En algo tenían razón los detractores de Artigas que lo
acusaban de ser “un jefe de indios”.
Si, así era, Artigas era en realidad un
«jefe de indios». Por primera vez en la historia, los «indios
bravos» (charrúas y minuanes) se incorporaron a un movimiento multiétnico
conducido por un criollo.
Ya en 1811 se observó esta integración espontánea de
charrúas, minuanes, guaraníes cimarrones, afrocriollos y gauchos a la lucha
emancipadora. Dicha integración masiva y espontánea aparece registrada en
varios documentos de la época.
A fines de diciembre de 1811, Artigas le escribió al
gobierno de Buenos Aires explicándole porque se decidió atacar a los
portugueses en Belén con la participación de un fuerte contingente charrúa: «... mis sospechas pasaron a realidades.... Los robos se
cometían a millones y sus crueldades... (de los portugueses)... llegaron al
extremo de
dar tormento a algunos americanos que cayeron en sus manos,
asesinando también a otros.... Yo me decidí y el 18 del corriente...
(diciembre)... hice marchar una división de esta arma compuesta de 500 hombres, a la que uni 452 indios al mando todos del capitán
de blandengues don Manuel Pinto Carneiro, en dirección de Belén en cuyas cercanías se hallaba una columna portuguesa de 300 hombres
bajo las órdenes del sargento mayor Manoel dos Santos. Vera V.S. que
la acción no fue tan completa como debió serlo porque la posición del
enemigo, unida a la falta de caballos por parte nuestra, facilitó su
fuga.
Señor excelentísimo, esto ha sido inevitable. Las armas de
la patria se vieron precisadas a atacarlos.» Reflexionamos con Maggi: «Qué
interés, qué sentimiento, qué esperanza, qué extraña adhesión motiva a las
tribus infieles para resentarse así, de inmediato, espontáneamente, para
entrar en una guerra que no entienden? No hay un solo ejemplo en toda la
revolución americana.... los charrúas vienen a pelear a favor de un amigo que
los llama.». Poco más de tres meses después, el 9 de abril de 1812, el
comandante portugués José Pereira de Fonseca comunicaba al comandante
general de las tropas portuguesas ocupantes de la Banda Oriental que
los rebeldes (revolucionarios artiguistas) habían formado un
«quilombo en el Rincón de Tres Arboles, con número de 500 hombres, a
excepción de 600 indios que dicen tener en el mismo quilombo» desde donde expedían partidas para tomar, quemar y robar la «Villa
de Serro
Largo» (que los Españoles llamaban Melo) en ese momento ocupada por los portugueses. Es de hacer notar que los «500 hombres»
se refieren a «gauchos» y que por supuesto también incluye
mayoría de «indios» (más o menos cristianizados). En cambio, la
expresión «indios» es utilizada aquí para referirse a los»indios infieles» o
sea «charrúas
o minuanes» La población total de dicho quilombo incluyendo mujeres, niños y viejos debió haber sido tres veces mayor,
algo más de 3,000 personas, de los cuales cerca de 2,000 eran "indios bravos".
Es así que en pleno exilio de Artigas en el Norte, habían
(por lo menos) 452 guerreros charrúas enfrentando a los portugueses
en Belén y otros 600 acosando al enemigo en Cerro Largo. Más de
1,000 guerreros en ambos sitios. Si agregamos sus familias estamos
hablando de 3,500 personas de la Nación Charrúa y aliados que
permanecieron en esta Banda defendiendo la causa de los pueblos. A ello
hay que agregar otros grupos y familias que podían estar
refugiadas en otras partes del país. Esto quiere decir que por el año
1811 todavía habían unos 5,000 charrúas y minuanes diseminados en las
pampas del sur. Su número habría de disminuir sensiblemente como consecuencia
de las guerras. La derrota de Artigas fue también el principio
de la gran derrota de la Nación Charrúa.
Reproducido de "Los pueblos del jaguar", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones
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