Teoría revolucionaria sobre las causas de los terremotos
Un factor principal en los fenómenos sísmicos: la desgasificación planetaria
Un factor principal en los fenómenos sísmicos: la desgasificación planetaria
D. Antón
Del
mismo modo que la teoría de la desgasificación planetaria promueve
una revisión profunda de las creencias dominantes acerca del origen
de los hidrocarburos y del carbón, también introduce elementos
removedores en la geofísica planetaria.
La
teoría ortodoxa atribuye los sismos, terremotos o temblores a los
movimientos de placas de la corteza que se empujan, presionan, chocan
y/o superponen según los casos.
Estos
movimientos de grandes masas sólidas con comportamientos plásticos
o rígidos, dependiendo de la temperatura, la presión y otros
factores, producen tensiones que al cabo del tiempo pueden dar lugar
a fracturas.
Las
fracturas generan vibraciones que llegan a la superficie donde son
percibidas como «terremotos» o «temblores».
Del
mismo modo, cuando estas fracturas se producen en el fondo del mar,
dan lugar a perturbaciones y movimientos de las masas de agua que
llegan a las costas como olas de granlongitud
de onda produciendo inundaciones súbitas en las zonas litorales
contiguas a la línea de costa.
Estas
«olas», que a veces tienen un gran efecto destructivo, son
denominadas «maremotos» o «tsumamis».
Gold
tiene una visión muy diferente a las creencias cómunmente
aceptadas sobre las causas de los terremotos y tsunamis.
De
acuerdo a la teoría de la desgasificación planetaria «la
tierra expele fluidos constantemente de las grandes profundidades,
incluyendo volátiles juveniles que provienen del manto»
Una
parte de los fluidos asciende junto con las lavas fundidas en los
procesos volcánicos. Otra parte llega a la superficie en forma más
continua y tranquila, a través de los volcanes de barro y otras
emanaciones hidrotermales.
Según
Gold, estos fluidos ascendentes generan fracturas en las rocas de
cobertura a medida que disminuye la presión y las materiales se
vuelven menos resistentes.´
Las
rocas no se fracturan simplemente debido a la liberación de
tensiones acumuladas, sino más bien como resultado de la la presión
del gas que a su vez cumple el rol de lubricante para el movimiento
lateral o vertical de los grandes compartimentos rocosos.
Hay
numerosas pruebas testimoniales de la relación entre algunos grandes
sismos y las emanaciones simultáneas de gases.
Algunos
de los testimonios son muy antiguos, otros más recientes, pero en
general, proporcionan claros indicios de la asociación entre los
temblores, los tsunamis y los movimientos de gases.La emanación de
gases puede también ser percibida por los animales. Ya sea por sus
diferencias térmicas o por sus olores, muchos
animales sienten la perturbación existente y cambian sus
comportamientos. Algunos mamíferos que viven en nidos bajo tierra
salen de sus cuevas antes de la ocurrencia del evento sísmico.
El
registro y constatación de cambios de temperatura y emanaciones de
gas fueron tenidos en cuenta en la ciudad de Haicheng en China y
permitieron prevenir destrucciones y muertes en el sismo de esta
ciudad en febrero de 1975.
Por
otra parte, hay muchas descripciones de emisiones gaseosas a veces
acompañadas de llamaradas que tuvieron lugar durante el transcurso
de un fenómeno sísmico.
1)
Terremoto en Norcia y Aquila (Italia),
14 de enero y 2 de febrero de 1703
“En
Aquila y Norcia, y en otros lugares.... la tierra aquí y allá se
fracturaba y por las fracturas salían olores feos a azufre y
bitúmen; y los hombres de Aquila dignos de confianza escriben que
después del terremoto azufre y fuego salían de la grietas abiertgas
en la tierra” (citado por Galli,
1911)-
2)
Terremoto y tsunami en Lisboa,
Noviembre 1 de 1755
“...comenzamos
a escuchar un ruido atronador, como de carruajes, que aumentó hasta
igualar el ruido del cañon más estruendoso, e inmediatamente
sentimos el primer temblor, que fue seguido or un segundo temblor y
un tercero, y en éste, al igual que en el cuarto, ví varias llamas
luminosas de fuego saliendo de los costados de las montañas,
parecidas a las que pueden ser observadas en las brasas del carbón.
Observé en una de las colinas llamada el Fojo, cerca de la playa de
Adraga (cerca de Colares) que allí salió una gran cantidad de humo,
muy espeso, pero no muy negro, que aumentó todavía más luego del
cuarto temblor, y después continuó saliendo en mayor o menor grado.
Justo cuando escuchábamos los truenos subterráneos, observamos que
explotaban en el Fojo, pues la cantidad de humo era siempre
proporcional al ruido subterráneo.”
(Stoqueler, 17564).
3) Terremoto en
Komarón, Hungría,
28 de junio de 1763
“Las fracturas del suelo se
originaron en miles de sitios. En casi todos ellos había emisiones
de agua y arenas movedizas junto con llamas y humo de olor
desagradable.... el río Danubio aumentó su nivel y el agua comenzó
a burbujear como si estuviera hirviendo. Tenía olor sulfuroso. La
mayoría de las fracturas ocurrieron cerca de la orilla del río y
de algunas de ellas emergían llamas alternativamente con arena y
humo. En el lago Ferto, 100 km. al oeste de Komarom comenzaron a
emitirse ruidos atronadores formándose mucha espuma. Llamas del
temaño de barriles fueron vistas sobre el río mismo. Ganado con
cuernos pereció en el vapor desagradable que emanaba de la tierra.
En la orilla de otro río más pequeño, el Vag, surgían
aceleradamente llamas a partir de las fracturas, seguidas por aguas
sulfurosas. En algunos lugares, las aguas que venían de
la tierra eran claramente negras. El agua del río Bag, parecía
estar hirviendo.” Citado por Rethly, 19525.
4) Terremoto en Lima,
30 de marzo de 1828
“El agua en la bahía «silbaba
como si se hubiera sumergido hierro al rojo, subían a la superficie
burbujas y peces muertos, y la cadena del ancla se fundió
parcialmente mientras yacía en el barro del fondo”
(Bagnold, 18296)
Se señala que la cadena del ancla
está en exhibición en el Museo de la Marina de Londres
5) Terremoto en Owens
Valley, California,
26 de marzo de 1872.
“La gente que vivía cerca de
Independencia.....decía que en cada temblor sucesivo podían ver
claramente en un centenar de lugares al mismo tiempo, saliendo de las
rocas fracturadas grandes láminas llameantes aparentemente de unos
treinta o cuarenta pies de largo y que se enrollaban y doblaban
momentáneamente y luego desaparecían”
(San Francisco Chronicle, 2 de abril del 1872).
6) Terremoto en Sonora, México,
3 de mayo de 1887
“Otro efecto del terremoto que
aterrorizara a los asustados habitantes de esos lugares, fue el fuego
en todas las montañas que rodeaban el epicentro e incluso algunas
situadas en el territorio de Arizona, entre otras la cresta de San
José. Algunos de estos, se dice continuaron llameando por muchos
días” (Aquilera, 1920).
Extraido de “¿Inagotables? Gas y petróleo.”,
Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
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