martes, 29 de enero de 2019

Reflexiones sobre el cambio climático y los episodios de tiempos extremos


En primer lugar definir precisamente la diferencia entre tiempo y clima, conceptos que en general son conocidos pero vale la pena recordarlos.
El estado del tiempo es la situación meteorológica de un momento dado, por ejemplo durante un día específico: tiempo nublado, con temperaturas medias xxx, máximas xxx, mínimas xxx, sin lluvias, presión de xxx hectopascales, etc. Al día siguiente los datos serán diferentes y así sucesivamente durante el resto del año y años anteriores y siguientes. Es lo que en inglés se dice weather (idioma que tiene una terminología algo más precisa que en español)  (en español la palabra “tiempo” tiene otros significados que pueden confundir las ideas).
El clima, en cambio, NO se refiere al tiempo de hoy, de mañana o de antes de ayer, sino al comportamiento habitual durante un período prolongado (digamos 30 años).  En otras palabras es la sucesión normal de tiempos en ese lapso que se considera.
Para constatar que EFECTIVAMENTE hubo algún cambio climático (por ejemplo, aumento de la temperatura media en un mes determinado, o de las lluvias, se requiere obtener datos históricos por largos períodos.  Estos datos pueden ser obtenidos de estaciones meteorológicas, información de satélites, etc.0
Las sensaciones de las personas acerca de supuestos cambios climáticos que habrían experimentado en el pasado están teñidas de fuertes subjetividades. Obviamente los recuerdos de la niñez no son comparables a las sensaciones actuales. Las personas experimentan los tiempos meteorológicos en formas diferentes en momentos diferentes de sus vidas (no el clima, el clima NO se experimenta porque está constituido por promedios estadísticos).
A ello se agrega la información meteorológica (NO climática) que recibimos diariamente de los medios de información.  Por ejemplo, cuando hay un tornado en algún lugar, hoy nos enteramos inmediatamente, algunos minutos después nos llegan mensajes, imágenes o videos. Hace 30 o 40 años muchos tornados pasaban prácticamente inadvertidos. Lo mismo pasa con las lluvias copiosas, granizadas, fuertes calores o fríos.
Por esa razón es un error subjetivo comparar tiempos (meteorológicos) actuales con tiempos de  hace 10, 20 o 30 años basado en nuestras sensaciones en esos momentos diferentes.
Los cambios climáticos que pueden haber ocurrido, tienen que estar validados por datos de varias décadas.  Aun así los datos meteorológicos antiguos pueden haber sido obtenidos en lugares que han cambiado (p.ej. se urbanizó el sitio de la estacíón meteorológica y algún cambio puede deberse a esta modificación urbana y no a un cambio climático global o regional.
La conclusión es que los supuestos cambios climáticos deben ser ratificados por muchas observaciones de varios parámetros meteorológicos durante un largo período de tiempo.
Un ejemplo de lo anterior puede ser la actual ola de calor en Uruguay y más particularmente en Montevideo. Las temperaturas según informó el INUMET han llegado a los 34 y 35 grados en la ciudad y hasta 37 grados en el litoral. Estas temperaturas no son inusuales. La temperatura máxima absoluta de Montevideo medida en la Estación Meteorológica del Prado para el período 1901-1994 fue de 42.8 grados, que no se ha superado en los últimos 25 años. La máxima absoluta para Paysandú en el período 1901- 1994 fue de 44 grados, 7 grados mas que la actual.


No hay comentarios: