Una
de las noticias más importantes y permanentes en los medios de difusión
periodísticos nacionales y mundiales son las variaciones irregulares de los
precios del petróleo. Cuando la tendencia es ascendente, generalmente como consecuencia de tensiones o conflictos militares en países petroleros, toma cuerpo una alarma
generalizada de que el aumento se debe a la disminución de las reservas
existentes y de que el petróleo se va acabar muy pronto. ¿Que vamos a hacer?
De
pronto, en forma inesperada el precio del barril que superaba los 120 dólares hace una década comenzó a bajar hasta arañar los 20 dólares y luego comenzó a subir nuevamente llegando casi a 90 dólares el barril. En los últimos días del año 2018 bajó a 60 dólares o menos manteniéndose en ese nivel durante gran parte de 2019. El atentado contra refinerías y pozos de Arabia Saudita en septiembre 2019 redujo a la mitad la producción del reino y tuvo alguna influencia en el aumento de precios que no fue significativa.
El asesinato de varias autoridades militares iraníes y irakíes shiitas a fin de año por parte de los EEUU y el ataque iraní a dos bases norteamericanas en Irak tuvo mayor efecto llevando el precio del barril de petróleo Brent a 70 dólares. Al relajarse las tensiones el precio se irá estabilizándose nuevamente y no se pronostican mayores cambios en lo inmediato.
El asesinato de varias autoridades militares iraníes y irakíes shiitas a fin de año por parte de los EEUU y el ataque iraní a dos bases norteamericanas en Irak tuvo mayor efecto llevando el precio del barril de petróleo Brent a 70 dólares. Al relajarse las tensiones el precio se irá estabilizándose nuevamente y no se pronostican mayores cambios en lo inmediato.
¿Como
se explica?
Los
vaticinios de la escasez de hidrocarburos, que por ser considerados como "fósiles" (cosa que consideramos es básicamente incorrecta)
estaban limitados solamente a las capas superiores de la corteza terrestre, corrían riesgo de agotamiento, han sido refutados por la terca realidad.
A
la luz de muchos datos (que rompen los ojos) la creencia del origen fósil de petróleo se ha
transformado en un presupuesto dogmático cuya veracidad es, por lo
menos, dudosa.
En
realidad, los precios de los hidrocarburos, en particular los precios del
petróleo líquido, están muy poco relacionados a la abundancia o la escasez, y
en cambio son el resultado de decisiones políticas y movimientos financieros
especulativos.
Cuando
convenía aumentar los precios para incrementar las ganancias de las empresas
petroleras, se tomaban las medidas políticas para que ello ocurriera,
generalmente por el desencadenamiento (a veces muy artificial) de guerras en
los países petroleros (p.ej.
Irák, Irán, Kuwait, Libia).
Luego
los vaivenes de la geopolítica internacional, y debido a la renovación de la
Guerra Fría, resultó conveniente bajar los precios como instrumento para
debilitar a los enemigos de EEUU en la escena internacional: Rusia y sus
aliados, Irán y en menor grado Venezuela.
Este
descenso de precios, también artificial, produjo solo en parte las
consecuencias esperadas por los grandes poderes (sobre todo los grupos
económicos que controlan los Estados Unidos y Europa Occidental) porque terminó
afectando también a Arabia Saudita, que debido a la dilapidación de recursos y la guerra agresiva en Yemen está teniendo problemas
financieros.
Debido
a ello, hay conversaciones de aliados supuestamente
irreconciliables. Putín, líder de la Federación Rusa acaba de visitar Arabia Saudita acordando importante contratos.
Como
se ve la política internacional es cada vez menos cuestión de ideas, y al final
de cuentas, los intereses económicos y políticos son los que mandan.
Del libro Geografía y geopolítica del petróleo y del gas natural!, D.Antón, Piriguazú Ediciones
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