jueves, 9 de enero de 2020

El gas y el petróleo son prácticamente inagotables, los precios son políticos y especulativos
Danilo Antón
Una de las noticias más importantes y permanentes en los medios de difusión periodísticos nacionales y mundiales son las variaciones irregulares de los precios del petróleo. Cuando la tendencia es ascendente, generalmente como consecuencia de tensiones o conflictos militares en países petroleros, toma cuerpo una alarma generalizada de que el aumento se debe a la disminución de las reservas existentes y de que el petróleo se va acabar muy pronto. ¿Que vamos a hacer?
De pronto, en forma inesperada el precio del barril que superaba los 120 dólares hace una década comenzó a bajar hasta arañar los 20 dólares y luego comenzó a subir nuevamente llegando casi a 90 dólares el barril. En los últimos días del año  2018 bajó a 60 dólares o menos manteniéndose en ese nivel durante gran parte de 2019. El atentado contra refinerías y pozos de Arabia Saudita en septiembre 2019 redujo a la mitad la producción del reino y tuvo alguna influencia en el aumento de precios que no fue significativa.
El asesinato de varias autoridades militares iraníes y irakíes shiitas a fin de año por parte de los EEUU y el ataque iraní a dos bases norteamericanas en Irak tuvo mayor efecto llevando el precio del barril de petróleo Brent a 70 dólares. Al relajarse las tensiones el precio se irá estabilizándose nuevamente y no se pronostican mayores cambios en lo inmediato.


¿Como se explica?
Los vaticinios de la escasez de hidrocarburos, que por ser considerados como "fósiles" (cosa que consideramos es básicamente incorrecta) estaban limitados solamente a las capas superiores de la corteza terrestre, corrían riesgo de agotamiento, han sido refutados por la terca realidad.
A la luz de muchos datos (que rompen los ojos) la  creencia del origen fósil de petróleo se ha transformado en un presupuesto dogmático cuya veracidad es, por lo menos, dudosa.
En realidad, los precios de los hidrocarburos, en particular los precios del petróleo líquido, están muy poco relacionados a la abundancia o la escasez, y en cambio son el resultado de decisiones políticas, movimientos financieros especulativos o simplemente los conflictos bélicos o la  posibilidad de que ellos ocurran.
Cuando convenía aumentar los precios para incrementar las ganancias de las empresas petroleras, se tomaban las medidas políticas para que ello ocurriera, generalmente por el desencadenamiento (a veces muy artificial) de guerras en los países petroleros (p.ej. Irák, Irán, Kuwait, Libia).
Luego los vaivenes de la geopolítica internacional, y debido a la renovación de la Guerra Fría, resultó conveniente bajar los precios como instrumento para debilitar a los enemigos de EEUU en la escena internacional: Rusia y sus aliados, Irán y en menor grado Venezuela.
Este descenso de precios, también artificial, produjo solo en parte las consecuencias esperadas por los grandes poderes (sobre todo los grupos económicos que controlan los Estados Unidos y Europa Occidental), porque terminó afectando también a Arabia Saudita, que debido a la dilapidación de recursos y la guerra agresiva en Yemen está teniendo problemas financieros.
Debido a ello, hay conversaciones de aliados supuestamente irreconciliables. Putín, líder de la Federación Rusa visitó Arabia Saudita acordando importante contratos y por supuesto, la alianza de conveniencia entre Rusia y Turquía se concretó en el nuevo gasoducto que conducirá gas natural desde Rusia a Turquía y el Mediterráneo oriental.
Como se ve la política internacional es cada vez menos cuestión de ideas, y al final de cuentas, los intereses económicos y políticos son los que mandan.
Del libro Geografía y geopolítica del petróleo y del gas natural!, D.Antón, Piriguazú

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