tupinambá, caeté y otras en la costa
del Brasil. La eliminación de la población indígena original de estas comar-cas
azucareras tuvo lugar muy rápidamente. Los taínos de Cuba y Haití fueron
reducidos de millones a cientos en menos de medio siglo, algunas de las
Antillas Menores fueron vaciadas en tres o cuatro expediciones de secuestro.
Los portugueses obraron de modo parecido en sus "dominios" del
Brasil, eliminando las Primeras Naciones de toda la costa nordestina, desde
Ceará hasta Ilheus, en poco más de cincuenta años. Igual destino corrieron los
carijá y otros grupos de las costas meridionales, alrededor de las colonias de
Sáo Paulo y Sáo Vicente.
(continúa)
Del libro “Amerrique, los huérfanos del paraíso”, Danilo
Antón, `Piriguazú Ediciones
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