La isla San Vicente, o Saint Vincent, tierra original de los garìfona
San Vicente (Yurumein en
Garífuna, Hairouna para los Caribe), isla volcánica en el Mar Caribe
de 345 km2, fue poblada por arawaks al principio de la era cristiana.
Hacia el año 1200 grupos masculinos de caribes desde el Delta del
Orinoco llegaron en embarcaciones de un solo tronco que podían transportar más
de sesenta hombres, dominaron a la población arawak eliminando al sexo masculino
y tomando a sus mujeres -que continuaron portando la lengua y cultura arawak-
para generar una nueva estirpe indígena: los Caliponan o Caribes
Rojos.
Los primeros antepasados de
los garífunas fueron esclavos negros que desde África Occidental eran
trasladados hacia las minas y plantaciones de América; se cree que fue en 1635,
cuando dos barcos españoles naufragaron frente a las costas de San Vicente y
sus cautivos escaparon nadando. Los Caliponan les dieron refugio a estos
africanos ansiosos por establecer lazos amistosos y comenzar una nueva vida. Al
mezclarse formaron la cultura Garinagu (Garífuna) o Caribes
Negros, una amalgama entre las tradiciones de pesca y agricultura caribe y la
espiritualidad, música y danza africana.
En el siglo XVI,
la expresión Kalinagu se utilizaba en la isla para identificar negros
radicados en ese espacio caribeño. Del Kalinagu se derivó en el siglo
XVII, el término Garinagu-garifuna. El nuevo pueblo se fortaleció y
creció a lo largo del siguiente siglo, convirtiéndose en un enclave de hombres
libres; una seria amenaza para los países esclavistas.
La población
negra de San Vicente se incrementaba con los africanos esclavizados que huían
de las cercanas islas de Barbados, Santa Lucía y Granada. Para el siglo XVII la
sociedad negra era la dominante en isla. La disputa por recursos y territorios
hizo que los grupos se dividiera: los Garífunas se establecieron en el noroeste
y obligaron a los Caliponan a moverse al oeste de la isla.
Cuando la
noticia de las disputas entre los grupos de pobladores de San Vicente llegaron
a Francia, su gobierno intentó apoderarse de la isla. Se aliaron con los
Caliponan y enviaron (año 1719) unos 500 soldados. Los Garífuna desde las
montañas practicaron una guerra de guerrillas, los franceses no pudieron
dominarlos y al cabo de unos años optaron por establecer lazos amistosos con
ellos. La comunidad Garífuna adquirió de los franceses el gusto por el vino,
adoptaron la moneda francesa como medio de intercambio para el comercio,
obtuvieron nombres franceses y eventualmente se convirtieron en sus aliados
contra de la colonización inglesa.
La firma del Tratado de París de
1763 otorgó a Inglaterra la posesión de la isla de San Vicente, numerosos
colonos ingleses comenzaron a llegar, intentaban que los garífunas les cedieran
sus tierras fértiles para la siembra de caña de azúcar, ante su intransigencia,
los provocaron hasta llegar a la guerra declarada, la "Primera Guerra del
Caribe". El 17 de febrero de 1773 firmaron un tratado de paz, los
Caribes Negros se reconocían como súbditos del rey Jorge III y se radicaban en
la mitad norte de la isla, autorizados a ejercer el libre comercio y la pesca.
En 1776 las
Trece Colonias inglesas de Norteamérica redactan su Declaración de
Independencia, la acción implicó un retroceso para el Imperio Británico
situación que permitió a los caribes -con ayuda francesa- recuperar el control
de la isla entre 1779 y 1783, cuando por un nuevo Tratado de París, el Reino
Unido reconoce la Independencia de Estados Unidos de América, pero recupera la
posesión de San Vicente.
Con James Seton
como Gobernador y una numerosa tropa al mando del general Ralph Abercromby, los
ingleses están decididos a tomar el control total de la isla. Joseph Chatoyer (Satuyé)
comanda la resistencia dando lugar a la "Segunda Guerra del
Caribe", llamada por los ingleses "Guerra de los Bandidos".
Cuenta con la ayuda de Du Valle, su medio hermano, importante jefe
garífuna, militar implacable, que había tenido el control de Kingstown y
Dorsetshire Hill y de un grupo de franceses inspirados en los ideales de la
Revolución que sacudían a su país.
El 14 de marzo
de 1795 los ingleses asesinan al líder Chatoyer, hecho que derrumbó el ánimo
garífuna, produjo el retiro de los franceses y un vuelco en el curso de la
guerra. La resistencia indígena continuará bajo el liderazgo de Du Valle hasta
su rendición al año siguiente.
Los ingleses
expulsan a los garífunas de San Vicente, 4.644 son embarcados como prisioneros
a la isla de Baliceaux, de 130 hectáreas de superficie -entre las de San
Vicente y Granada- donde las condiciones para la vida eran imposibles.
Sobreviven 2.026 que son transportados a Punta Gorda en la Isla de Roatán
frente a las costas de Honduras donde son abandonados el 12 de abril de 1797.
Según una
leyenda, los garífunas escondieron entre sus ropas mandioca, que se mantuvo en
buen estado gracias al sudor que emanaba de los cuerpos hacinados de los
cautivos. Plantaron la mandioca en esa isla, donde creció en abundancia. Cada
año, en Belice, al representar su llegada, los lugareños se hacen a la mar y se
dejan llevar de regreso a la playa, mientras ondean frondas de palmeras y hojas
de bananos como símbolos de la mandioca que dio sustento a sus ancestros.
La mayoría no
permanecerá mucho tiempo en la isla, solicitan a los españoles que se lo
traslade a la costa hondureña, que los autoriza a cambio de usarlos como
soldados o fuerza de trabajo, así arriban a Trujillo antigua capital de
Honduras (hoy capital del Departamento de Colón).
En Honduras el
clima político no les favorecía, estaban aliados a los españoles cuando se
gestaba la independencia centroamericana, así se produce un movimiento
poblacional que funda aldeas pesqueras por todas la costa caribeña
centroamericana, el mayor número se dirige a Belice. Allí se celebra el 19 de
Noviembre como el "Día del Arribo" al igual que en
Nicaragua, mientras en Guatemala se lo hace el 26 de Noviembre y en Honduras el
12 de abril.
Hacia el año
1900 empresas bananeras se establecieron en la costa centroamericana, muchos
garífunas se establecieron en lugares aledaños a esas compañías que eran
demandantes de mano de obra, para el año 1940 una plaga devastadora provocó su
desempleo. Se produjo una nueva migración, esta vez Nueva York constituyó el
destino preferido. Hoy hay generaciones garinagu nacidos en Estados Unidos, que
envían divisas a sus sitios de origen. Es común que los emigrantes regresen a
pasar su vejez a su pueblo natal. Como dijo un antropólogo: "En la
historia de la interculturalidad garinagu, la relación con nuevos universos es
una constante”.
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