El quilombo de Palmares
Desde la última década del siglo XVI, los esclavos escapados o libertos de las colonias portuguesas se refugiaban en las sierras del noreste de Brasil, en territorio de la antigua nación caeté en ese momento ya prácticamente exterminada. Entre los bosques de palmas de Alagoas y en los bosques de la Serra da Barriga se fueron formando los primeros quilombos de lo que se dio en llamar la federación de Palmares. En 1602, preocupado por el crecimiento de este baluarte rebelde, el gobernador de Brasil envió una expedición compuesta por algunos blancos, mestizos pobres e indios comandada por Bartolomeu Bezerra que regresó sin sofocar la rebelión. Gradualmente los núcleos poblados se fueron estabilizando, los aldeanos cultivaban maíz, frijoles, mandioca, azúcar, papas, tabaco, legumbres y frutas protegidos por empalizadas. Criaban cerdos y gallinas, hacían tejidos, canastas y ropas con la fibra de la palma. Al igual que en Africa se trabajaba el hierro. Durante varias décadas Palmares se mantuvo como un islote de prosperidad y libertad en un mar de esclavitud, opresión y miseria. Veinte expediciones organizadas para destruir Palmares se sucedieron infructuosamente. Al cabo de casi un siglo de lucha la floreciene capital de Macacos y las comunidades aledañas sumaban 30,000 personas.
En 1677 un ejército portugués salió de Porto Calvo para enfrentar a los rebeldes del quilombo que incendiaban los cañaverales de las plantaciones sin lograr su propósito. En ese momento el gobernador de Pernambuco, Aires de Sousa de Castro decidió atraer a los quilomberos hacia el dominio portugués otorgando el título de maese de campo a Ganga Zumba, jefe de la Federación y adoptando a dos de sus hijos (que llevarían desde entonces el apellido de Sousa de Castro). Ambas partes acordaron que se desalojarían los quilombos declarando libres a los individuos allí nacidos y devolviendo los negros marcados a manos de sus propietarios. A pesar del acuerdo un grupo dirigido por el sobrino de Ganga Zumba, Zumbí, decidió continuar la rebelión.
En 1694 los portugueses organizaron una Abandeira@ bajo el mando del mameluco paulista Domingos Jorge Velho. A Domingos le ofrecieron tierras y negros, amnistías, hábitos de órdenes religiosas y muchos grados militares si lograba destruir ese símbolo de resistencia ntolerable.
La caída de Palmares
El ejército de Domingos Jorge Velho constaba de 9,000 hombres, indios, presos liberados y mestizos. Macacos, la capital del quilombo estaba defendida por una triple muralla de madera y piedra. La lucha fue dura, sangrienta, los negros de Palmares se resistieron. Al cabo de veinte días cayeron las murallas, Macacos fue incendiada, y la mayor parte de sus pobladores masacrados.
Sin embargo, muchos escaparon, entre ellos Zumbí.
Un año después, Zumbí, que había logrado atravesar el cerco portugués y estaba refugiado en la Serra dos Irmaos fue asesinado por un traidor, un tal Antonio Soares quien lo apuñaló destruyendo la leyenda. Los portugueses recuperaron el cadáver, clavaron la cabeza en una lanza y la desplegaron en Recife para que todos comprendieran que Zumbí no era inmortal. Hoy en lo alto de la Serra de Barriga en Alagoas se yergue una estatua de Zumbí, símbolo de rebelión y libertad.
Los maroons de Jamaica
Jamaica o Xaimaca era originalmente una nación arawak emparentada con los taíno de Cuba y Santo Domingo. Su población fue esclavizada o muerta por los españoles en menos de cincuenta años. El rol de la colonia fue secundario durante el siglo XVI y primera mitad del siglo XVII. A partir de 1658 pasó a manos inglesas, escapándose 1,500 esclavos hacia el interior bajo el liderazgo de Ysassi. Rápidamente los ingleses introdujeron numerosos esclavos pasando de 550 en 1662 a 8,000 en 1664. Las rebeliones se continuaron ininterrumpidas. En 1673 se alzaron 200 esclavos de la plantación de un plantador (Mayor Sebly) a quien mataron junto con otros 13 blancos, obtuvieron armas y municiones y se fueron a las montañas, resistiendo exitosamente a las partidas envíadas a capturarlos. Estos rebeldes serían el núcleo de los que luego se llamarías Leeward Maroons. En 1678 se produjo otra rebelión en una plantación (Capitán Duck) que fue reprimida exitosamente por las autoridades coloniales. En 1685 se alzaron en armas los esclavos de una plantación en Guanaboa (Mrs Grey) a los que se unieron otros para formar un grupo de 150 que se perdieron en el monte.
Algunos años antes en1669 o 1670 ocurrió un naufragio de un buque negrero con esclavos de Madagascar quienes también se fugaron estableciéndose en varias aldeas en las tierras orientales del interior. En 1690 se produjo una gran rebelión de 400 esclavos de la Costa de Oro en la plantación Sutton (Clarendon), logrando escaparse unos 318 que se unieron a las comunidades de Leeward. Las rebeliones continuaron; en 1704 se alzaron varios esclavos Coromantee, en 1720 un grupo liderado por un esclavo madagascarense de la plantación Down se escapó estableciéndose en las montañas, atrás de Deans Valley.
Por esa época eran tantos los grupos de esclavos fugados y comunidades resistentes que no es extraño que haya estallado una guerra general, la llamada APrimera Guerra de los Maroons@ (1725). En ese momento las comunidades maroon de Leedward estaban dirigidas por Cudjoe, mientras que las Windward (Nanny Town) estaban comandadas por Cuffee y en otro momento de la guerra por Nanny, que era su principal obeah (shaman) de los Windward.
La zona maroon estaba habitada por varios miles de afro-jamaiquinos, cuya gran mayoría eran Coromantee o Akan-parlantes de la Costa de Oro o de Dahomey.
Por 1736 luego de 11 años de guerra, había tres poblaciones rebeldes: una en St George (que incluía un remanente de rebeldes de Windward), otra en St Elizabeth cuyo lider era Accompong y el tercero en St James comandada por Cudjoe
Por esa fecha se formalizó un tratado de paz, que fue interpretado por muchos como una traición de Cudjoe quien estableció relaciones muy amigables con los ingleses.
En los años siguientes muchas de las comunidades maroons lograron mantener su independencia y aislamiento hasta que con el tiempo, gradualmente, fueron incorporándose a la vida de la colonia.
Los maroons de las Guayanas
En las colonias europeas de la costa guayanesa se establecieron plantaciones de caña de azúcar basadas en mano de obra esclava desde principios del siglo diecisiete. Estos territorios estuvieron alternativamente en manos españolas, inglesas, holandesas y francesas. Finalmente, se consolidó el dominio holandés en Surinam, el francés en Cayenne (1674) y más tardíamente el inglés en Georgetown (1812). Durante el siglo diecisiete y dieciocho muchos esclavos de las plantaciones se escaparon estableciendo comunidades rebeldes “maroons” en el interior selvático. Los ejércitos coloniales, en particular los holandeses y franceses intentaron infructuosamente dominar estos grupos, que finalmente se establecieron dando lugar a lo que se llamaría en la “jerga” colonial: los “bush negroes”. Estas comunidades cimarrones sobrevivieron hasta el siglo XX en donde se reconocen seis naciones principales: los Saramaka y los Djuka (con una población de 15,000 habitantes cada una), los Aluku (1,000 habitantes), los Matawai (1,000 habitantes), los Paramaka (1,000 habitantes) y los Kwinti (con unos pocos cientos)
En el territorio de Cayenne se formó una comunidad cimarrona: los Marrons de la Montaigne de Plomb (Lead mountain marrons) que fue destruída en 1748.
Como se ve, la historia de la esclavitud de las Américas no estuvo exenta de rebeliones, Al cabo de las décadas la esclavitud como sistema fue eliminada de todos los países del continente.
Sin embargo, sus consecuencias todavía continúan. Los descendientes de los antiguos esclavos aún se encuentran en una situación de desventaja, tanto económica como social.
Está llevando mucho tiempo reequilibrar las sociedades que utilizaron durante mucho tiempo la esclavitud como sistema y que todavía sufren ese legado de desigualdad y discriminación,
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