Las aguas subterráneas y las aguas superficiales
Es imposible establecer una diferenciación clara y
permanente de las «aguas superficiales» de las «aguas subterráneas». La
principal distinción es el lugar donde se encuentran y los procesos a los que
se ven sometidas en dicha situación.
Las aguas llamadas «superficiales» se encuentran en la
superficie de contacto entre la atmósfera y la corteza sólida de la tierra:
aguas de escurrimiento en los interfluvios, cursos de agua, lagos, pantanos,
mares.
Las aguas subterráneas están contenidas dentro de las
formaciones geológicas sólidas de la corteza: poros, intersticios, fracturas,
anfractuosidades, cavernas y otras oquedades de variados tamaños que existen en
las porciones superiores de la litósfera terrestre.
Los diversos sistemas geológicos de ocurrencia de las aguas
subterráneas se llaman sistemas acuíferos, y la disciplina que los estudia
«hidrogeología».
Las aguas superficiales pueden infiltrarse en el interior
de las formaciones geológicas pasando a formar parte del ámbito subterráneo,
nutriendo los acuíferos, y las aguas subterráneas de los acuíferos pueden
alumbrar en la superficie transformándose
en aguas superficiales.
Este pasaje de aguas subterráneas a superficiales y/o
viceversa, es frecuente, y forma parte de la dinámica natural del ciclo
hídrico.
Por esa razón, las aguas superficiales y subterráneas deben
ser estudiadas en forma integrada, teniendo en cuenta la «recarga» a partir de
las superficie, y las descargas de las aguas de los acuíferos en las zonas de
manantiales.
Los sistemas subterráneos o acuíferos pueden ser
deliminados geométrica e hidráulicamente de acuerdo a ciertos criterios que
permiten su consideración y gestión en forma rigurosa y práctica.
Generalmente los acuíferos son unidades geológicas más
permeables limitadas por encima, por debajo y lateralmente por unidades
geológicas menos permeables.
Los acuíferos reciben agua a partir de la superficie
(recarga) o a partir de formaciones geológicas contiguas ( que pueden estar por
encima, por debajo o a los costados del sistema acuífero considerado).
A su vez, evacúan sus caudales hacia la superficie
(descarga) o hacia otras formaciones contiguas.
Del mismo modo, los acuíferos pueden ser caracterizados o
incluso divididos de acuerdo a la composición de sus aguas, en particular su
salinidad (aguas saladas, salobres, dulces, y gradaciones intermedias),
presencia de ciertos aniones (carbonatadas, sulfatadas, cloruradas) o cationes (cálcicas, magnesianas,
sódicas, etc).
A los efectos de su consideración, los acuíferos pueden ser
considerados como unidades de gestión, con su situación, geometría particular,
estructura hidrogeológica, volúmenes almacenados, influjos, eflujos, dinámicas
hidráulicas e hidroquímicas, potencial de utilización, vulnerabilidad, etc
Consideramos que a partir de estos criterios es posible
describir y evaluar en forma comparativa los distintos acuíferos tanto a nivel
mundial como de América Latina.
Del libro "Los Acuíferos de América Latina", D.Antón, Piriguazú Ediciones
No hay comentarios:
Publicar un comentario