Krakatoa: la mayor erupción volcánica de la historia
La erupción volcánica del volcán Krakatoa fue la mayor erupción volcánica registrada históricamente en forma detallada con gran destrucción, muchas víctimas y numerosos testimonios tanto de la población local como de marinos y científicos la presenciaron en sus diversas etapas.
Digamos que el archipiélago de Krakatoa (en indonesio: Kepulauan Krakatau)1 es el nombre que se da a un conjunto de islas volcánicas —en su mayoría casi desaparecidas— situada en el estrecho de Sonda, entre Java y Sumatra al suroeste de Indonesia.
Digamos que la región de Indonesia probablemente la región volcánica más activa del planeta durante los períodos geológicos recientes y no tan recientes.
El nombre Krakatoa se utiliza también para designar a la isla principal del archipiélago; la Rakata y al volcán Anak Krakatau que ha entrado en erupción en repetidas ocasiones y con consecuencias desastrosas a lo largo de la historia y el tiempo.
En los años anteriores a la gran erupción de 1883, la actividad sísmica alrededor del volcán era intensa, con algunos terremotos en lugares distantes como Australia. El 20 de mayo de 1883, tres meses antes de la gran erupción, comenzaron a registrarse escapes de gases en Perboewatan, en el norte de la isla. Las erupciones de ceniza alcanzaron una altura de 6000 metros y las explosiones pudieron oírse en Batavia (Yakarta), a más de 150 kilómetros de distancia.
La filtración de agua en la cámara de magma produjo grandes cantidades de vapor y humo, pero la actividad se extinguió hacia finales de mayo. Como resultado, la población autóctona no adoptó medidas de seguridad adicionales. Sin embargo, los científicos vinculados a la geología, sobre todo en holanda enviaron expertos para estudiar la isla y encontraron inquietantes signos de actividad volcánica.
El volcán entró de nuevo en erupción en torno al 19 de junio. La causa de la erupción, según se cree, fueron una o varias fisuras que se formaron entre Perboewatan y Danan, en un emplazamiento cercano al actual cono volcánico de . La violenta erupción causó mareas excepcionalmente altas en la zona y los barcos anclados tuvieron que ser amarrados con cadenas. Después del 11 de agosto las erupciones fueron cada vez mayores, con penachos emitidos desde al menos once fisuras. El 24 de agosto, las erupciones lejanas se intensificaron. Aproximadamente a las 13:00 (hora local) del 26 de agosto entró en su fase de máxima actividad y, alrededor de las 14:00, los observadores pudieron ver una nube negra de ceniza de una altura de 27 kilómetros. En este punto, la erupción era prácticamente continua y las explosiones podían oírse con intervalos de unos diez minutos. Se informó de la caída de ceniza pesada desde barcos que se encontraban a más de 20 kilómetros de distancia del volcán, con pedazos de piedra pómez caliente de hasta diez centímetros de diámetro, que caían sobre sus cubiertas. Un pequeño tsunami golpeó las orillas de Java y Sumatra a unos 40 kilómetros de distancia entre las seis y las siete de la tarde, hora local.
El 27 de agosto, el volcán entró en la catastrófica etapa final de su erupción. Cuatro enormes explosiones ocurrieron a las 5:30, 6:42, 8:20, y 10:02; cada una acompañada de enormes tsunamis. La peor y más ruidosa de estas fue la última. Una gran región del estrecho de la Sonda y varios lugares en la costa de Sumatra fueron afectados por flujos piroclásticos del volcán, que evaporaron el agua cercana a la isla. Las explosiones fueron tan violentas que se oyeron incluso en Australia y en la isla de Rodrigues, cerca de Mauricio, a 5000 kilómetros de distancia. La ceniza alcanzó una altura de 80 kilómetros. Se cree que el estruendo de la mayor de las erupciones es el sonido más alto registrado en la historia, alcanzando niveles de hasta 180 dB (SPL) (un baremo del desvío de la presión producida por el sonido y medida en decibelios), a una distancia de 160 kilómetros. Se dice que marineros que se encontraban a 40 km quedaron sordos por el ruido. Las erupciones disminuyeron rápidamente después de aquel punto y no se registró más actividad desde la mañana del 28 de agosto.
Los efectos combinados de flujos piroclásticos, cenizas volcánicas y tsunamis tuvieron resultados desastrosos en toda la región. No hubo ningún superviviente entre los 3000 habitantes de la isla de Sebesi, a unos 13 kilómetros de Krakatoa. Los flujos piroclásticos que viajaron sobre la superficie del agua a 300 km/h mataron alrededor de 1000 personas en Ketimbang, en la costa Sumatra, a unos 40 km al norte de Krakatoa. El recuento oficial de víctimas mortales registrado por las autoridades neerlandesas fue de 36 417 y muchos asentamientos fueron asolados, incluyendo Teluk Betung y Ketimbang, en Sumatra, y Sirik y Semarang, en Java.
Las áreas de Banten de Java y el Lampong sobre Sumatra fueron devastadas. Hay numerosos informes documentados de grupos de esqueletos humanos encontrados sobre balsas de piedra pómez volcánica flotando sobre el océano Índico, que llegaron hasta la costa oriental de África incluso un año después de la erupción. Algunas regiones de Java nunca fueron repobladas, volvieron a convertirse en selva y ahora constituyen el Parque nacional de Ujung Kulon.
Incluso en lugares tan distantes como Sudáfrica, los barcos se mecieron por los remanentes de los tsunamis y se encontraron cuerpos de víctimas flotando en el océano durante semanas después del acontecimiento. El tsunami que acompañó la mayor de las erupciones fue supuestamente provocado por flujos piroclásticos gigantescos que entraron en el mar. Cada una de las cuatro grandes explosiones estuvo acompañada de flujos piroclásticos masivos, resultado del derrumbamiento gravitacional de la columna de erupción. Nuevas teorías afirman que fue consecuencia del colapso de la caldera magmática.
Como consecuencia, varios kilómetros cúbicos de material volcánico entraron en el mar, desplazando igual volumen de agua de mar. Los flujos piroclásticos alcanzaron la costa de Sumatra, a una distancia de 40 kilómetros, tras desplazarse por encima del agua sobre un «cojín» de vapor sobrecalentado. A su vez, hay indicios de flujos piroclásticos submarinos que llegaron a 15 km del volcán.
En un reciente doAnak Krakataucumental, un equipo de investigación alemán realizó pruebas de flujos piroclásticos sobre el agua, revelando que la ceniza caliente viajó sobre el agua en una nube de vapor a 400 °C, causando un fatal y devastador tsunami.
Tras estas explosiones, sólo un tercio de la isla permaneció en su lugar. El resto había sido lanzado a la atmósfera y al mar.
Durante varios años después de la erupción el clima planetario cambio consideablemente. Se generó una cobertura reflectiva de nubes cirrus que llevó a un enfriamiento general de la atmósfera con consecuencias en la producción y la economía de los cinco continentes.
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