Grise fiord, donde el hielo nunca se funde
Grise fiord
Grise fiord
Si hay un sitio inapropiado
para la vida humana es la isla de Ellesmere en el extremo norte de
Canadá.
El lugar fue denominado por
los inuits Aijuittuq que quiere decir “lugar donde el hielo nunca se
funde”.
Las cosas cambiaron en el
norte europeo y norteamericano cuando las soberanías nacionales comenzaron a
afirmarse a través del establecimiento de aeropuertos, estaciones científicas,
bases militares y campamentos mineros. En la Rusia soviética los inuit fueron
removidos de sus áreas tradicionales y reestablecidos en el Sur.
Se considera que el principal
motivo fue la afirmación de la soberanía canadiense en el ártico septentrional.
Esta isla es una de las
mayores del archipiélago canadiense (196,000 km2) pero también una de las más
frías.
El clima ártico de Ellesmere
no perdona.
Sin embargo, allí vive una
comunidad inuit que llego a ese lugar, en gran medida, contra su
voluntad, como resultado políticas de expansión territorial y política del
gobierno de Canadá.
El sitio donde fue establecida
la comunidad está ubicado en el sur de la isla Ellesmere, con un promedio de
temperatura anual de -16.5º C y 250 mm de precipitaciones, generalmente bajo la
forma de nieve. En los 5 meses de invierno durante los cuales no sale el
sol, la temperatura media es de -36.5ºC.

Los antepasados de los
actuales inuit llegaron a la zona ártica hace unos 2,000 años permaneciendo
relativamente aislados de la evolución histórica de las culturas del Sur.
Durante mucho tiempo, y hasta principios del siglo XX, la influencia de los
estados de Eurasia y América del Norte en los pueblos del Ártico fue limitada.
Los contactos eran escasos. Apenas algunos exploradores, cazadores de focas,
traficantes de pieles y balleneros se adentraban en la región inuit.

Las sociedades urbanas de Canadá y los Estados Unidos invadieron las comunidades inuit a partir de la mitad del siglo XX. Los recién llegados traían sus leyes, su religión, las bebidas alcohólicas y enfermedades desconocidas en la región. Los inuit sufrieron las consecuencias de este contacto. El alcoholismo y las nuevas dolencias afectaron profundamente las sociedades locales. En Canadá se agregaron las políticas de sedentarización que los confinaron en pueblos estables dificultando su nomadismo. Si bien se pensaba que ello permitiría mejorar la atención y la accesibilidad a los servicios públicos, en la práctica dio lugar a un mayor control y a la disgregación de muchas comunidades que abandonaron las prácticas culturales tradicionales de carácter nomádico y pasaron a depender de las contribuciones de bienestar social recibidas desde las sociedades del sur.
Un ejemplo de intromisión en
las formas de vida de comunidades inuit tuvo lugar en Canadá en 1953 cuando el
gobierno decidió trasladar familias de Inujkuak en el norte de Québec a dos
sitios ubicados en las islas de Ellesmere (Grise Fiord) y Cornwallis (Resolute
Bay) a una distancia de más de 2,000 kms (al norte) de Inujkuak y sometida a un
clima mucho más riguroso y un ecosistema muy diferente. Las familias
trasplantadas fueron ocho a las que se agregaron otras tres familias de Pond
Inlet.

En los meses de invierno
durante los cuales no sale el sol, la temperatura puede llegar a -50ºC.
Reproducido de "Cronicas
de la Peripecia Humana", D.Antòn, Piriguazù Ediciones
Referencia:
http://pubs.aina.ucalgary.ca/dcass/82785.pdf
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