El maíz, cuyo
nombre científico es Zea mays, es uno de los alimentos más importantes que
consume el mundo global en el umbral del siglo XXI. En los primeros años de la
década de los 1990, la producción mundial de maíz exceediò los 1,000 millones
de toneladas, producido en variables volúmenes en prácticamente todos los países
del mundo. Hoy el maíz se utiliza en forma generalizada tanto para la
alimentación humana y animal, como para su industrialización con variados
propósitos. En cierto modo, sería difícil imaginar el mundo contemporáneo, tal
como lo conocemos, si no existiera el maíz con todos sus derivados. Sin embargo,
hasta hace cinco siglos el maíz era completamente desconocido en las tierras
afro-euroasiáticas.
Cuando los
europeos llegaron a América, el maíz se cultivaba prácticamente en todo el
continente. Lo cultivaba la nación iroquesa en la cuenca del río Ottawa y lo
cultivaban los guaraníes en el delta del río Paraná. Se le producía a orillas
del Amazonas y en el altiplano aymará. Y finalmente también se cultivaba maíz en
las pequeñas islas Lucayas adonde llegó Cristóbal Colón con sus naves iniciando
el proceso de que tratamos en este trabajo.
Considerando tan
amplia distribución, no es fácil establecer con precisión el lugar de origen de
este cultivo. De acuerdo a los hallazgos de las cuevas del valle de Tehuacán el
proceso de domesticación del maíz habría comenzado en México hace unos 7500
años a.p.64 continuando hasta 5500 años a.p. en que ya el cultivo estaría
plenamente desarrollado. Aparentemente,
desde México la agricultura del maíz se
expandió hacia el sur entrando en el continente meridional hace unos 3500- 4000
años. Está constatada su llegada a Perú hace unos 3000 años y a la llanura
caribeña cerca de Barranquilla en el año 2000 antes del presente .
Los datos
obtenidos de los yacimientos arqueológicos indican que al principio los granos de maíz se preparaban
hirviéndolos en agua calcárea y luego gradualmente, probablemente como
consecuencia de un avance del proceso de “domesticación” tendiendo a lograr
granos más grandes y blandos se logró su molido húmedo, que desde entonces se
transformó en el modo tradicional de procesamiento.
Los europeos que
llegaron a América no conocían el maíz. Sin embargo, desde el principio fue
evidente que esta planta podía ser de una gran utilidad y que su cultivo podría
ser implantado en otros lugares. Las primeras referencias europeas al maíz son
de curiosidad y sorpresa. En 1525, apenas tres décadas después del
descubrimiento de América, Gonzalo Fernández Oviedo escribió su Sumario de la
Natural Historia de las Indias y en esta obra dió su versión detallada de esta
nueva planta admirable:
“En la dicha
isla Española tienen los indios y los cristianos, que después usan comer el pan
de estos indios, dos maneras de ello. La una es maíz que es grano y la otra
cazabe que es raíz...”. “El maíz se
siembra y coge de esta manera: esto es un grano que nace unas mazorcas de un
geme66 , y más o menos longueza, llenas de granos casi tan gruesos como
garbanzos; y para los sembrar lo que se hace es talar los cañaverales y monte
donde lo quieren sembrar.. (y luego)... quémase, y después de quemada la tierra
que así se taló queda de aquella ceniza un temple a la tierra, mejor que si se
estercolara; y toma el indio un palo en la mano, tan alto como él ....(para
hacer pozos).. y luego... echa con la otra mano siete o ocho granos poco más o
menos del mismo maíz.. Este maíz desde a pocos días nace, porque en
cuatro meses se coge ... Echa cada caña una mazorca en que hay doscientos, y
trescientos y quinientos y muchos más granos según la grandeza de la mazorca.
... en Tierra
Firme tienen otro uso de este pan los indios, ... las indias lo muelen en una
piedra algo concavada con otra redonda que en las manos traen, a fuerza de
brazos, como suelen los pintores moler las colores, y echando de poco en poco
poca agua, la cual así moliendo se mezcla con el maíz y sale de allí una manera
de pasta como masa, y toman un poco de aquello y envuélvenlo en una hoja de
yerba... o en una hoja de la caña del propio maíz o otra semejante y echanlo en
las brásas y ásase, y endurécese, y tórnase como pan blanco...”. Se trata de
las famosas arepas tan populares en la cocina criolla colombo- venezolana.
El relato de Girolamo
Benzoni que fue escrito algunas décadas después cuando se conocía un poco más
la flora domesticada del “Nuevo Mundo” (fue finalmente publicado por primera
vez en Venecia en 1565) es más sintético y explícito:
“El cereal de
esta gente es denominado por el vulgo maíz y procede de la Española, la primera
isla descubierta por los cristianos. El vino se llama chicha.... No aran la
tierra para sembrar el grano, sino que hacen agujeros, echan dentro tres o
cuatro granos y los cubren, lo que es suficiente. Cada tallo produce tres o
cuatro panochas de más de cien granos cada una. Esos tallos de maíz son más
altos que un hombre, y en algunas regiones se recolectan dos veces al año. Las
mujeres molineras, que lo muelen, toman una cierta cantidad de este grano y la
noche antes lo mojan con agua fría; a la mañana siguiente con dos piedras lo
van desmenuzando poco a poco... Confeccionada la masa, que han ido poco a poco
salpicando con agua, hacen unos panecillos largos o redondos, los colocan en
hojas de caña y los ponen a cocer con la menor cantidad posible de agua. Este
es el pan de la gente normal, que se conserva durante dos días y luego se
enmohece.”
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