jueves, 14 de noviembre de 2019

El gas natural y el petróleo NO SON de origen fósil.
Se debe cambiar el paradigma establecido y dogmático de los "combustibles fósiles"
Danilo Antón
El paradigma de la ciencia normal definido por Thomas S. Kuhn es el conjunto de teorías, reglas, procedimientos y conocimientos que impregnan una sociedad particular en un momento particular de su historia. Hoy se refiere al "modelo" científico ampliamente adoptado en la sociedad global contemporánea.
El tema de los hidrocarburos, así como el marco geofísico y geológico que conduciría a su formación y evolución, es un paradigma establecido que se resiste a ser cambiado a pesar de los numerosos datos que deberían inducir una revisión radical y exhaustiva.
En esta sociedad "globalizada" se supone que el modelo científico oficial desarrollado a través de la acumulación de datos científicos permitiría el "progreso" en el conocimiento, en particular logrando un mayor detalle en la aplicación específica de los modelos científicos aceptados.
Desafortunadamente, no existe un método oficial en este paradigma (o cualquier otro paradigma dominante) que acepte otras teorías y aplique otras reglas o procedimientos que puedan terminar de modificarlo radicalmente.
Por esa razón, en el campo de la geología del petróleo, resulta tan arduo poner en tela de juicio la validez de muchos conceptos cuya exactitud está siendo contradicha todos los días por la realidad.
La dificultad de cambiar el paradigma oficial es que esta modificación, no solo modifica conceptos, sino principalmente porque también altera las relaciones de poder.
Políticamente, quienes tienen "el poder paradigmático" son los mismos funcionarios y protagonistas que controlan la toma de decisiones.
Desde el punto de vista económico, ellos son los que se benefician de las decisiones tomadas en base a los postulados oficialmente aceptados.
En el ámbito académico, hay quienes defienden su prestigio y seguridad económica que otorgan los puestos profesionales o académicos que ocupan y eventualmente se verían amenazados por un posible cambio de paradigma (Lovelock, 1988).
Cuando analizamos la teoría aceptada sobre el origen del petróleo y el gas natural, y sus principales defensores en el mundo académico e industrial, encontramos una situación similar a la definida generalmente por Kuhn y Lovelock.
La teoría biótica de la formación del petróleo implica la inevitabilidad de la escasez futura, que produce aumentos de precios.
Las empresas y los estados petroleros están particularmente interesados ​​en defender este punto de vista para mantener sus enormes ingresos.
El interés de los investigadores y académicos por mantener el paradigma de los combustibles fósiles minerales se basa en los privilegios otorgados por las estructuras institucionales y el poder económico y organizativo del establecimiento.
En resumen, la lucha por la preservación del paradigma de los combustibles fósiles no es solo una discusión teórica. Como tantas otras cuestiones, también surge en términos de poder económico, político y social.
Las ideas de Thomas Gold y otros astrónomos, astrofísicos y geólogos que propusieron la teoría de la desgasificación planetaria han sido ignoradas e incluso desautorizadas, pero no refutadas con información científica relevante.
No tenemos dudas de que tarde o temprano se producirá el cambio de paradigma. Cuando la masa crítica de investigadores y científicos y el apoyo del público sea suficiente, cuando pasen las décadas y haya nuevos datos disponibles que confirmen la nueva visión de la historia y la dinámica de nuestro planeta, las estructuras de poder serán desarticuladas y un nuevo paradigma basado en los datos reales serán aceptados oficialmente.
De "Inagotables, Gas Natural y Petróleo", D. Anton, Piriguazú Ediciones

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