jueves, 21 de febrero de 2019

Los wayus o guajiros en medio de una crisis política de la cual no forman parte pero puede afectarlos profundamente

Los wayus son el pueblo indígena más numeroso de Colombia y Venezuela. Representan cerca del 45% de la población del departamento de la Guajira en Colombia y el  11 % de la población del estado Zulia en Venezuela. 
El 97 % de la población habla su idioma tradicional que es el wayuunaiki, el 32 % habla el castellano. Un 66 % no ha recibido ningún tipo de educación formal. La población wayú en Colombia se estima en unas 400,000 personas, las cuales representan el 20-25 % de la población indígena del país, siendo el grupo más numeroso en Colombia. La población Wayu en Venezuela excede los 500,000 habitantes. Según datos estimativos la población conjunta de los dos países incluyendo los migrantes a las ciudades  supera 1 millón de personas pertenecientes a la etnia wayú o guajira..
Los wayuus habitan la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de Venezuela, sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería (Colombia) y El Limón (Venezuela). Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre, seguida de una época de sequía, conocida como 
Jemial, que va desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para terminar con una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.
Aunque el contacto con los conquistadores europeos data del XVI  los wayús no fueron conquistados sino hasta la independencia de Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto la resistencia indígena, como las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los wayús. Hacia el año  se estimaba que la población de indígenas no sometidos era de varias decenas de miles.
Sociedad organizada en clanes e'iruku. Entre el pueblo wayú existe todavía la autoridad tradicional y un sistema autóctono de la administración de la justicia en la cual se destaca el pütchipüpütche'ejachi, es decir, el portador de la palabra o "palabrero”, quien resuelve los conflictos entre los diferentes clanes. En lo que se refiere a la familia extensa matrilineal "según la sangre" o apüshi, el alaula tío materno mayor es quien ejerce la autoridad. Los parientes por línea paterna, "según la sangre", se reconocen como oupayu,18​ aliados con quienes se espera solidaridad yana'ma' o trabajo conjunto.
Un personaje de gran importancia en cada comunidad es el piachi', quien ha adquirido poder espiritual mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante sueños o trances que se interpretan como la incorporación de un espíritu protector Seyuu, por lo que es llamado para curar. Los espíritus se comunican con los humanos vivos en los sueños. Maleiea es el creador; Pulowi mujer primigenia; Juyá la lluvia; Shanceta, Acaracuy y Kéerrariaespíritus de lugares especiales; Yoruja los espíritus errantes de muertos. El wayú cree que tras la muerte va a Jepirá, el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa hasta que tras el segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio definitivo, el espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.
La palabra wayuu es la autodesignación usada por los indígenas, y significa persona en general, indígena de la propia etnia, aliado y también la pareja (mi esposo o mi esposa). Se opone al término "arijuna", persona extraña, posible enemigo, conquistador, que no respeta las normas wayú. Kusina es la denominación para otros indígenas, excepto los añus, a quienes llaman paraujano.
Los guajiros o wajus viven en la pobreza en los dos países, su tierra les fue arrebatada, fueron discriminados y la mayoría viven en el límite de la subsistencia. Sus derechos fueron reconocidos en parte durante la presidencia de Chávez en ¨Venezuela. En Colombia esos derechos en general fueron ignorados, y los wajús sufren rutinariamente el impacto de la violencia que continúa siendo un elemento permanente de la población rural en Colombia.
 Llama la atención la importancia que se da a la situación humanitaria en la sociedad criolla venezolana cuando la sociedad indígena guajira wajú se debate en el límite de la indigencia.



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