Descifrando el misterio del agua y la vida (2)
Danilo AntónSegunda parte
No hay vida sin agua
La presencia generalizada de agua líquida en nuestro planeta ha permitido la implantación y desarrollo de los procesos vitales, cosa que no ha sido, hasta ahora, identificado en ningún otro astro.
La
vida está intrínsecamente relacionada con el agua. El ADN,
gigantesca molécula que constituye la base de todos los organismos
conocidos, requiere, para su metabolismo y reproducción, estar en
contacto con una solución acuosa de características apropiadas.
La
mayoría de los organismos viven en el agua, y los que no lo hacen,
llevan consigo su propio microambiente acuoso.
En
resumen, en este mundo, la vida no puede existir sin agua líquida.
Recíprocamente, en los lugares en donde hay agua líquida, se dan
las condiciones para el desarrollo de los procesos vitales.
No
sabemos si hay grandes volúmenes de agua en estado líquido en otros
planetas. Tal vez haya agua subterránea (“acuíferos”) en Marte
o La Luna y hay indicios de océanos de agua cubiertos por una espesa
capa congelada en algunas de las lunas de Júpiter. Dadas las
temperaturas y condiciones de presión extremadamente bajas de estos
astros, no es muy probable que se hayan desarrollado procesos vitales
generalizados y mucho menos una situación “biosférica” como la
que existe en La Tierra.
En
nuestro planeta, la vida “adeénica” ha colonizado
prácticamente todos los ambientes acuáticos. Hay organismos vivos
en las hirvientes emanaciones hidrotermales del fondo de los océanos,
en las gotas de agua condensadas de las nubes troposféricas y en las
aguas de fusión de los inlandsis antártico y groenlandés.
Aún
en las regiones más secas, donde la humedad atmosférica no excede
nunca 20 o 30%, como ciertas zonas del Sahara en Africa o el Rub’
al Khali de Arabia, existen numerosas formas de vida adaptadas a esa
situación (p. ej. plantas freatófitas, invertebrados, reptiles,
mamíferos, microorganismos variados) que “transportan” sus
soluciones acuosas protegidas de la sequedad exterior por membranas,
cáscaras, pieles, costras u otros materiales aislantes.
Esta
colonización generalizada del medio acuoso líquido hace difícil
diferenciar el agua de la vida.
De
allí que podamos afirmar que, en La Tierra, el agua líquida y la
vida constituyen un complejo inseparable.
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