sábado, 26 de mayo de 2018


2018: Posibles novedades en el panorama político de América Latina

El año 2018 parece ser el año en que los gobiernos considerados progresistas en América Latina se encuentran en un proceso de retroceso. 
La destitución del gobierno  de izquierda de Fernando Lugo en Paraguay por medio de un golpe parlamentario en 2012, fue seguida algunos años más tarde por el derrocamiento de     Dilma Roussef en Brasil en agosto de 2016  por medio de otro golpe parlamentario. Dos años más tarde, también en Brasil, el candidato presidencial de las elecciones de 2018, el expresidente Luiz inacio Lula Da Silva, fue arrestado por un supuesto acto de corrupción, cuya veracidad por lo menos ofrece muchas dudas. Esta medida judicial parece inscribirse en una avanzada conservadora sobre las fuerzas consideradas progresistas de la República Federativa de Brasil
En mayo del año 2017, otro gobierno, también de izquierda, el de Rafael Correa en Ecuador, fue sucedido por un presidente que parece haber modificado radicalmente las políticas de su predecesor (a pesar de que Correa había sido instrumental en su elección).
El caso de Nicaragua, que está sufriendo también una situación de inestabilidad que puede terminar en un cambio de gobierno, es algo diferente. Uno de los líderes de la revolución  sandinista que triunfara en 1979, Daniel Ortega, que había sido desplazado del poder por la vía electoral en 1990, volvió a la presidencia desarrollando políticas contradictorias, con posiciones de izquierda en lo internacional y conservadores y autoritarias en lo nacional. Ortega instauró un régimen acusado de corrupción y nepotismo, que se volvió crecientemente impopular y cuya estabilidad está en tela de juicio.
Otro gobierno que se autocalificaba como progresista, esta vez en la República Argentina, era el de Cristina Fernández de Kirchmer, quien también sufrió varias acusaciones de corrupción. Estas derivaron en varios episodios mediáticos escandalosos que  culminaron en su desplazamiento electoral. El gobierno de Cristina Fernández fue sustituido por un gobierno de centro-derecha (Mauricio Macri) que actualmente procura sobrevivir en un ambiente de creciente inestabilidad política.
Del mismo modo, el gobierno social-demócrata de Michele Bachelet en Chile fue desplazado por la presidencia del derechista Sebastián Piñera,  completando el abanico de gobiernos de izquierda o progresistas que perdieron el poder en los últimos años.
Por su parte uno de los gobiernos de izquierda más radicales del continente, el de la República Boliviariana de Venezuela, el de Nicolás Maduro, también sobrevive en una profunda crisis económica y social. Si bien ganó las últimas elecciones se generan dudas acerca de su sostenibilidad política en el mediano o largo plazo..
Cuando parecía que ya no había lugar en América Latina para opciones de tipo popular o de izquierda  (desde la derecha las consideran “populistas”), aparecen dos candidaturas de izquierda, progresistas, bien definidas en los dos países hispano-americanos con mayor población, México y Colombia.)
En México lidera ampliamente las encuestas para las elecciones de julio de este año (2018) el candidato del Movimiento de Renovación Nacional (MORENA). Andrés Manuel López Obrador, veterano político de la izquierda mexicana, que abiertamente postula una profunda reforma del régimen político, social y económico, pregonando actitudes éticas a nivel del gobierno  y proponiendo un ataque frontal a la corrupción que ha imperado en el país por muchas décadas.
En Colombia, es el candidato del Movimiento Progresista y ex-alcalde de Bogotá. Gustavo Petro, que también sorpresivamente sube en las encuestas, incluso en algunas regiones que eran antiguamente feudos conservadores. Gustavo Petro fue combatiente del movimiento guerrillero M19 durante 13 años (del 1977 al 1990) incluyendo períodos en que prisionero y torturado. Desde su liberación continuó su participación política y en sucesivos cargos públicos, incluyendo una exitosa gestión en la Alcaldía de Bogotá y ahora su reciente candidatura presidencial que avanza con mucha aceptación popular
Los posibles gobiernos de López Obrador y Gustavo Petro podrán cambian la geografía política del continente.  Esperemos que fructifiquen para el bien los pueblos mexicano y colombiano y que puedan servir de apoyo y ejemplo a las luchas del resto de los países del continente.

1 comentario:

My Sweet Pack dijo...

Muy buena reflexión