viernes, 14 de octubre de 2016


Palabras del último hablante chaná:

"Don Jaime contó en varias ocasiones que aprendió la lengua de su madre, abuela y bisabuela, quienes se decidieron a transmitírsela cuando murió la última descendiente mujer. Al menos en su familia, los hombres no hablaban la lengua porque eran los que tenían que salir a trabajar y, como ocurre a la mayoría de los aborígenes aun en la actualidad, utilizar un idioma nativo puede ocasionar rechazo. Por eso la tradición se resguardaba en las casas bajo el control femenino. “Según cuenta Don Jaime, la sociedad chaná era matriarcal; el hombre no debía lastimar jamás a una mujer, hasta el punto de que las adolescentes eran desvirgadas por un familiar utilizando un falo de cerámica. Cuando su madre ve que no tiene una mujer a la que pasar la lengua y las tradiciones, le empieza a enseñar a Don Jaime, que tenía 14 años. Después de la muerte de la madre y con el paso de los años fue perdiendo la fluidez. Hoy dice las palabras con pronunciación española y la gramática también está bastante españolizada. Por ejemplo, no dice en chaná, siguiendo el orden de las partes de la oración que según Larrañaga era normal, ‘yo la lengua chaná hablo’ sino ‘yo hablo la lengua chaná’.


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-1344-2005-11-19.html

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