sábado, 27 de mayo de 2017

Dictadura colonial represiva y sangrienta de Francia en Argelia
Danilo Antón

Uno de los episodios históricos contemporáneos de conquista y colonización forzada más violatoria de los derechos humanos fue la que llevó a cabo Francia en Argelia.
La conquista de Argelia por el imperialismo francés comenzó en 1827 y terminó 135 años más tarde, cuando se constituyó la República de Argelia en 1962 y las fuerzas armadas y los colonos franceses debieron retirarse del país.
La excusa para el comienzo de la agresión fue Un incidente del Dey Hussein de Argel con el cónsul de Francia en 1827. Con motivo de este incidente Francia impuso un bloqueo estricto al puerto de Argel. Tres años más tarde, en pleno declive de la monarquía francesa, se buscó recuperar el prestigio del rey Carlos X tomando la ciudad de Argel, cosa que habría de ocurrir en 1830. Al caer la dinastía borbónica, en ese mismo año, el nuevo gobierno francés decidió continuar la ocupación e inició una invasión a gran escala anexando gran parte de la franja costera argelina en 1834. En las tierras ocupadas las autoridades francesas tomaron posesión y redistribuyeron las tierras utilizadas por tribus, fundaciones religiosas y aldeas. 
A partir de ese momento se produjo una gran afluencia de europeos, principalmente campesinos o trabajadores urbanos de las regiones del sur de Francia, Italia y España. Las autoridades francesas tomaron posesión y redistribuyeron las tierras utilizadas por tribus, fundaciones religiosas y aldeas entre los nuevos inmigrantes. 
Durante la conquista, las tropas francesas saquearon, violaron, profanaron mezquitas y cementerios y masacraron pueblos enteros, dando la pauta de lo que habrían de ser los 135 años de dominación francesa.
La conquista se completó con la supresión de las repúblicas beréberes independientes de Kabylia en 1857.
Argelia fue declarada parte integrante del territorio francés y los ciudadanos franceses en Argelia (habitualmente llamados pieds noirs) pudieron elegir diputados a la Asamblea en París mientras que los argelinos permanecieron como ciudadanos de segunda clase sin derechos políticos y restringidos en sus libertades individuales.
El autoritarismo discriminatorio de los sucesivos gobiernos franceses continuó durante el resto del siglo XiX y primeros seis décadas del siglo XX.
Los argelinos se rebelaron en múltiples ocasiones. Había razones muy válidas: sus bienes habían sido confiscados y otorgados a los colonos franceses, no tenían derechos políticos, sus derechos religiosos estaban limitados y su situación económica empobrecida y sin perspectivas futuras.
Con el tiempo el estrato privilegiado de los pieds noirs se fue asentando. Llegaron a haber más de 1.5 millones de colonos frente a una población total de unos 10 millones.
Frente a esta situación la rebelión fue creciendo y en la década de 1950 se transformó en una verdadera guerra.
Los revolucionarios nacionalistas estaban organizados en el Frente de Liberación Nacional que llevaba a cabo sistemáticas acciones de resistencia armada, especialmente de guerrilla urbana, contra el dominio francés.
La guerra se volvió cruenta y las autoridades francesas fueron perdiendo el control de la situación hasta que la rebelión comenzó a sacudir los cimientos de la débil e inestable Cuarta República Francesa (1946-58). La represión contra la población argelina fue brutal. Razzias indiscriminadas, miles de arrestos, torturas y ejecuciones fueron los métodos utilizados. Si bien muchos líderes del FLN fueron muertos o arrestados, el dominio francés se desacreditó a nivel local e internacional y forzó a Francia a cambiar su política.
La situación crítica llevó al establecimiento de una nueva república (Quinta República) con Charles de Gaulle como Presidente. Tras grandes manifestaciones en Argel y varias ciudades importantes a favor de la independencia desde finales de 1960 y una resolución de las Naciones Unidas que reconocía el derecho a la independencia, llevaron al presidente De Gaulle a abrirr negociaciones con el FLN. Estas concluyeron con la firma de los Acuerdos de Évian en marzo de 1962. Se celebró un referéndum y el electorado francés aprobó los Acuerdos de Évian con un 91% del electorado. Más tarde se realizó un segundo referéndum en Argelia propiamente dicha, donde triunfó la independencia con 99,72% de los votos.
Para los argelinos, en ese momento se terminó la pesadilla de la dominación colonial y empezarían nuevos desafíos.

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