sábado, 4 de noviembre de 2017


La isla San Vicente, o Saint Vincent, tierra original de los garìfona



San Vicente (Yurumein en Garífuna, Hairouna para los Caribe), isla volcánica en el Mar Caribe de 345 km2, fue poblada por arawaks al principio de la era cristiana. Hacia el año 1200 grupos masculinos de caribes desde el Delta del Orinoco llegaron en embarcaciones de un solo tronco que podían transportar más de sesenta hombres, dominaron a la población arawak eliminando al sexo masculino y tomando a sus mujeres -que continuaron portando la lengua y cultura arawak- para generar una nueva estirpe indígena: los Caliponan o Caribes Rojos.
Los primeros antepasados de los garífunas fueron esclavos negros que desde África Occidental eran trasladados hacia las minas y plantaciones de América; se cree que fue en 1635, cuando dos barcos españoles naufragaron frente a las costas de San Vicente y sus cautivos escaparon nadando. Los Caliponan les dieron refugio a estos africanos ansiosos por establecer lazos amistosos y comenzar una nueva vida. Al mezclarse formaron la cultura Garinagu (Garífuna) o Caribes Negros, una amalgama entre las tradiciones de pesca y agricultura caribe y la espiritualidad, música y danza africana.
En el siglo XVI, la expresión Kalinagu se utilizaba en la isla para identificar negros radicados en ese espacio caribeño. Del Kalinagu se derivó en el siglo XVII, el término Garinagu-garifuna. El nuevo pueblo se fortaleció y creció a lo largo del siguiente siglo, convirtiéndose en un enclave de hombres libres; una seria amenaza para los países esclavistas.
La población negra de San Vicente se incrementaba con los africanos esclavizados que huían de las cercanas islas de Barbados, Santa Lucía y Granada. Para el siglo XVII la sociedad negra era la dominante en isla. La disputa por recursos y territorios hizo que los grupos se dividiera: los Garífunas se establecieron en el noroeste y obligaron a los Caliponan a moverse al oeste de la isla.
Cuando la noticia de las disputas entre los grupos de pobladores de San Vicente llegaron a Francia, su gobierno intentó apoderarse de la isla. Se aliaron con los Caliponan y enviaron (año 1719) unos 500 soldados. Los Garífuna desde las montañas practicaron una guerra de guerrillas, los franceses no pudieron dominarlos y al cabo de unos años optaron por establecer lazos amistosos con ellos. La comunidad Garífuna adquirió de los franceses el gusto por el vino, adoptaron la moneda francesa como medio de intercambio para el comercio, obtuvieron nombres franceses y eventualmente se convirtieron en sus aliados contra de la colonización inglesa.
La firma del Tratado de París de 1763 otorgó a Inglaterra la posesión de la isla de San Vicente, numerosos colonos ingleses comenzaron a llegar, intentaban que los garífunas les cedieran sus tierras fértiles para la siembra de caña de azúcar, ante su intransigencia, los provocaron hasta llegar a la guerra declarada, la "Primera Guerra del Caribe". El 17 de febrero de 1773 firmaron un tratado de paz, los Caribes Negros se reconocían como súbditos del rey Jorge III y se radicaban en la mitad norte de la isla, autorizados a ejercer el libre comercio y la pesca.
En 1776 las Trece Colonias inglesas de Norteamérica redactan su Declaración de Independencia, la acción implicó un retroceso para el Imperio Británico situación que permitió a los caribes -con ayuda francesa- recuperar el control de la isla entre 1779 y 1783, cuando por un nuevo Tratado de París, el Reino Unido reconoce la Independencia de Estados Unidos de América, pero recupera la posesión de San Vicente.

Con James Seton como Gobernador y una numerosa tropa al mando del general Ralph Abercromby, los ingleses están decididos a tomar el control total de la isla. Joseph Chatoyer (Satuyé) comanda la resistencia dando lugar a la "Segunda Guerra del Caribe", llamada por los ingleses "Guerra de los Bandidos". Cuenta con la ayuda de Du Valle, su medio hermano, importante jefe garífuna, militar implacable, que había tenido el control de Kingstown y Dorsetshire Hill y de un grupo de franceses inspirados en los ideales de la Revolución que sacudían a su país.
El 14 de marzo de 1795 los ingleses asesinan al líder Chatoyer, hecho que derrumbó el ánimo garífuna, produjo el retiro de los franceses y un vuelco en el curso de la guerra. La resistencia indígena continuará bajo el liderazgo de Du Valle hasta su rendición al año siguiente.
Los ingleses expulsan a los garífunas de San Vicente, 4.644 son embarcados como prisioneros a la isla de Baliceaux, de 130 hectáreas de superficie -entre las de San Vicente y Granada- donde las condiciones para la vida eran imposibles. Sobreviven 2.026 que son transportados a Punta Gorda en la Isla de Roatán frente a las costas de Honduras donde son abandonados el 12 de abril de 1797.
Según una leyenda, los garífunas escondieron entre sus ropas mandioca, que se mantuvo en buen estado gracias al sudor que emanaba de los cuerpos hacinados de los cautivos. Plantaron la mandioca en esa isla, donde creció en abundancia. Cada año, en Belice, al representar su llegada, los lugareños se hacen a la mar y se dejan llevar de regreso a la playa, mientras ondean frondas de palmeras y hojas de bananos como símbolos de la mandioca que dio sustento a sus ancestros.

La mayoría no permanecerá mucho tiempo en la isla, solicitan a los españoles que se lo traslade a la costa hondureña, que los autoriza a cambio de usarlos como soldados o fuerza de trabajo, así arriban a Trujillo antigua capital de Honduras (hoy capital del Departamento de Colón).
En Honduras el clima político no les favorecía, estaban aliados a los españoles cuando se gestaba la independencia centroamericana, así se produce un movimiento poblacional que funda aldeas pesqueras por todas la costa caribeña centroamericana, el mayor número se dirige a Belice. Allí se celebra el 19 de Noviembre como el "Día del Arribo" al igual que en Nicaragua, mientras en Guatemala se lo hace el 26 de Noviembre y en Honduras el 12 de abril.

Hacia el año 1900 empresas bananeras se establecieron en la costa centroamericana, muchos garífunas se establecieron en lugares aledaños a esas compañías que eran demandantes de mano de obra, para el año 1940 una plaga devastadora provocó su desempleo. Se produjo una nueva migración, esta vez Nueva York constituyó el destino preferido. Hoy hay generaciones garinagu nacidos en Estados Unidos, que envían divisas a sus sitios de origen. Es común que los emigrantes regresen a pasar su vejez a su pueblo natal. Como dijo un antropólogo: "En la historia de la interculturalidad garinagu, la relación con nuevos universos es una constante”.

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