viernes, 20 de abril de 2018


La familia de los Saraiva o Saravia y las luchas por el federalismo del sur de América a fines del siglo XIX
Danilo Antón
Francisco Saraiva fue un estanciero brasilero de la zona fronteriza de Rio Grande y la República Oriental. Participó en la Guerra dos Farrapos, entre 1825 y 1845 y luego del movimiento separatista se refugió en la república oriental donde luego de algunos años pudo acumular una importante extensión de tierras.
Don Francisco estaba casado con doña Pulpicia da Rosa con la cual tuvo trece hijos, muchos de los cuales fueron protagonistas de la política del sur de Brasil y Uruguay a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Algunos de los hijos del matrimonio Saraiva-da Rosa desempeñaron un papel importante en la historia regional.  Los más conocidos fueron Gumercindo Saraiva, nacido en Arroio Grande Brasil, iniciador y comandante de la revolución federalista brasilera. Aparicio Saravia, nacido en Santa Clara de Olimar, que habría de ser líder revolucionario tanto en Uruguay como en Brasil, Antonio Floricio “Chiquito” Saravia comandante de las tropas rebeldes orientales en la revolución de 1897, y Basilicio Saravia, importante caudillo colorado de la época.

Acerca de la Revolución Federalista Brasilera

La Revolución federalista o Revolución de los Maragatos (llamada así porque estuvo  encabezada desde el comienzo por unos 400 combatientes provenientes del Departamento de San José)  estalló en Río Grande do Sul en febrero de 1893 contra los el gobierno de la recientemente proclamados República de los Estados Unidos del Brasil que era la continuación del Imperio de Brasil.
Fue comenzada por fuerzas criollas “gaúchas” de Rio Grande do Sul, a las que se alió un batallón numeroso de orientales. 
Las fuerzas revolucionarias se estaban rebelando contra el presidente del estado de Rio Grande do Sul, Julio Prates de Castilhos cuyos seguidores eran llamados picapaus. Los rebeldes esperaban obtener la autonomía para Rio Grande y asegurar la descentralización de la federación naciente.
Hay que notar que el movimiento federalista del Sur de América, iniciado por José Artigas y continuado por las fuerzas federalistas en Argentina y los blancos oribistas en territorio oriental, había tenido influencia en Río Grande y esto en gran medida impulsaba los movmientos federalistas en el sur de Brasil. Del lado de la República Oriental las ideas federalistas se continuaban expresando en rebeliones que habían tenido lugar en 1870 cuando estalló la “Revolución de las Lanzas” liderada por Timoteo Aparicio y otros caudillos rurales del interior del país.
El principal comandante militar de la rebelión fue Gumercindo Saraiva que se puso al frente de las tropas revolucionarias. En esta lucha Gumercindo fue acompañado por su hermano Aparicio. El movimiento, que ostentaba como enseña la bandera colorada, se desarrolló primero en Rio Grande amenazando al gobierno estatal y luego del desarrollo de los combates y enfrentamientos el propio gobierno nacional.
Para someter la revuelta, el gobierno central del presidente de Brasil, Floriano Vieira Peixoto. envió tres divisiones al mando del General Hipólito Pinto Ribeiro quien salvó a Castilhos de una segura derrota y organizó las fuerzas locales que aún le eran leales para encarar la resistencia..
Los rebeldes que habían acumulado un contingente de más de 12,000 hombres, vertebralmente integrada por una poderosa caballería, avanzaron conquistando la mayor parte de Rio Grande y Santa Catarina y tomaron la ciudad de Curitiba.
Debido a la importancia de la lucha a caballo la revolución pudo avanzar en tierras de praderas y pastizales, pero tuvo más dificultades cuando los enfrentamientos se dieron en las tierras boscosas de los planaltos de Paraná,
En agosto de 1894 Gumercindo Saraiva fue muerto en Capao de Cipo (Río Grande do Sul) descabezando en gran medida el movimiento revolucionario. Los comandantes del ejército federalistas nombraron en su lugar a Aparicio Saravia, quien al principio se negó (por ser oriental, dijo) pero luego aceptó pero solo pudo comandar la retirada de las fuezas revolucionarias que terminaron refugiándose en Uruguay.
Una vez en Uruguay, Aparicio Saravia se involucró en las luchas políticas de la República promoviendo la coparticipación del Partido Blanco (Nacional) en los gobiernos departamentales. Curiosamente, luego de luchar bajo la bandera colorada del Movimeinto Federalista pasó a luchar bajo la enseña blanca del Partido Nacional.
(continúa).


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