lunes, 17 de diciembre de 2018


Las guerras apaches
"¿Por que quieren morir, los apaches? ... Recorren colinas y llanuras y quieren que el cielo les caiga encima. Los apaches fueron una vez una gran nación; ahora no son sino unos pocos, y por eso quieren morir.."

Cochise al General Gordon Granger en 1866
Los apaches atacaban a los invasores desde sus bases en la Sierra, sobre todo con el propósito de obtener caballos. Se hicieron excelentes jinetes, mucho mejores que los "blancos" y además llegado el caso también utilizaban sus caballos como alimento. La eficacia de sus guerreros llevó al "abandono" temporario de dichos territorios, tanto por las fuerzas de los EEUU como por las del estado mexicano, permaneciendo éstos por un tiempo a salvo de los procesos de colonización. 
Hubo varios tratados de paz entre apaches y estadounidenses, pero su vigencia nunca duró mucho.
En todos los casos los incumplimientos se debieron a acciones de los invasores. El último de los acuerdos violado por los EEUU había tenido lugar en 1858, en el Apache Pass de la Sierra del Dragón. Poco después de este tratado comenzaron las guerras apaches que habrían de durar hasta su derrota a fines del siglo diecinueve. 
En la década de 1860, un jefe llamado Cochise se levantó en armas por una acusación y posterior arresto de que fue objeto por un supuesto secuestro, junto con otros cinco apaches. Uno de los compañeros de Cochise había sido muerto en el acto y otros cuatro ejecutados, pero Cochise logró escapar con tres balas en el cuerpo. Desde entonces se incorporó a las fuerzas rebeldes del jefe Mangas Coloradas.
Por su parte, Mangas Coloradas fue apresado merced a una trampa que le tendieron los delegados de los EEUU, con el presunto fin de negociar un nuevo tratado. Al llegar al sitio de la "negociación", fue hecho prisionero, torturado cruelmente y finalmente muerto. 
A partir de ese momento, Cochise quedó como principal líder de la resistencia. 
Durante diez años Cochise y 200 guerreros lograron eludir a sus perseguidores en las montañas del Dragón. Las guerrillas atacaban y se retiraban esfumándose en la aridez de la montaña. La invencibilidad de Cochise se hizo mitológica. Luego de varios años de duración, la vida en la montaña comenzó a tener su impacto en las comunidades rebeldes. La Sierra era un lugar árido. Los escasos cultivos posibles en este ambiente eran destruídos sistemáticamente por las fuerzas del gobierno. Los veranos eran cálidos y secos y los inviernos fríos. 
En setiembre de 1872, agotados por el hambre y el cansancio, los apaches de Cochise se vieron forzados a aceptar una propuesta del gobierno de los EEUU que les ofrecía territorio para su establecimiento pacífico. Cochise no tenía razones para confiar en la palabra de los estadounidenses que habían dado pruebas de su falsedad en tantas oportunidades. De todas maneras, para acabar las penurias de su gente, decidió bajar de la montaña para integrarse a la reserva propuesta, aunque en esa oportunidad expresó su sentimiento real: "No creo que usted cumpla su palabra de mantener la paz.... Usted me dice que podremos permanecer en nuestras montañas y valles. Eso es todo lo que queremos, no queremos pelear o matar blancos, ni quere-mos que los blancos nos peleen y nos maten a nosotros. Queremos solamente vivir en paz. Pero no creo que ustedes nos permitan permanecer en las tierra que amamos. Le prevengo, si trata de sacarnos de nuestras tierras de nuevo, comenzará la guerra nuevamente, será una guerra sin final, una guerra en que cada apache peleará hasta que esté muerto. Pruébeme de que estoy equivocado, pruébeme que esta vez puedo confiarle..." Respuesta de Cochise al representante estadounidense Howard en 1872
Tal como lo previera Cochise, algunos meses más tarde de firmar el Tratado, el mismo fue violado como otros cientos de veces anteriormente. 
Las autoridades de los EEUU ordenaron el traslado de los apaches "reducidos" a una nueva reserva inadecuada y pobre en Nuevo México, en la localidad de Tularosa, provocando el alzamiento de Cochise y los suyos.                                                           
Algunos meses más tarde se llegó a un nuevo acuerdo, consintiendo Cochise en bajar las armas y aceptar una nueva relocalización en la reserva Chiricahua y con la promesa de que podrían regresar a Apache Pass . 
Cochise murió al año siguiente, el 8 de junio de 1874, quedando  liderazgo en manos de una nueva generación de jefes. Las promesas que hicieran los estadounidenses a Cchise antes de su muerte tampoco fueron cumplidas. Nunca más pudieron los apaches regresar a su territorio tradicional de Apache Pass.
(continúa)
Del libro Amerrique, los huérfanos del paraiso, D.Antón, Piriguazú Ediciones

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