La Edad de la Piedra
Las clasificaciones evolutivas de las sociedades
humanas están teñidas por una discriminación ideológica esencial. Las culturas
basadas en el trabajo de la piedra son particularmente despreciadas. En el lenguaje
común, la "Edad de la Piedra" es una época donde los seres humanos
eran mucho menos competentes, eficientes e inteligentes. La Edad de la Piedra
es el "paradigma" del atraso intelectual. Sin embargo, desde el
momento en que los seres humanos se formaron con sus características actuales,
hace varias decenas de miles de años (50,000 o tal vez más), las capacidades (fisiológicas) humanas no han cambiado sustancialmente.
Hubo, sí, cambios a nivel de las culturas. Las sociedades que utilizaban la
piedra como herramienta principal o accesoria desarrollaron tecnologías
apropiadas de acuerdo a las características del material pétreo y a sus
necesidades. Las culturas de la piedra tallada como son, por ejemplo, el
Solutrense europeo y la industria Clovis en América, han sido consideradas como
expresiones intelectuales altamente sofisticadas por los expertos que
recientemente se han dedicado a estudiarlas. Señala Bruce Bradley, especialista
en la tecnología de la piedra tallada de nacionalidad estadounidense: "No se trata simplemente de romper la
piedra...después del lascado inicial de una punta de lanza, viene una etapa en
la que se tienen posibilidades prácticamente ilimitadas para
continuar...después de treinta años de práctica intensa, todavía estoy al nivel
de un mediocre artesano Clovis...esto es tan dificil y complejo como un juego
de ajedrez". Douglas Preston, que realizó la investigación
periodística sobre el tema para "The New Yorker" expresaba: "Fue una revelación ver que la fabricación de
una punta Clovis era primariamente un proceso intelectual'. Ahora bien, las
puntas Clovis son las más antiguas de América. Después de ellas hubo cientos de
industrias diversas, en las que la piedra fue tallada, pulida y esculpida de
innumerables formas. Todas las culturas de la piedra son extremadamente sofisticadas.
Solamente la ignorancia de sus métodos y tecnologías puede llevar a sostener lo
contrario. Los antiguos artesanos de la piedra nos han dejado un caudal de
artefactos cuyo sentido es difícil de conocer.
Sabemos el uso práctico de muchos de ellos. Sin
embargo, el camino intelectual necesario para producirlos y los fines profundos
de sus manufacturas aún nos son ajenos.
Para recorrer con éxito el camino de la comprensión
debemos comenzar a mirarlas con mucho más respeto.
Los seres humanos han modificado sus formas de
articulación social, pero a nivel individual han cambiado poco. Modelados por
la sociedad artificial del consumo, no son mejores que sus antepasados o
hermanos que se educaron y viven en la naturaleza.
Son tan solo diferentes.
Del libro "Amerrique, los huèrfanos del paraiso", Danilo Antón, Piriguazù Ediciones
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