viernes, 20 de diciembre de 2019

Pueblos indígenas de Brasil
Los principales pueblos indígenas de Brasil, una sobrevivencia difícil en una cultura política de irrespeto y avasallamiento





Cuando llegaron los invasores portugueses a Brasil había más de 500 naciones nativas adaptadas a los múltiples ambientes que constituían sus paisajes. Desde la densa selva amazónica y los bosques atlánticos del sur, hasta la sabana del norte y el árido interior del nordeste, se calcula que en el subcontinente que hoy denominamos Brasil habitaban más de 30 millones de habitantes.
Los conquistadores portugueses desarrollaron una política de explotación de los recursos naturales utilizando personas capturadas en las numerosas comunidades del país.
Gradualmente fueron ocupando mayores áreas, deforestando los bosques, yy esclavizando decenas de miles de integrantes de las diferentes comunidades indígenas del país.
La separación de Brasil de la corona portuguesa no cambió la expansión del proceso de degradación de los ecosistemas naturales y la eliminación y degradación de las culturas indígenas del país.
En la sociedad criolla brasilera surgieron grupos que comenzaron a denunciar política y socialmente las continuas violaciones a los derechos humanos que sufrían los pueblos autóctonos. La creación de la FUNAI implicó una relativa amortiguación de las agresiones a las comunidades nativas, incluyendo la demarcación de reservas indígenas y controlando los casos más extremos de   acometidas más violentas en algunas zonas del país.


Sin embargo, la reciente evolución política de Brasil, con la asunción al poder de Jair Bolsonaro permite pronosticar una agravación de la situación de las Primeras Naciones de Brasil, el desconocimiento de las reservas, la invasión de las tierras indígenas por los latifundistas y compañías mineras, en fin, la continuación de los procesos genocidas que han marcado la historia de Brasil durante los últimos 5 siglos.
A  pesar de las agresiones continuas, desplazamientos forzados, esclavización y eliminación física, todavía sobreviven en Brasil aproximadamente 1 millón de indígenas pertenecientes a 240 naciones con sus propias lenguas, tradiciones y creencias.
La tarea de todos los seres humanos que no aceptan la continuación del genocidio de pueblos nativos en Brasil es unir fuerzas, no solo en la sociedad brasilera o latinoamericana sino a lo largo y lo ancho del mundo entero.
A continuación presento una lista resumida de las principales naciones nativas de Brasil y la población de cada una de ellas.
Guarani (todos) 270,000 
(incluyendo los Kaiwá o Pai Tavytera, los Ñandeva o Ava Chiripá, los M’byá, Los Ava Guaraní o chiriguanos, y los Izoceños o Guarayos y los Ava Guayakíes).
Ticuna 70,000
Yanomami  35,000
Pai Tavytera o Kaa'wa, 40,000
Ñandeva o Pai Tavyterá, 25,000
Kaingang  30,000
Mbya guaraní 28,000
Xavantes 16,000
Potiguara 12,000
Pataxó 11,800
Kayapo  10,000
Terena 20,000
Sateré-Mawé  14,000
Xakriabá  10,000
Xucurú-Kariri 8,500
Karajá  3,000
Tupinambá de Olivença 3,000,
Tupiniquim 2,630, 
Parecis  2,200
Bororo 1,500
Kadiweu   1,500
Para este blog he seleccionado 21 naciones que se destacan por su población e impor tancia histórica. Hay muchas otras, generalmente más pequeñas que sería importante considerar, espero poder hacerlo en el futuro.
Comenzaré con uno de los grupos étnicos amazónicos más importantes: los ticuna.
La nación ticuna.
Los ticuna, una gran nación nativa del Amazonas occidental  están amenazados por el avance de la agricultura industrial, la ocupación de sus tierras tradicionales y el desconocimiento de sus derechos

Los ticuna, una gran nación nativa del Amazonas occidental amenazada por el avance de la agricultura industrial, la ocupación de sus tierras tradicionales y el desconocimiento de sus derechos

Los ticuna (autodenominados, maguta) conforman el pueblo indígena más numeroso del Amazonas brasileño. Su territorio se encuentra localizado en la cuenca alta del río Solimoes, que en realidad es el nombre que recibe el río Amazonas aguas arriba de la desembocadura del río Negro. Hay que recordar que aún más arriba, antes de llegar a la desembocadura del río Ucayali, en territorio peruano, el gran valle fluvial del río Solimoes-Amazonas recibe el nombre de río Marañòn.
El río Solimoes propiamente dicho tiene una longitud de 1,700 km y una cuenca de 2.2 millones de km2 abarcando territorios en Brasil, Colombia, Perú y Ecuador.
Precisamente en esta cuenca, particularmente en los alrededores de la triple frontera de Brasil, Colombia y Perú, se encuentra el territorio ancestral de la nación ticuna, con una población total de 70,000 habitantes, distribuidos en unas 150 aldeas en los tres países (Brasil, Colombia y Perú).
Los ticuna han tenido una historia marcada por la violenta entrada de los siringueros (caucheros), pescadores y madereros que los desplazaron de gran parte de sus territorios ancestrales. Recién en los años 1990 lograron el reconocimiento oficial de parte de sus tierras. En la actualidad enfrentan el desafío de garantizar su sustentabilidad económica y ambiental, así como corresponder las relaciones con la sociedad circundante manteniendo viva su riquísima cultura. El cambio de las políticas del nuevo gobierno de Brasil (2019) con su desconocimiento de los derechos indígenas incrementa las amenazas a la sobrevivencia de este pueblo.
Los ticuna o “maguta”.
Según los registros de la tradición oral, Yo´i (uno de los principales héroes culturales) fue el que pescó los primeros ticuna de las rojas aguas del riacho Eware (cercano a las nacientes del riacho São Jerônimo). Estos eran los Magüta (literalmente, “conjunto de personas pescadas con vara”; del verbo magü, “pescar con vara”, y del indicativo colectivo -ta), que comenzaron a habitar las cercanías de la casa de Yo´i, en la montaña denominada Taiwegine. Hoy en día, este lugar sigue siendo sagrado para los ticuna, en donde residen algunos de los inmortales y en donde se encuentran los vestigios materiales de sus creencias (como los restos de la casa o de la vara de pescar usada por Yo´i).
 Localización
“De acuerdo con sus mitos, los ticuna son originarios del riacho Eware, ubicado en las nacientes del riacho São Jerônimo (Tonatü), tributario de la margen izquierda del río Solimões, en el trecho entre Tabatinga y São Paulo de Olivença. Aún hoy es esta el área de mayor concentración de ticuna, y donde están localizadas 42 aldeas” (Oliveira, 2002:280).
Este pueblo vivía en los tramos superiores de los riachos, afluentes de la margen izquierda del río Solimões, en el trecho en el que este entre en territorio brasileño y hasta el río Içá/Putumayo. Luego, se produjo un intenso proceso de traslado en dirección al río Solimões.
En un comienzo, mantuvieron distribución espacial tradicional expresada a través de las malocas clánicas y, en la década de 1970, se presentaban más de cien aldeas. Actualmente, esa distribución de las aldeas ticuna se modificó sustancialmente. También se sabe que algunos indios se trasladaron hasta Tefé y hacia otros municipios del Solimões medio. Otros se afincaron en el municipio de Beruri, en el curso bajo del Solimões, bastante cercanos a la ciudad de Manaus. En el Solimões superior, los ticuna pueden ser hallados en los seis municipio de la región, a saber: Tabatinga, Benjamim Constant, São Paulo de Olivença, Amaturá, Santo Antônio do Içá e Tonantins.
Según los datos del Instituto Socioambiental, los ticuna están distribuidos en 28 Tierras Indígenas, siendo la mayoría de ellas ya demarcadas y/u homologadas, y algunas otras aún en proceso de reconocimiento por la Funai - Fundação Nacional do Índio (Fundación Nacional del Indio). Resta por saber cual será la actitud del nuevo gobierno de Brasil (2019) frente al reconocimiento de las reservas ya demarcadas y las que aún se encuentra en proceso de d demarcación.
 Lengua
La lengua ticuna está ampliamente difundida en un área extensa por una gran cantidad de hablantes (más de 30.000) cuyas comunidades se distribuyen en tres países: Brasil, Perú y Colombia. Del lado brasileño, el número de comunidades asciende a un número elevado de aldeas (cerca de cien) agrupadas en diversas áreas localizados en diversos municipios del estado de Amazonas (entre los cuales podemos mencionar los de Benjamim Constant, Tabatinga, São Paulo de Olivença, Amaturá, Santo Antonio do Içá, Jutaí, Fonte Boa, Tonantins, Beruri). La mayor parte de las aldeas se ubica a lo largo del río Solimões o en sus proximidades.
En las aldeas ubicadas del lado brasileño, la utilización intensiva de la lengua tikuna no está amenazada por la proximidad de las ciudades (si es que fuera el cas) o inclusive por la convivencia con hablantes de otras lenguas en el interior del área tikuna: en las aldeas, esos hablantes de otras lenguas son minoritarios y terminan sometiéndose a la realidad ticuna, razón por la cual, quizá, no representen una amenaza desde el punto de vista lingüístico. Esa situación se puede ejemplificar con los kaixana (o caixana), los kokama (o cocama) y los kanamari; los dos primeros presentes en varias aldeas tikuna y los últimos con presencia relevada –en una pequeña cantidad- en esas aldeas. Los kaixana son luso hablantes. Los kokama, que en el lado brasileño viven entre los tikuna, no ostentan el kokama como lengua materna, rol desempeñado mayoritariamente por el portugués. Algunos –aunque pocos- kokama recuerdan palabras, secuencias o frases en lengua kokama, y en ese sentido, la mayoría tiene como meta readquirirla de alguna forma, lo que viene siendo intentado en el ámbito de la educación escolar indígena. En relación a los kanamari que residen entre los tikuna en el Brasil, no se tiene registros de que hayan dejado de hablar su propia lengua –el kanamari pertenece a la familia katukina-, ni que esa lengua se superponga a la realidad lingüística ticuna en el interior de la propia aldea ticuna.
En las ciudades de los municipios del estado de Amazonas en los cuales se ubican las aldeas ticuna, se puede escuchar la lengua cuando sus hablantes, transitando por esas ciudades, se refieren a otros ticuna igualmente en tránsito o que allí residen. En relación al uso de la lengua por los hijos de los hablantes de ticuna que se asentaron en las ciudades, es posible observar que su uso presenta, entre sus variables más dominantes, la actitud de los padres con relación a la propia lengua: cuando la actitud es dirigida hacia una valorización de la lengua ticuna y hacia lo que es propio del universo ticuna, la lengua es utilizada en la relación de los padres con lo hijos; cuando no es así, la lengua utilizada es el portugués, aunque son pocos los casos.
En relación a los ticuna que, por diversas razones, de desplazaron hacia la capital del estado de Amazonas, Manaus, ellos viven de modo más dramático la imposición de la lengua dominante (portugués) y de sus vehículos, razón por la cual se reúnen a través de proyectos que tienen como meta, entre otras cosas, mantener viva su lengua.
El ticuna es una lengua tonal. Está considerada genéticamente asilada y presenta gran complejidad en su fonología y en su sintaxis.  
 Historia del contacto
La primera referencia a los ticuna se remonta a mediados del siglo XVII y se encuentra en el libro Novo Descobrimento do Rio Amazonas, de Cristobal de Acuña. La referencia transcripto que sigue está en el capítulo LI:
“Mantienen estas tribus, por una parte y por la otra margen del río, continuas guerras con los pueblos vecinos que, por el lado sur, son, entre otros, los Curina tan numerosos, que no sólo se defienden , por el lado del río, de la gran cantidad de miembros del pueblo Agua, como también ostentan armas, al mismo tiempo, contra las demás naciones que, por vía terrestre, los atacan constantemente.
Por el lado norte, los Agua tienen como enemigos a los Tecuna que, de acuerdo con buenas informaciones, no son inferiores a los Curina ni en número ni en brío, ya que también sostienen guerras con los enemigos que tienen tierra adentro”.
Asimismo, según Curt Nimuendajú, el etnólogo alemán que, en 1929, realizó su primer viaje al curso superior del Solimões, los ticuna son citados por vez primera como los enemigos de los omágua, residentes en la margen izquierda del río Solimões. Los ticuna, quienes ya estaban huyendo de las agresiones de este pueblo, se refugiaron en los cursos superiores de los riachos y afluentes de la margen izquierda del río Solimões, accionaron el mismo mecanismo con la llegada de los españoles.
“Los primeros contactos con los blancos se remontan al final del siglo XVII, cuando los jesuitas, llegados del Perú y liderados por el padre Samuel Fritz, fundaron diversas aldeas misionales en las márgenes del río Solimões. Este fue el origen de los futuros pueblos y ciudades de la región como São Paulo de Olivença, Amaturá, Fonte Boa e Tefé. Dichas misiones estaban pensadas, principalmente, para los omágua, quienes dominaban las márgenes del río Solimões y sus islas, y quienes impresionaban dramáticamente a los viajeros y cronistas coloniales por su volumen demográfico, su potencial militar y su pujanza económica. Los registros de la época mencionan a otros pueblos (como los miranha o los içá, los xumana, los passe y los júri, entre otros, tenidos por extintos ya en la primera mitad del siglo XIX por los viajeros naturalistas), que fueron concentrados en aldeas conjuntamente con los omágua y los ticuna, dando lugar a una población ribereña mestiza” (Oliveira, 2002: 280).
Desde la fundación de la misión jesuita española y hasta la consolidación de posesión de la región por parte de Portugal, en el siglo XVII (con la construcción de un fuerte en Tabatinga), los españoles y los portugueses se disputaron la hegemonía del río Solimões en su sector superior. Los omágua tan temidos (conocidos también como cambeba), de tradición guerrera, fueron casi exterminados es este proceso, ya sea por el contagio de diversas enfermedades o por su participación en las querellas entre los dos Estados coloniales. Con el tiempo, los europeos no quisieron o no pudieron poblar la región previamente habitada por los omágua , y los ticuna llegaron para ocupar ese espacio, bajando desde os sectores superiores de los riachos, y llegando a lugares en donde conseguían esquivar el contacto más intenso.
Foto: Museu do Índio/Relatório IR-1/SPIc , 1930/31
Durante las dos últimas décadas del siglo XIX, con la explotación del caucho, la región amazónica se volvió un escenario de intensa explotación del trabajo siringuero. El curso del Solimões, en su parte superior, no contaba con árboles tan productivos si se los compara con los ejemplares de la región de Acre. Sin embargo esto no fue óbice para que el sector dejara de padecer la carrera por la obtención del “oro blanco”, denominación popular para el caucho.
Por medio de la institución denominada “barracão” o “patrão” se detentaba el acceso exclusivo al comercio con los indios ya que, el almacén, se constituía como la intermediación comercial obligatoria. La legitimidad de esta empresa era sostenida por los títulos de propiedad conseguidos por escasas familias, llegadas en su mayoría de la región nordeste, incidiendo sobre la tierra ticuna, siendo estos indios sujetos pasibles de obediencia hacia los recién llegados. Los patrones se instalaban en la boca de los riachos principales, controlando de esta manera a los habitantes de la región. Con el objetivo de reforzar ese control, el patrón nominaba un “texaua” quien ejercería el liderazgo entre los indios, cuidando los intereses blancos. Este liderazgo no se basaba siempre en relaciones tradicionales, aunque si en se asentaba en el servilismo del “texaua” a los parámetros de los siringueros.
Su vivienda tradicional, la maloca, en la que residen juntos los miembros de un mismo clan, fue hallada por Curt Nimuendajú en ocasión de su viaje primigenio al curso superior del Solimões. En ese momento, este tipo de vivienda ya estaba en vías de desaparecer debido a la actuación de los “patrões da borracha” (patrones o dueños del caucho) en el sentido de que los mismos forzaban la fragmentación de las malocas con el objetivo de atender los designios de la empresa del caucho. La dispersión de los indios a lo largo de los riachos atendía mejor los intereses de ese tipo de explotación, en el sentido de que la productividad reducida de los árboles del Solimões superior podía ser optimizada por medio de dicha dispersión demográfica extendida, extrayendo riqueza de los diversos caminos de la siringa.
(continúa)
Todo el artículo en el siguiente link:
https://daniloanton.blogspot.com/search/label/Ticuna

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