viernes, 24 de noviembre de 2017


El origen mestizo de un prócer

Rosa Guarú había nacido en 1761 a orillas del río Uruguay, en la población misionera jesuítica de Yapeyú. En esa época las comunidades guaraní-misioneras estaban reponiéndose del trauma que significó la expulsión de los jesuitas por parte de la monarquía española.
Rosa pasó su niñez en el pequeño pueblo y en su adolescencia servía en la casa del teniente gobernador local que desde 1774 era el Capitán Juan de San Martín.
Poco después de cumplir sus 17 años conoció a un joven oficial español que había tenido una estadía breve en el lugar, de quien quedó embarazada. 
El oficial español era Diego de Alvear.
En el verano de 1778 Rosa tuvo un niño que fue llamado José Francisco. De Alvear no reconoció a su hijo, seguramente porque menospreciaba a los guaraníes, y no era muy apropiado reconocer un hijo de “vientre inferior”.
El niño quedó al cuidado de don Juan de San Martín, quien se habría comprometido a criarlo y sostener su educación.
Cuando Juan de San Martín se retiró de Yapeyú se llevó al pequeño José Francisco como su quinto hijo. Al principio recaló en Buenos Aires y dos años más tarde se iría a España con toda su familia, incluyendo al vástago más joven, el pequeño José Francisco.
Mucho tiempo después, en 1812, José Francisco de San Martín regresaría al Río de la Plata donde habría de ser principal protagonista de la gesta revolucionaria en el antiguo Virreinato.
La versión oficial argentina descarta un origen indígena para su héroe máximo. Sin embargo existen múltiples pruebas que demuestran que su verdadera biografía fue diferente a la que cuentan los libros vigentes.  Entre las referencias incluidas por Alberto J. Lapolla  en su libro “El origen mestizo del General San Martín” se señalan las expresiones de la viajera británica Mary Graham: “En Sudamérica, se considera a San Martín como de raza mixta”
El tema también fue abordado por Hugo Chumbita, en su libro: “El secreto de Yapeyú, el origen mestizo de San Martín” quien aporta numerosas pruebas que ratifican estos antecedentes del lider americano.
Por su parte, el historiador chileno Vicuña Mackenna escribió: ‘San Martín era un libertador, pero era también un intruso, un extranjero, un paraguayo, el “mulato San Martín”, como llamaban los señores vecinos del Mapocho al ilustre criollo.(...) El instinto del insurgente, es decir, del criollo, triunfó siempre de la idea especulativa(...) había servido a la independencia americana, porque la sentía circular en su sangre de mestizo.” En las principales instancias de su vida de combatiente revolucionario no ocultó la identidad mestiza. Pastor Obligado escribió lo siguiente:
“Época hubo en que corría, como moneda corriente, y fue entre ciertas gentes creencia vulgarizada, que don José de San Martín, no obstante la de y el don de su padre, procedía de muy modesto linaje, al menos por la línea materna. Bastante bronceado, de rostro anguloso, indio misionero le llamaron los godos, y tape de Yapeyú, el mariscal de las veinte batallas, [Miguel] Brayer, que él destituyó la mañana de Maipú.”
En Perú se recopilan algunas expresiones ilustrativas: “El “cholo de Misiones”, como así lo llamaban al Libertador del Sur los españoles”
No era casualidad que José Francisco de San Martín y Carlos María de Alvear, hermanos por parte de padre[2], fueran ambos miembros del grupo secreto denominado Logia Lautaro[3] que tanta importancia tendría en el desarrollo ideológico de la revolución americanista en el sur de América.
Alvear y San Martín también lideraron la revolución que reemplazó al Primer Triunvirato por el Segundo, y que convocó a la Asamblea del año XIII.
La trayectoria personal posterior de Carlos María de Alvear, habría de ser muy diferente a la de José de San Martín. Carlos María fue uno de los jefes porteños que se opuso al caudillo oriental José Artigas y su gestión como Director Supremo en Buenos Aires (ejercida cuando tenía tan sólo 25 años de edad), duró apenas tres meses. Su breve administración fue muy polémica y, paradójicamente, terminó refugiándose en una fragata inglesa.
La trayectoria de José de San Martín es conocida. Organizó el ejército de las Provincias Unidas del Sur y al frente de sus tropas derrotó a las fuerzas realistas en Chile y Perú.
En las principales instancias de su vida de combatiente revolucionario no ocultó la identidad mestiza y en varias ocasiones la reconoción, como sucediera en sus reuniones con los lideres mapuches antes del cruce de los Andes.
Esperemos que con el tiempo los argentinos reconozcan la verdadera identidad de su máximo prócer.





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