La utopía
marxista
Carlos Marx utilizó en gran medida los desarrollos filosóficos
que lo precedieron.
En particular dedicó años al estudio de la organización social de los indios de
América (tal como está señalado en el trabajo de Engels, “El origen de la
familia, la propiedad privada y el estado”). En este trabajo se toma como base
los estudios de Lewis Henry Morgan “Ancient Society, or Researches in the Lines
of Human Progress from Savagery through Barbarism to Civilization” basado en un
trabajo anterior sobre la Liga de los Iroqueses escrito como resultado de sus
experiencias en las comunidades Seneca43 del estado de Nueva York. Dicho
trabajo fue escrito conjuntamente con un joven iroqués seneca de nombre
Hasanoasda (cuyo nombre inglés era Ely Parker) quien proporcionó gran parte de
la información y su propio punto de vista.que lo precedieron.
Los trabajos de
Marx en este tema quedaron inconclusos debido a su muerte. El propio Engels
señala en su prefacio a la edición de 188444 : “Las siguientes páginas vienen a
ser, en cierto sentido, la ejecución de un testamento. Carlos Marx se disponía
a exponer personalmente los resultados de las investigaciones de Morgan...” y
luego señalaba: “El gran mérito de Morgan consiste en haber encontrado en las
uniones gentilicias de los indios norteamericanos la clave para descifrar
importantísimos enigmas, no resueltos aún de la historia antigua de Grecia,
Roma y Alemania.”. Al comenzar “El origen de la familia, la propiedad privada y
el Estado”, Engels continúa: “Morgan fue el primero que con conocimiento de
causa trató de introducir un orden preciso en la prehistoria de la humanidad, y
su clasificación permanecerá sin duda en vigor hasta que una riqueza de datos
mucho más considerable no obligue a modificarla.”
El enfoque de
Engels divide la evolución del género humano en tres estadios:
1) el salvajismo
En su primer
momento (estadio inferior) los seres humanos todavía no había culminado su
evolución como especie, en esta época se alimentaban de frutos, nueces y raíces
y no utilizaban el fuego. En un segundo momento aprendieron a usar el fuego y
se incorporó el pescado en la dieta alimenticia. De acuerdo a Engels, no hubo
pueblos exclusivamente cazadores debido al carácter problemático de esta fuente
de alimentación. El estadio superior del salvajismo comienza con la invención
del arco y la flecha que permite depender mucho más de la caza. La época de la
barbarie comenzó con la introducción de la alfarería y la domesticación de
plantas y animales. Siempre de acuerdo a Engels, “el continente oriental, el
llamado mundo antiguo, poseía casi todos los animales domesticables y todos los
cereales propios para el cultivo,menos uno; el continente occidental, América,
no tenia más mamiferos domesticables que la llama, y aún asi, nada más que en
una parte del Sur, y uno solo de los cereales cultivables, pero el mejor, el
maiz.”. Los estadios medio y superior de
la barbarie se corresponden con un aumento de la complejidad social y
tecnológica. El estadio superior fue el “período en que todos los pueblos
civilizados pasan su época heroica: la edad de la espada de hierro, pero
también del arado y del hacha de hierro. Al poner este metal a su servicio, el
hombre se hizo dueño de la última y más importante de las materias primas que
representaron en la historia un papel revolucionario, la última sin contar la
patata. El hierro hizo posible la agricultura en grandes áreas, el desmonte de
las más extensas comarcas selváticas”
La culminación
de la barbarie es la civilización. Con el aumento de la producción aparecen las
ciudades incrementándose la división del trabajo, aparecen oficios
diferenciados de la agricultura, aumenta la producción y la productividad del
trabajo, y simultáneamente el valor de la fuerza de trabajo del hombre. Esto dió
nacimiento a un sistema “civilizado” en donde los “auxiliares” del trabajo
“cedieron” su lugar a los esclavos apareciendo al mismo tiempo y gradualmente
la producción mercantil y las redes de comercio asociadas. “La diferencia entre
ricos y pobres se sumó a la existente entre libres y esclavos; de la nueva
división del trabajo resultó una nueva escisión de la sociedad de clases... se
puso fin al trabajo en común de la tierra... El suelo cultivable se distribuyó
entre las familias particulares; al principio de un modo temporal, y más tarde
para siempre; el paso a la propiedad privada completa se realizó poco a
poco...”. “Junto a la riqueza en mercancías y en esclavos, junto a la fortuna
en dinero, apareció también la riqueza territorial.” Estas riquezas pasaron a ser hereditarias, y
con el tiempo, todas ellas susceptibles de ser enajenadas (hipotecadas,
vendidas).
El enfoque de
Engels es claramente evolutivo: las sociedades “avanzan” naturalmente desde
niveles “salvajes” a niveles “bárbaros”, culminando en las “civilizaciones”.
Desde cierto punto de vista esta evolución es evaluada en forma negativa. Dice
Engels: “Cada progreso en la producción es al mismo tiempo un retroceso en la
situación de la clase oprimida, es decir, de la inmensa mayoría. Cada beneficio
para unos es por necesidad un perjuicio para otros; cada grado de emancipación
conseguido por una clase es un nuevo elemento de opresión para la otra.” Pero
al mismo tiempo es planteada como el inevitable desarrollo de un proceso
histórico ineluctable que solo puede ser resuelto a través del avance hacia un
estadio superior. Ese estadio es definido por Engels a través de una cita del
propio Morgan:
“La democracia
en la administración, la fraternidad en la sociedad, la igualdad de derechos y
la instrucción general, harán vislumbrar la próxima etapa superior de la
sociedad, a la cual tienden constantemente la experiencia, la ciencia y el
entendimiento. Será una reviviscencia de la libertad, la igualdad y la
fraternidad de las antiguas gens, pero bajo una forma superior? (Morgan, La
Sociedad Antigua, pag. 552).”
Como pie de
página, de lo anteriormente transcripto es de hacer notar que cuando Engels se
refiere al maiz lo evalúa como el mejor cereal y a la patata, la última materia
prima revolucionaria después del hierro, reconociendo el rol impresionante de
los conocimientos agrícolas americanos en el desarrollo del mundo
contemporáneo.
Reproducido del libro "Amerrique, los Huérfanos del Paraíso", D.Antón, Piriguazú Ediciones.
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