lunes, 21 de mayo de 2018


Capítulo 3  (primera parte)
Agua y Relieve
El Agua como Agente Geomorfológico
Ya sea directa o indirectamente, el agua es responsable por la mayor parte de los eventos generadores de relieves, formas y suelos en la superficie de la tierra.
Su influencia ocurre desde el momento en que las gotas de agua de la lluvia golpean el suelo. En el momento del impacto se produce una “craterización” de la superficie, arrojándose las partículas en los alrededores del  “micro-cráter”. Esta “salpicadura” tiene un efecto impermeabilizante sobre el suelo, dificultando la infiltración y favoreciendo su escurrimiento.
Las aguas que no se infiltran, comienzan a correr, primero forman hilos de agua, luego escorrentías concentradas y torrentes, y finalmente van a parar a los valles mayores de los ríos.
Por todos los lugares en donde fluye, el agua deja su marca física Sobre los interfluvios remueve las partículas y excava surcos. En los valles y llanuras corta canales, acarrea partículas de variadas dimensiones y deposita sedimentos. Todos estos rasgos geomorfológicos constituyen una suerte de memoria que permanece en el paisaje influyendo en el escurrimiento de los eventos pluviales y fluviales futuros. 
En las laderas, cada nueva lluvia efectiva profundiza los surcos existentes, intensificando su efecto en forma acumulativa. Cuando las cuencas de recepción son pequeñas, de algunos cientos de metros cuadrados o decenas de hectáreas, el proceso continúa hasta la estabilización de las laderas. Esta se produce cuando se alcanza un perfil de equilibro, o como resultado de factores geológicos locales (p.ej. rocas duras aflorantes, acumulación de sedimentos).
En los ríos con cuencas más extensas la excavación de los valles puede continuar por muchos siglos, milenios e incluso cientos de miles de años. Este fenómeno a gran escala se llama “entalle” o “incisión”´.
A veces el proceso de entalle se interrumpe debido a procesos de sedimentación aluvial que dejan llanuras de acumulación a ambos lados de los lechos. En otras ocasiones el proceso se reanuda, y la incisión se reactiva. El resultado final es un perfil transversal en forma de “escaleras” de terrazas, sucesiones de taludes de incisión y superficies plano-horizontales que son testimonio de antiguas planicies fluviales abandonadas por el río.

Algunos valles pueden erosionar sus cabeceras, aumentando su cuenca de recepción, captando valles vecinos y extendiendo su área de influencia. Este proceso se llama erosión regresiva. En cierto modo, las diferentes cuencas “compiten” por sus respectivos territorios. Los valles con mayor pendiente y fuerza erosiva “avanzan”, mientras que los valles contiguos “retroceden”.  

Los registros del modelado

Las redes fluviales están constituidas por formas geomorfológicas complejas que son utilizados por el agua para escurrir hacia las partes bajas.
El modelado de las redes hidrográficas es un verdadero registro de la historia geológica. En éste, el agua juega el rol de “grabador”  y las formaciónes geológicas y suelos, el de “la pasta del disco”. Este registro se da a todos los niveles: a nivel micro, sobre cimas, laderas, planicies y cauces, y a nivel macro, sobre cadenas montañosas, macizos rocosos, mesetas, cuestas geológicas, penillanuras y llanuras.



El agua como agente químico y biológico

Además de esta acción orogenética directa, el agua tiene otros impactos indirectos  sobre la morfología del paisaje.
Uno de ellos es su rol como agente de alteración química de los minerales y las rocas. Impregna la superficie y fisuras de las formaciones rocosas provocando cambios químicos en cristales, vidrios naturales y agregados particulares. Estos fenómenos se ven facilitados por la presencia de sales o gases en disolución que pueden provocar una aceleración del proceso.
A ello se agrega el profundo efecto que tiene la presencia de organismos vivos y sus productos metabólicos. El agua es, a la vez, el “vehículo” de los organismos y moléculas orgánicas asociadas, y un compuesto esencial de los procesos vitales. Los organismos vivos y muertos, así como los productos de su metabolismo o descomposición, también tienen  efecto en el registro del modelado.
Estas acciones tienen lugar a nivel micro por la influencia de las bacterias, líquenes y musgos  sobre ciertas superficies y rajaduras de las rocas.  A nivel meso el impacto principal es ocasionado por las comunidades de organismos vivos, organizadas en “ecosistemas”.  
A nivel macro, e incluso a nivel planetario, la influencia de la biota también se hace sentir. Tal como lo demostró recientemente James Lovelock en “The Ages of Gaia”, la vida es uno de los principales factores de la evolución geológica y geoquímica, e incluso geofísica, del planeta.

Tipología de los ambientes geomorfológicos

La influencia del agua y de la vida sobre los registros del  hidro-relieve varía de acuerdo a las características de cada ambiente geomorfológico. 
En este capítulo proponemos una tipología de los ambientes geomorfológicos, teniendo en cuenta principalmente la ausencia, presencia o abundancia de procesos basados en la acción del agua y en el estado físico de la misma (gaseoso, líquido y sólido).
Al nivel taxonómico más elevado lo denominamos: ámbito. Al segundo nivel, dominio, al tercero, sistema. Los sistemas los subdividimos en zonas y a las zonas en provincias.
De acuerdo a esta clasificación, definimos tres ámbitos principales para la posición jerárquica mayor. Ellos son: el ámbito sub-aéreo, el  ámbito sub-acuático y el  ámbito sub-glacial.
El ámbito sub-aéreo está constituido por las áreas que están en contacto directo con la atmósfera: el sub-acuático, por las zonas cubiertas de agua líquida, y el sub-glacial, por las tierras recubiertas por hielo.
Dividimos el ámbito sub-aéreo de acuerdo a sus características bio-climáticas. Así, diferenciamos un dominio bio-pluvial (donde llueve habitual u ocasionalmente) y un dominio hiperárido (donde no llueve nunca o casi nunca). A su vez el ambiente sub-acuático se dividiría de acuerdo a la profundidad y características geológico-tectónicas: dominio de las plataformas, dominio de las dorsales y dominio de las zonas abisales. Por otra parte, el ambiente sub-glacial se subdivide en dominio de los inlandsis, dominio de las calotas y dominio de los glaciares locales o de montaña.
A continuación describiremos las características de cada ámbito.





El Ambito Sub-Aéreo

El Dominio Bio-Pluvial

El Dominio Bio-Pluvial se caracteriza por su localización continental o insular y por la existencia de lluvias más o menos periódicas que dan lugar a una cobertura vegetal permanente o espóradica. La continuidad, densidad y permanencia de la vegetación es el factor principal de su dinámica superficial.
En este ámbito el modelado es el resultado de la interacción de dos tipos de procesos:
          a) Los procesos de tipo árido y
          b) los procesos de tipo húmedo.
Los sistemas áridos son el resultado de la acción de mecanismos del primer tipo, mientras que los sistemas húmedos se desarrollan cuando imperan los acciones del segundo tipo
Frecuentemente hay interacción entre ambos tipos de mecanismos y de ésta surgen gran parte de los paisajes habitados del planeta. Son ejemplos de esta interferencia las zonas semiárida y mediterránea.

El sistema geomorfológico árido

El sistema árido esta asociado a ambientes con un déficit de humedad casi permanente,  precipitaciones poco frecuentes y escasa densidad de la cobertura vegetal. Como resultado de estas características son regiones en donde predominan los mecanismos geodinámicos de tipo árido.
Sus características principales son las siguientes:
Ausencia casi total o escasez de cobertura vegetal durante largos períodos de tiempo, durante los cuales el suelo queda al descubierto.
Predominio del escurrimiento en el balance hídrico. Este se da tanto en forma superficial como torrencial.. A nivel de los interfluvios la infiltración es en general reducida.
La circulación hipodérmica es normalmente muy escasa debido a la inexistencia de un manto de alteración que oficie de reservorio y a la escasa infiltración.
Por dicha razón, hay una escasa contribución hipodérmica a los cursos de agua (ello es aplicable también a las napas más profundas).
El aporte de éstos, es casi exclusivamente superficial por intermedio de los torrentes o del escurrimiento discontínuo.
Como consecuencia de lo anterior, los cursos de agua dependen casi exclusivamente de las lluvias recientes para su alimentación.
De allí, la gran irregularidad del caudal de las vías fluviales. Grandes crecidas y grandes bajantes que pueden llegar a la desaparición del curso de agua poco después de las lluvias.
Predomina la meteorización física sobre la química en los materiales del sustrato expuestos en superficie. Son frecuentes los procesos de desagregación y fracturas de granos (generalmente por termoclastismo). La alteración del sustrato es poco frecuente y nunca muy profunda.
Hay ablación intensa en las laderas (ablación superficial) y en los thalwegs menores ( ablación torrencial). El balance de ambas determina la forma de éstos. Generalmente muestran formas amplias en U en la cima del interfluvio y formas en V en la base de la ladera.
Como consecuencia de esta ablación las laderas retroceden en forma rápida manteniendo un estilo de pendientes durante la evolución del paisaje.
Hay un intenso aporte lateral a los thalwegs principales debido a dicha erosión.
Por esa razón, relleno acelerado del fondo de éstos por los materiales que el curso de agua no es competente para evacuar.
A ambos lados de la zona aluvial de relleno se suele desarrollar una zona plana suavemente inclinada hacia el eje del thalweg donde predominan los procesos de escurrimiento discontínuo y torrencial asociados que son el sitio de tránsito de gran parte de los materiales que provienen de las laderas. Dichas superficies se llaman glacis o pedimentos y pasan lateralmente a conos coluviales de pie de monte y conos torrenciales de deyección
Esta zona de glacis es lo que queda en la zona anteriormente ocupada por la ladera en retroceso cuando ésta se.retira.
En este ambiente en que el suelo no está protegido por la vegetación es normal que se den las condiciones para que se ejerza la acción erosiva del viento se ejerza. La deflación es frecuente, en especial en las planicies aluviales y glacis contiguos. Sin embargo, la acción del modelado de hidrogénesis es importante y es éste quien determina la organización de las formas principales en thalwegs a interfluvios. La acción del viento se limita a una movilización de materiales finos, con construcción en formas de detalle, frecuentemente transitorias (a menudo destruídas en tiempos de lluvias).
En la zona de transición del dominio bío-pluvial al dominio hiperárido, las formas eólicas empiezan a persistir y a dar la tónica del estilo del paisaje, hasta llegar a un punto tal en donde la ausencia de precipitaciones es casi total, llegando a una morfogénesis eólica- casi exclusiva.
El resultado final de la acción de estos mecanismos es un paisaje compuesto de amplias superficies suavemente inclinadas, irregulares en el detalle y "testigos" de los antiguos interfluvios constituidos por cerros con laderas escarpadas y una zona cimera relativamente plana que les confiere a menudo aspecto mesetiforme y restos de antiguos cerros que han perdido la superficie antedicha y que aparecen como "islas" abruptas y/o pedregosas en la monotonía del paisaje circundante.
Es de hacer notar, que no es frecuente que un paisaje sea exclusivamente el resultado de la acción de un solo sistema morfogenético. Los cambios climáticos son la regla y la persistencia climática la excepción. Y para que la acción de este sistema se interrumpa basta un cambio climático de cierta consideración. Luego de producido dicho cambio se generará una interferencia entre el paisaje heredado y el nuevo clima.

El sistema geomorfológico húmedo

El sistema húmedo se caracteriza por un superavit anual de precipitaciones con relación a la evaporacion y, consecuentemente, una cobertura vegetal densa y espesa.
Los mecanismos característicos son los siguientes:
Cobertura total de la superficie por la vegetación, frecuentemente con varios estratos superpuestos.
Escaso o nulo escurrimiento superficial.en las laderas
Escaso o nulo escurrimiento torrencial.
Ausencia de ablación superficial y torrencial.
Evolución  erosiva muy lenta de las laderas e inclusive estabilización total. Muy escasa densidad de thalwegs secundarios, debido a la ausencia de erosión torrencial.
El aporte de materiales lateral a los thalwegs principales es también muy escaso.
Por lo tanto, hay alta competencia de las aguas fluviales, muy pobres en sedimentos.
Ello determina la incisión o entalle del fondo del lecho.
Predomina la meteorización química; hidrólisis y neoformación, transformación de minerales alterables solubilización de sales varias.
En general, evacuación de cationes (Na,K,Mg,Ca,Si). Acumulaciones residuales ricas en Al y Fe.
Desarrollo gradual de un manto de alteración de espesor considerable.
La existencia de una cobertura vegetal densa y la presencia de un manto de alteración de cierta permeabilidad, posibilita el amplio predominio de los procesos de infiltración frente a los de escurrimiento superficial.
Dicho manto de alteración constituye el lugar de tránsito del escurrimiento "hipodérmico" hacia los thalwegs principales.
Una parte de la infiltración puede atravesar formaciones del sustrato y reaparecer en los thalwegs dando lugar al "escurrimiento" freático, que se diferencia del hipodérmico por el tipo de formaciones atravesadas durante la marcha. El escurrimiento hipodérmico se desarrolla en formaciones superficiales, mientras que el freático tiene lugar en el sub-suelo. Es de hacer notar que existen una multitud de casos intermedios donde la categorización no es fácil.
Por todo esto, los aportes laterales al curso fluvial dependen mucho más de las características de las capas hipodérmicas y freáticas que del ritmo instantáneo de las lluvias. Estas capas actúan como un reservorio que se va vaciando lentamente cuando pasa cierto tiempo sin llover, impidiendo que se produzcan bajantes demasiado grandes a nivel de los cauces. Cuando llueve, en cambio, el agua infiltrada se emplea en primer lugar para cargar la capa, y no es si no varios días después que llega al thalweg principal, en forma lenta y homogéneamente distribuida en el tiempo. Todo ello provoca que los caudal de los ríos o arroyos sean relativamente independiente de las lluvias recientes, y de una gran regularidad.
Debido a la presencia de un espeso manto de alteración el sustrato aflora solamente en las laderas de pendientes más fuertes, aunque se le ve aflorar frecuentemente en los thalwegs principales.
En los valles de clima húmedo los perfiles longitudinales muestran irregularidades frecuentes como resultado de las heterogeneidades litológicas del sustrato.
El control estructural de las formas de interfluvios es débil.

El resultado final de una evolución morfogenética húmeda es el desenvolvimiento de interfluvios convexos y valles con perfiles transversales en V. Las laderas de pendientes moderadas a suaves presentan escasos thalwegs secundarios y en general están carentes de afloramientos. Éstos son mucho más frecuentes cuando las laderas son abruptas.
En ciertas zonas de estilo tectónico enérgico, los valles fluviales pueden profundizarse lo suficiente como para dar lugar a pendientes muy fuertes en las laderas. Llegando a cierto umbral de inestabilidad, dependiendo de la densidad de la vegetación, del tipo de materiales, de la humedad del suelo y de la pendiente, se suelen producir movimientos de masa, que son los principales agentes de modelado de los sistemas húmedas.

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