jueves, 19 de octubre de 2017

La emergencia de un nuevo estado en la península ibérica:
la República de Cataluña
D,A.
La aparición de nuevos estados viables económica y políticamente y con reconocimiento internacional es un fenómeno periódico a nivel internacional, que normalmente se relaciona con el desenlace de conflictos armados, con el desmembramiento de estados plurinacionales o con procesos de dearticulación de los imperios coloniales. 
España es a la vez una nación histórica, con su propia identidad política y geográfica,  y un estado plurinacional, con diversas regiones que poseen sus propios elementos culturales. Algunas de estas regiones tienen una identidad muy fuerte que pueden llevar, y en los hechos están llevando, a que se concreten iniciativas populares para lograr su separación (independencia) del estado español. 
Estas iniciativas han avanzado considerablemente en Cataluña expresándose en un fuerte movimiento independentista que ha creado fuertes inestabilidades en el contexto del Reino de España.
Frente a estas iniciativas (que incluyeron un plebiscito y fuertes manifestaciones populares) que fueron reflejadas en todos los medios de prensa internacionales, el gobierno de España amenaza con aplicar el artículo 155 de la constitución que daría lugar a que el gobierno central asuma la dirección y gestión de Cataluña. 
Ello incluiría la destitución de los dirigentes catalanes y la toma de control de la polic'ía, los Mossos d'Escuadra. 
Aparentemente ello va a ocurrir a la brevedad y probablemente esta acción se traduzca en un aumento de las tensiones sociales en la región.

Claramente, una parte importante de la población de Cataluña quiere separarse de España formando una república, y rechaza fuertemente tanto el régimen monárquico como la centralidad burocrática del gobierno de Madrid.
La obtención de la independencia de Cataluña no será facil. 
Hay antecedentes de regiones dentro de estados constituidos que han intentado independizarse del estado del que forman parte con variado éxito.
 La separación de regiones específicas en los Estados implica modificar profundamente las relaciones de poder y las redes de intereses existentes, generando incertidumbres e inseguridades.
En los hechos, los nuevos países (desde ese punto de vista Cataluña sería un "nuevo país") se forman: luego de conflictos armados (caso de  las Primera y la Segunda Guerra Mundial donde surgieron o desaparecieron varios estados europeos), a raíz de los procesos de descolonización (por ejemplo a principios del siglo XIX en América Latina y a mediados del siglo XX en Africa y Asia) y de la desarticulación de estados inestables como ocurrió con Yugoeslavia y con el desmoronamiento de la Unión Soviética.
En America Latina surgieron una veintena de estados reproduciendo en gran medidas la fronteras de las antiguas provincias del Imperio Español que han permanecido estables por más de un siglo.
Otros estados latinoamericanos fueron el resultado de guerras (por ejemplo, Cuba, debido a la guerra de EEUU con España), o a presiones políticas y/o militares muy fuertes (que llevaron a la independencia del departamento colombiano de Panamá, que se transformó en la República de Panamá como resultado de la futura construcción de un canal en ese sitio. 
En Africa los nuevos estados fueron la consecuencia del reparto colonial con límites artificiales, a veces absurdos, pero que han sido relativamente respetados, incluso con el apoyo de la propia Organización de la Unidad Africana. En el período pos-colonial solo se formaron un par de estados nuevos (Sudán del Sur, Eritrea)
En la Unión Soviética fueron las antiguas repúblicas soviéticas que se transformaron en estados (p.ej. Armenia, Moldavia, Azerbaiján, Ucrania, etc).  Las nuevas repúblicas tenían sus propias inestabilidades y así surgieron varios intentos de independencia por parte de regiones dentro de estos mismos países (p.ej. Osetia del Sur y Abjasia en Georgia, Nagorno-Karabaj en Armenia-Azerbaiján y Transdnistria en Moldavia). Estas regiones-estados no han sido reconocidas por la comunidad internacional. Solo un puñado de gobiernos lo han hecho.

En Cataluña no hubo ninguna guerra, ni desarticulación del estado español, por lo que no parece probable que sea sencillo que esta sseparación se lleve a cabo.  Ello implicaría pasarle por arriba a fuertes intereses tanto en España como en la propia Cataluña, que están opuestos a la propuesta secesión.
De todas maneras, el nacionalismo catalán es muy fuerte. Aproximadamente la mitad de la población de Cataluña desea la independencia, por lo menos emocionalmente.
Obviamente, también hay razones ideológicas y políticas en el movimiento independentista catalán, 
En principio, no parece que las razones emocionales, ideológicas y políticas sean suficientes para romper la red de intereses existentes y las estructuras de poder políticos e institucionales construidas a través de décadas de dinastías monárquicas y poder franquista.
También es claro que si el conflicto se agudiza y comienzan a aparecer elementos de violencia política,  pueden plantearse nuevas condiciones que cambien radicalmente el desarrollo político futuro  e incluso terminen promoviendo la consolidación de un nuevo tipo de relación entre Cataluña y el estado español.

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