Geomorfología del Uruguay:
metodología e interpretación genética
Danilo Antón
La
geomorfología de un territorio es el resultado de varias causas,
algunas internas del planeta (p.ej. tectonismo y vulcanismo) y otros
derivados de elementos externos, en particular la evolución del
clima a lo largo del tiempo.
La
persistencia de un tipo climático da lugar a un cierta modalidad de
morfogénesis y cuando se produce un cambio climático también se
modifican los procesos morfogenéticos. En el caso del Uruguay, en
la historia geomorfológica han actuado dos sistemas de morfogénesis
principales con un impacto muy diferenciado sobre la formación del
relieve: el sistema morfogenético árido y el sistema morfogenético
húmedo. El sistema árido, caracterizado por ausencia de
vegetación, escurrimiento torrencial e intensa erosión en las
laderas, da lugar a relieves irregulares y aplanados en los
interfluvios, amplios valles e importantes acumulaciones
sedimentarias en las cuencas. El sistema húmedo, en cambio, da lugar
a una cobertura vegetal contínua, infiltración predominante,
pedogénesis generalizada, escurrimiento freático e hipodérmico,
ríos libres de sedimentos, caudales fluviales regulares y erosión
en los cauces. La interferencia periódica de ambos sistemas da lugar
a dos tipos de lechos, un lecho menor asociado al funcionamiento
“húmedo” del sistema y un lecho de crecientes o mayor cuando la
cobertura vegetal no alcanza para posibilitar la infiltración de las
lluvias instantáneas (funcionamiento árido). La interferencia
geológica genera relieves escalonados donde los aplanamientos y
terrazas reflejan los períodos áridos y los escalones (o entalles)
la existencia de un clima más húmedo en el pasado.
2.1
El Escudo Brasilero
La
geomorfología del territorio uruguayo está modelada en el extremo
meridional del cratón generalmente denominando “Escudo Brasilero”,
y más particularmente sobre los bloques de la Isla Cristalina o
Escudo Uruguayo- Riograndense (EURG).
Esta Isla
Cristalina aflora en la mitad sur del Uruguay y en el sur-suroeste
del Estado de Rio Grande do Sul en Brasil.
Al igual que
el Escudo principal, el Escudo Uruguayo-Riograndense está hundido en
forma escalonada en dirección noroeste y oeste, hacia la llamada
Cuenca Paranaense, y elevado en su extremo sureste. A partir de allí,
en la zona de contacto con los fosas tectónicas de la Plataforma y
oceánicas se hunde abruptamente generando una escarpa cercana y
paralela a la línea costera.
2.2. La
escarpa costera
En el
Uruguay, el Escudo (EURG) también se encuentra elevado al sureste
pero las diferencias de nivel con relación a las llanuras costeras
son sensiblemente menores (300 a 500 metros). La disección de esta
escarpa generó una zona con importante energía de relieve que a los
efectos de este trabajo denominaremos: “Serranías
del Mar Uruguayas”. La escarpa
original fue degradada por procesos erosivos en tiempos Cenozoicos.
Como resultado de esta evolución erosiva prolongada el frente de
escarpa se encuentra fraccionado.
En la
actualidad, la escarpa es visible por trechos, particularmente en el
contacto con algunas zonas tectónicamente subsidentes como por
ejemplo en el límite este de la fosa de Santa Lucía, en el límite
del bloque elevado de la Sierra de Ánimas.
2.3
La escarpa basáltica de Haedo
Los bloques
cristalinos del territorio se encuentran hundidos e inclinados hacia
el noroeste hasta profundidades de 2,000 metros en la zona de Salto y
Bella Unión.
El borde
oriental del basalto sufrió importantes procesos erosivos que
afectaron especialmente a los materiales arenosos y friables de la
subyacente formación Tacuarembó. Las formaciones basálticas que
son mucho más resistentes, se expresaron geomorfológicamente como
una escarpa enfrentada al este y con dirección general norte-sur. Es
la llamada escarpa de Haedo o escarpa basáltica de Haedo.
Las
diferencias de nivel de esta escarpa con los terrenos arenosos del
pie de monte son del orden de 200 a 300 metros (con pendientes de 2-4
%).
3.
Testimonios de antiguas fases áridas: los interfluvios aplanados
Uno de los
rasgos geomorfológicos principales del relieve uruguayo es la
presencia generalizada de interfluvios de cima aplanada que se
consideran asociados a prolongados períodos de aridez durante el
Cenozoico.
Ellos son
particularmente notorios en el Norte del país, en el área
basáltica, en donde la estructura horizontal o casi-horizontal de
las sucesivas coladas facilita su conservación.
En otras
regiones, si bien con menos nitidez, estas superficies planas o
suavemente onduladas de interfluvios son también muy frecuentes,
adquiriendo expresiones importantes en la Cuchilla Grande Principal y
en la Cuchilla Grande Inferior.
Las
características básicas de los aplanamientos de interfluvios son
los siguientes:}
1. Se dan
sobre rocas de diversa naturaleza: granitos, migmatitas, ectinitas,
riolitas, basaltos, areniscas, etc.
2. La
superficie es rara vez plana. En general, presentan un relieve
suavemente ondulado, aunque siempre claramente contrastante con las
laderas de los valles vecinos.
4. En los
aplanamientos más elevados las formaciones superficiales son poco
potentes (rara vez más de dos metros) presentando además
granulometrías variables. En los niveles más bajos la potencia
puede ser mayor.
5.
Normalmente se asocian a estas superficies (especialmente en los
niveles más elevados) acumulaciones de piedras angulosas, a veces
formando pavimentos (p.ej. Sierra de Palomeque).y mucho más
raramente cantos rodados. En los niveles intermedios y bajos se
presentan en forma de conos de deyección (p.ej. los abanicos
aluviales de la formación Malvín), de terrazas (formación Salto) o
rampas suaves más o menos onduladas (lodolitas de las cuencas de
Santa Lucía y Laguna Merín).
6. En las
superficies medias y altas los suelos son predominantemente
superficiales, aunque pueden existir suelos profundos en ciertas
superficies de mayor desarrollo cartográfico o sobre formaciones de
alteración que las recubren. En las superficies bajas, normalmente
con subsuelo lodolítico, son mucho más frecuentes los suelos
profundos.
7. La
presencia de suelos y paleosuelos rojos no es generalizada y parece
estar ligada sobre todo a ciertos rasgos litológicos de la roca
generadora (micaesquistos, basaltos). En ciertos casos se
identificaron formaciones de terra rossa
sobre calizas, como es el caso de algunos suelos en las inmediaciones
de María Albina, en Treinta y Tres..
8. La
presencia de aplanamientos es común en los interfluvios principales
del territorio uruguayo (Cuchilla Grande Principal e Inferior, de
Haedo) y en varios otros de carácter secundario (Cuchillas Belén,
Palomeque, Villasboas, de la Casa de Piedra, etc). Estos
aplanamientos que se corresponden con las zonas más altas de país
presentan pocos relieves más elevados en las cercanías. Cuando
éstos existen, son de muy poca jerarquía orográfica relativa.
9. Los
niveles o “escalones” más bajos suelen estar recubiertos o
constituidos por lodolitas de espesor variable.
10. Los
aplanamientos que incluyen suelos y paleo-suelos rojos ocupan una
posición topográfica más elevada que los niveles cubiertos de
lodolitas.
4.
Aspectos morfogenéticos
Todos
los elementos mencionados anteriormente tienden a mostrar que estas
superficies:
- son superficies originadas por erosión, tal como lo indica la inexistencia o escasez de cobertura sedimentaria,
- han sido elaboradas en un período de tiempo prolongado, hipótesis que se deduce de su amplia extensión en el país y la inexistencia de relieves más altos o rareza de los mismos, y
- se generaron en condiciones de agresividad erosiva considerable, tal como lo demuestra la eliminación de relieves pre-existentes, aún aquellos de rocas duras.
Las
formaciones superficiales de granulometría variada, incluyendo
niveles de piedras angulosas y cantos, apoyan dichas hipótesis.
Estas
condiciones se dan en los climas áridos-semiáridos, con formación
de laderas escarpadas de retroceso rápido hasta la eliminación casi
completa de los interfluvios por erosión, la formación de extensas
rampas (glacis de acumulación o bajadas) que incluyen delgadas
láminas de depósitos coluviales y depósitos aluviales en las
planicies aluviales de paleo-oueds
(wadis) y
“playas”
(llanuras lacustres o aluviales áridas).
5.
Los depósitos correlativos a los aplanamientos
Los
depósitos de “playas”
y planicies aluviales superiores áridas fueron, en la mayor parte de
los casos, retomadas por los entalles posteriores y barridas del
paisaje. Sólo se conservan algunos materiales de conos de deyección,
ciertos trozos de glacis de acumulación y pedimentos, y zonas de
viejos interfluvios áridos muy erosionados.
Por esta
razón resulta imposible encontrar superficies perfectamente planas y
son raras las acumulaciones aluviales netas. La persistencia de un
clima árido dio cuenta de ellas.
La presencia
de 2 o 3 niveles en varios lugares indicaría la existencia de
varios períodos de aplanamiento principales con recrudecimiento de
las condiciones erosivas del medio separados por fases más húmedas
de entalle o por períodos de activación de los procesos de
tectónica ascendente.
De la
ubicación morfológica de los aplanamientos se puede inferir una
antigüedad considerable de los mismos.
Una parte
importante de los sedimentos erosionados en los interfluvios se
depositaron en las cuencas de sedimentación deprimidas y/o
subsidentes contiguas conservándose dichos depósitos como
testimonios estratigráficos de los procesos morfogenéticos de las
tierras altas aledañas (p.ej. depósitos de las formaciones Fray
Bentos, Salto, Raigón, Malvín, etc).
6.
Morfologías regionales de los interfluvios aplanados
La
morfología de los interfluvios aplanados es relativamente constante;
una superficie alta casi plana o suavemente ondulada, una ruptura de
pendiente frecuentemente escarpada, y laderas más o menos empinadas
que culminan en un thalweg de
profundidad variable.
En el área
basáltica, los aplanamientos pasan
lateralmente a laderas escarpadas, al pie de las cuales se
desarrollan rampas o glacias que hacia su sector inferior se
relacionan con planicies aluviales bastantes amplias.
En la región cristalina
(Cuchilla Grande Inferior y Principal) existen aplanamientos
estrechos y suavemente ondulados. Las nacientes de los cursos de
agua que descienden desde estos interfluvios aparecen entallados
formando valles fluviales profundos (en v) y quebradas, que
lateralmente pasan a valles con fondo plano debido a las
acumulaciones aluviales.
En
el área sedimentaria gondwánica
los interfluvios aplanados son poco frecuentes debido a la mayor
erodibilidad de las areniscas y otras formaciones análogas. Sin
embargo, en algunos lugares se las aprecia claramente (Cuchilla de la
Casa de Piedra en Tacuarembó). En estas zonas las llanuras aluviales
son muy amplias ocupando la mayor parte de los valles.
7.
Consideraciones paleográficas y paleoclimáticas
La historia
geológica de las formaciones sedimentarias del Uruguay durante el
Mesozoico y Cenozoico se puede dividir en dos períodos:
a) un primer período en que dominaron los depósitos de areniscas (formaciones Buena Vista y Tacuarembó en el Triásico y Jurásico y las formaciones Guichón, Mercedes y Asencio en el Cretácico Superior) que excede la temática de esta comunicación por su menor incidencia directa en la morfogénesis (aunque su influencia indirecta es importante),
y ) un segundo período con predominio de secuencias limosas (formaciones Fray Bentos y Libertad, lodolitas de la Laguna Merín, formaciones Dolores y Sopas).
a) un primer período en que dominaron los depósitos de areniscas (formaciones Buena Vista y Tacuarembó en el Triásico y Jurásico y las formaciones Guichón, Mercedes y Asencio en el Cretácico Superior) que excede la temática de esta comunicación por su menor incidencia directa en la morfogénesis (aunque su influencia indirecta es importante),
y ) un segundo período con predominio de secuencias limosas (formaciones Fray Bentos y Libertad, lodolitas de la Laguna Merín, formaciones Dolores y Sopas).
Estos dos
períodos se caracterizaron por la persistencia de climas áridos y
semiáridos, separados
por un intervalo tropical húmedo en el Paleoceno (aproximadamente
hace unos 60- 65 millones de años).
La
inauguración del segundo período mencionado, con clima
predominantemente semiárido, está precedida por un acontecimiento
orogenético fundamental en el oeste del continente sudamericano: la
elevación de la cadena andina que fue acompañada de erupciones
volcánicas con emisiones de cenizas. Estas se depositaron sobretodo
al pie de los volcanes y en el pie de monte de la naciente cordillera
andina. Algunas fueron transportadas por los vientos hasta el
territorio que hoy corresponde al Uruguay.
Esta
hipótesis es refrendada por la presencia importante de vidrios
volcánicos de granulometría limosa en la formación Fray Bentos
(Oligocena, Miocena) y en los depósitos pampeanos pleistocénicos
correlacionables con la formación Libertad.
Fray
Bentos es la representante sedimentaria de un prolongado período
semiárido que duró varios millones de años y que, desde el punto
de vista territorial, se extendió desde el pie de monte andino hasta
la costa atlántica dando lugar a enormes superficies de erosión con
un área de varios cientos de miles de km2.
Similares
formaciones se encuentran en la provincia de La Pampa en Argentina en
las cercanías de la ciudad de Santa Rosa (formación Cerros Azules y
otras).
Debido a
dichos procesos, durante ese período, los relieves preexistentes
fueron modelados en aplanamientos erosivos que hoy están
representados, según creemos, por los aplanamientos principales de
la Cuchilla Grande y cuchillas menores y el aplanamiento de Masoller
en la Cuchilla de Haedo.
8.
Período semi-árido plio-pleistocénico con escaso aporte de limos
Durante el
Plioceno y primera parte del Pleistoceno se instauró un clima
semiárido sin aporte de limos. Ello probablemente se debió a un
cambio en la dirección de los vientos, a una estabilización de las
zonas de origen de los mismos (debido a una humidificación
climática) o la interrupción de la actividad volcánica en los
Andes.
Es un
período en que predominaron los niveles arenosos y gravillosos,
intercalados con arcillas, indicadores de un régimen fluvial con
clima semi-árido.
Este
ambiente dio lugar a las acumulaciones de la formación Salto en el
litoral, a la formación Raigón en la cuenca del Santa Lucía, y a
la formación Malvín en el pie de monte de la Sierra de las Ánimas.
Las terrazas
de la formación Salto se relacionan con los escalones erosivos en la
región basáltica que denominamos “Sarandí del Arapey” que
aparece como un escalón intermedio por debajo de la superficie
Masoller y por encima de las planicies aluviales Sopas- Mataojo (ver
más adelante).
Los
depósitos de Raigón, que rara vez constituyen terrazas, se
relacionan con las superficies de erosión intermedios de las
cuchillas cristalinas del sur y la formación Malvín está
constituida por abanicos aluviales de pie de monte a la salida de las
abras de la Sierra (p.ej. Abra de Zabaleta, Abra de Castellanos).
9.
Morfogénesis loésica y lodolítica del Pleistoceno Medio
Por encima
de las superficies de erosión plio-pleistocénicas y de sus
formaciones fluviales correlativas se depositaron formaciones limosas
más o menos lodolíticas y/o loésicas.
Estos
aportes se debieron probablemente a la intensificación de la
actividad volcánica explosiva en los Andes, al cambio de dirección
de los vientos o a la acidificación en las zonas de origen (pie de
monte andino).
En principio
estos limos provinieron del pie de monte andino dejando como
testimonio varios pavimentos de cantos rodados, que probablemente
forman parte de los llamados “rodados patagónicos”.
El nuevo
influjo de limos eólicos desde los Andes cambió dramáticamente las
condiciones geomórficas superficiales.
La llegada
de importantes volúmenes limosos recubriendo los suelos dio lugar a
la formación de fluidos de mayor viscosidad que se depositaron con
poca o ninguna estratificación en las laderas y valles suavizando
las aristas del relieve.
La cobertura
vegetal, probablemente herbácea o de parque, dio lugar a procesos de
bioturbación que borraron la estratificación remanente.
10.
Morfogénesis asociada a los aportes loésicos y aluviones limosos
del Pleistoceno Superior
En el
Pleistoceno Superior se encuentra un conjunto de depósitos
predominantemente limosos que también tienen una importante
componente eólica. Pensamos que su origen está relacionado con el
pie de monte de las colinas pampeanas (cerca de la ciudad de Santa
Rosa en la Provincia de La Pampa, Argentina).
Allí los
vientos del sudoeste levantaron las partículas limosas, dejando en
el sitio los materiales arenosos bajo la forma de sistemas dunares.
Los limos fueron transportados a través de la llanura platense (en
ese momento casi totalmente emergida) siendo retenidos por la
vegetación (probablemente con un clima de tipo sub-húmedo y/o
semi-árido) en el actual territorio uruguayo y luego retransportado
por el agua a las planicies aluviales donde se acumuló con espesores
relativamente delgados (rara vez más de 3-4 metros). En el suroeste
del país la unidad cartográfica resultante es la formación
Dolores, y en el norte, la formación Sopas.
Bibliografía
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Uruguay, Dirección de Suelos MGAP, presentado en el Congreso
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Sa de Ríos, María Albina, Confluencia Yerbal- Olimar); Dirección
de Suelos, MGAP, Uruguay
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Verolavsky,
G., Ubilla,M. y Martínez, S. (editores), 2004; Cuencas Sedimentarias
del Uruguay. Cenozoico, DIRAC, Montevideo, Uruguay
Carta
geomorfológica genética esquemática del Uruguay
Columna geomorfológica genética y
estratigráfica del Uruguay
Era/
período/
Época
|
Morfogénesis
costa, cristalino
|
Morfogénesis
en la región basáltica
|
Morfogénesis
en la región gondwánica
|
Pedogénesis
|
Clima
|
Sedimentos,
alteritas
|
Reciente
|
Erosión antrópica
|
Escasa
|
Escasa
|
Sub-húmedo
|
Limos aluviales, lodos
litorales
|
|
Holoceno
|
Escasa
|
Entalles
|
Moderada
|
Sub-húmedo
|
Sed.humíferos
(l.de Mosquitos)
|
|
Pleistoceno
Superior
|
Llanuras
aluviales limosas
|
Llanuras
aluviales limosas
|
Erosión interfluvios, llanuras arenosas
|
Formación de suelos: acreción, bioturbación |
Sub-húmedo a semi-árido
|
F.
limosas de llanuras costeras y aluviales (Dolores y Sopas)
|
Pleistoceno Medio a Superior
|
Débiles entalles
|
Débiles entalles
|
Entalles
|
Formación de suelos
|
Sub-húmedo a húmedo
|
|
Pleistoceno medio
|
Erosión en interfluvios, formación
de llanuras arenosas
|
Formación de suelos por acreción,
procesos de bioturbación
|
Semi-arido a sub-húmedo
|
Limos
eólicos y lodolitas,
formación Libertad y correlativas
|
||
Pleistoceno inferior
|
Entalles
|
Entalles, fuertes en la zona de
escarpa, débiles en la cuesta basáltica
|
Formación de suelos
profundos
|
Húmedo
|
Algunos
suelos rojizos (alteritas “curupienses”)
|
|
Plioceno
|
Erosión en interfluvios y formación
de llanuras aluviales, liberación de bochas graníticas
|
Formación de superficies de erosión
intermedias, terrazas fluviales
|
Escasa
|
Semiárido
|
Formaciones arenosas y gravillosas,
con niveles de arcillas (formaciones Raigón, Salto y Malvín)
|
|
Mioceno- Oligoceno
|
Desarrollo
de superficies de erosión (C.Grande),
liberación
de bochas graníticas (Sa de Mahoma)
|
Desarrollo de
superficies de erosión (Masoller)
|
Escasa
|
Semiárido
|
Formaciones limosas y
limo-arenosas calcáreas (formación Fray Bentos)
|
|
Eoceno- Paleoceno
|
Formación de suelos profundos y
entalles fluviales
|
Entalles fluviales en
la escarpa
|
Formación de suelos
tropicales
|
Tropical húmedo
|
Alteritas del miembro del Palacio
|
|
Cretácico
Superior
|
Desarrollo de aplanamientos elevados expresados en
niveles de cimas
|
Desarrollo de aplanamientos elevados (p.ej.
Charqueada)
|
Escasa
|
Semiárido
|
Sedimentos
aluviales
(f.Asencio,
Mercedes, Guichón)
|
|
Comienzo de degradación de la escarpa serrana
costera
|
Formación de la escarpa basáltica
|
|||||
Cretácico Medio
|
Formación de escarpa serrana del Sur |
Indeterminada
|
||||
Cretácico Inferior
|
Subsidencia
fosas tectónicas Santa Lucía y Laguna Merín.
|
Efusiones basálticas
|
Indeterminada
|
|||
Jurásico- triásico
|
Intensificación subsidencia Cuenca del Paraná |
Escasa a nula
|
Areniscas eólicas, fluviales y lacunares (F.Tacuarembó) | |||
Paleozoico
|
Comienzo
subsidencia cuenca Paraná
|
Indeterminada
|
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