Las Serpientes Cósmicas
Por todas partes, a través de las sociedades
tradicionales a lo largo de la historia se renuevan las imágenes de serpientes
simbolizando los orígenes de la sabiduría.
Ya en el año 2,000 a.e.c. un sello mesopotámico
representaba una deidad serpentina. Se la mostraba con forma humana, en sus
manos sosteniendo el caduceo, el bastón con dos serpientes entrelazadas en
doble hélice.
A partir de las visiones inducidas por la ayahuasca,
las comunidades Shipibo-Conibo, de las selvas amazónicas en el actual
territorio del Perú, ven en la Anaconda Cósmica el gran espíritu protector de
la vida3 .
Para los mapuches el comienzo y el posterior
desarrollo del universo estuvo regido por dos serpientes (filu), la serpiente
del mar: Kaikafilu, y la de la tierra, Trengtrengfilu.
Más allá del océano Pacífico, en Australia, los
pueblos aborígenes se sienten descendientes de la Gran Madre, la Serpiente
Arco-Iris.
También se la encuentra en China, representada por dos
formas serpentinas que simbolizan los
principios esenciales, complementarios y opuestos: el Ying y el
Yang. Son dos siluetas enroscadas y
andróginas que personifican las fuerzas que hacen a todos los aspectos de la
vida.
Yin es la Tierra, lo femenino, oscuro, pasivo y
absorbente, está presente en los números pares, en los valles y cursos de agua,
en las líneas punteadas.
Yang es el Cielo, lo masculino, la luz, activo y
penetrante, está presente en los números impares, en las montañas y en las
líneas continuas.
Juntas se transforman en el dragón, serpiente alada y
doble, representación de la evolución cósmica. Este es al mismo tiempo yin y yang, la síntesis de los
principios opuestos.
Incluso en el drama del génesis bíblico
judeo-cristiano, a pesar de haber sido desautorizada por el paradigma
eclesiástico, la serpiente también está presente. Ella es la que cuida el árbol
de la ciencia. El pecado original de la primera pareja humana, para los valores
de la sociedad patriarcal, fue querer averiguar la verdad, obtener el
conocimiento, volver a sus orígenes naturales. Y en ese intento, como ocurrió
con tantos otros pueblos, allí estaba la serpiente.
En Mesoamérica, desde los tiempos viejos de los
olmecas, y sus representaciones alegóricas de serpientes voladoras, hasta las
imágenes mayas y teotihuacanas, reaparece una y otra vez la simbología mágica
de la Serpiente Emplumada. Quetzalcoatl
es la visión mexica de la dualidad fundamental de la serpiente ancestral: este
vocablo, de origen nahuatl, se construye con dos raíces: quetzal (pluma, ave) y
coatl (mellizos, serpiente).
Así describe Ptolemy Tomkins las serpientes mellizas
generadoras del universo y de la vida en el mundo nativo mexicano:
”Empezó a tomar
forma…un ser compuesto de viento, olas y llvuias, cuya esencia era movimiento y
cuyo cuerpo era el de la serpiente. Esta serpiente vivía en el cielo, y su
presencia se manifestaba en todas partes….
Esta serpiente del cielo tenía su contraparte que
vivía en la tierra y entre las dos se dividían el universo.
Soñolienta y fría, la segunda serpiente era muy
diferente de su hermana que vivía en el cielo. Su gigantesca forma vegetaba en
la negra tierra y sólo se ponía en movimiento para devorar cosas. Las estrellas
entraban en su estómago cuando caían debajo del horizonte; se sabía que los
espíritus del maíz y otros cultivos descendían allí cuando sus tallos se ponían
pálidos y mustios, y los seres humanos, cuando sus cuerpos resultaban
desguazados en la guerra o por accidente, también penetraban allí. El estómago
de esta serpiente era tan largo como el ancho de la tierra, y un cierto número
de posibilidades le estaban reservadas a los seres que recorrían su extensión.
El cielo podía ser descrito como un dragón de dos
cabezas, una serpiente gigantesca, o una casa de cuatro iguanas.»4
La serpiente está presente a través de todas las
instancias del drama mitológico mexicano. Coatlicue, la madre de las madres, es
representada con una falda de serpientes, y su cabeza está hecha por la composición
de dos cabezas de serpientes enfrentadas. La hija de Coatlicue, Coyolxauhqui,
Diosa Lunar, que fuera descuartizada en su lucha con Huitzilopochtli, también
es representada con pares de serpientes enroscados en sus brazos, piernas y
torso.
La Serpiente Brillante de los pueblos andinos
Tupac Amaru, que en quechua quiere decir, Serpiente
Brillante, fue el último Inca que mantuvo por varios años la independencia de
las naciones de los Andes en su reducto montañoso y selvático de Vilcabamba.
Luego de varias batallas y algunas trampas, los españoles lo apresaron y lo
llevaron encadenado a Cuzco donde fue decapitado. La cabeza del Incarí quedó
expuesta a la vista de la gente por varios meses.
Dos siglos después, en 1780, un curaca quechua,
descendiente de Tupac Amaru, llamado José Gabriel Condorcanqui, volvió a
rebelarse contra los españoles adoptando otra vez el nombre de Tupac Amaru: la
Serpiente Brillante. Luego de una sangrienta y prolongada guerra el nuevo Tupac
Amaru fue derrotado. El 18 de mayo de 1781 luego de sufrir horribles torturas
por un mes, el último Inca fue descuartizado en la misma plaza donde había
muerto su ancestro 200 años atrás. La cabeza de Serpiente Brillante volvió a
clavarse en una pica y exhibirse públicamente para que todos la pudieran ver.
Desde entonces, los pueblos de las montañas saben bien
que Tupac Amaru, Incari de los quechuas, la Serpiente Sagrada, es inmortal. Es
común la creencia recogida por José María Argüedas: “dicen que está en Cuzco, y también dicen que
su cabello está creciendo, y que su cuerpo está creciendo hacia abajo desde su
cabeza. Cuando esté entero de nuevo tendrá lugar el Juicio Final”5 .
En 1780, siguiendo el ejemplo de Condorcanqui, los
aymaras del altiplano y los valles vecinos de la actual Bolivia, se rebelaron
contra los españoles. El líder del levantamiento fue Julián Apasa, quien a
partir de ese momento tomó el nombre de Tupac Katari (del quechua: Tupac=
brillante y Katari= serpiente).
Tupac Katari reunió un ejército de 80.000 hombres y
sitió La Paz durante 109 días. Al fin, la rebelión fue sofocada. La mujer de
Katari, Bartolina Sisa, fue ahorcada, el líder aymara fue torturado, se le
cortó la lengua y finalmente fue atado a cuatro caballos y descuartizado. Al
igual que había ocurrido con Tupac Amaru, su cabeza fue expuesta
públicamente. Ya entrando en el siglo
XXI, se ha gestado un nuevo movimiento rebelde de los aymaras de Bolivia con
una fuerza y dinamismo que ha sorprendido a muchos. El líder se llama Felipe
Quispe, y la organización, Tupac Katari.
En La Paz como en Cuzco, las antiguas cabezas
inmoladas están creciendo nuevos cuerpos.
Los cultos griegos relacionados con el vegetal y las
serpientes
La cultura griega también ha desarollado cultos y símbolos
serpentinos que se basaron en el consumo de ciertas plantas. Todavía hoy, en la
sociedad contemporánea, como símbolo de la medicina se usa habitualmente el
báculo de Esculapio, un bastón rodeado de dos serpientes enroscadas.
El Dios griego Esculapio (Asclepius en griego,
Aesculaius en latín, castellanizado Esculapio) fue un chaman o médico que vivió
en Tesalia, Grecia, alrededor del año 1200 a.e.c.
Homero en la Ilíada lo menciona tan sólo como un
médico habilidoso, luego fue honrado como héroe, y finalmente elevado a la
categoría divina.
Con el tiempo pasó a ser la deidad griega de la
medicina, adorada en cientos de templos. En la mitología que habría de
desarrollarse en tiempos posteriores, era considerado hijo de Apolo (Dios de la
Luz, de la Verdad y de la Profecía) y de la ninfa Coronis. El centauro Chiron
le enseñó el arte de curar, pero Zeus, temeroso de que podría volver a los
hombres inmortales lo golpeó con un rayo.
El culto comenzó en Tesalia pero luego se extendió a
todos los pueblos helénicos.
El culto fue introducido en Roma por Sibylline para aliviar una peste en el año 293 a.e.c.
Esculapio era representado vestido con una túnica
larga con el pecho descubierto. Tenía un báculo (bastón) con una serpiente
enroscada que con el tiempo se habría de transformar en el símbolo de la
medicina.
Jeremy
Narby, un anotropólogo francés propuso una teoría por la cual esta
universalidad de las serpientes dobles estaba relacionada con la forma
doblemente serpentina del ADN en las células y en particular las neuronas
humanas.
Esta teotía
será descripta en un próximo artículo en este blog.
(continúa)
Reproducido de "Pueblos, Drogas y Serpientes", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
Ref. "La Serpiente Cósmica" de Jeremy Narby
Ref. "La Serpiente Cósmica" de Jeremy Narby
No hay comentarios:
Publicar un comentario