lunes, 3 de julio de 2017


Amerrique era muy diferente al mundo euroasiático


Del otro lado del océano

Danilo Antón




Mientras tanto, del otro lado del océano, la historia había seguido un rumbo muy diferente.
Una miríada de variedades domesticadas se cultivaban con mínima disrupción de la naturaleza. El carácter periódicamente itinerante y las rotaciones de cultivos practicadas promovían la conservación de los ecosistemas nativos y los suelos.
Pero aún más que las prácticas productivas eran las actitudes para con la tierra que marcaban la diferencia. La tierra era la madre, la Pachamama y por lo tanto no podía ser objeto de apropiación individual ni enajenación. De la misma manera, el carácter espiritual de los productos de la tierra restringía su comercialización.
Como no se usaba el arado, no eran necesarios los animales de tiro salvo en circunstancias especiales, y para otros fines. En todo el continente, solo usaban animales de tiro los inuit (también inapropiadamente llamados esquimales) que usaban perros para tirar de los trineos. En las montañas de Ameriske del Sur los pueblos andinos utilizaban la llama como bestia de carga. Exceptuando los casos antes mencionados, en el resto del continente no habían ningún otro animal de trabajo.
Debido a ese tratamiento respetuoso de los animales, que no eran usados para trabajar, sino tan solo como alimento dentro de un marco espiritual y a menudo ceremonial determinado, en la mayor parte del continente no se había desarrolado una cultura de “esclavización de los animales de trabajo”. Por esa razón, el desarrollo de formas esclavistas de explotación del explotación del trabajo humano no se desarrollaron en la misma medida. Estrictamente, en el sentido europeo de la palabra, en Amerrique no habían verdaderos “esclavos”.
Guerras y cautivos
Los llamados esclavos eran más bien prisioneros, enemigos privados de su libertad. En muchos casos, estos cautivos eran tratados mejor que los propios integrantes de la comunidad, se les proveía de buenos alimentos, y en algunos casos, de las mujeres de más prestigio social. El destino final de estos cautivos era a veces su incorporación al grupo y en otros casos su ejecución ritual o sacrificio. En algunas culturas, luego de muertos, los cautivos eran ingeridos ceremonialmente. 
En algunas sociedades amerricanas habían sacrificios humanos, resultado de procesos de dominación y crecimiento imperial, como se pudo observar en el imperio de los mexicas y en ciertos estados mayas. Sin embargo, estas situaciones no eran las más comunes. En el caso de los mexicas (también llamado aztecas) que llegaron como conquistadores poco más de un siglo antes de la llegada de los españoles, los invasores impusieron un dios guerrero, Huitzilapochtli sustituyendo los dioses de la fertilidad y la fecundidad (Quetzacoatl y Tlaloc). Huitzilapochtli era un dios ávido de sangre que exigia sacrificios humanos permanentemente. Cuando llegó Cortés con sus tropas, el supremo sacerdote mexica, Moctezuma pensó que habia llegado Quetzacoatl recuperar su sitial. Ello fue su perdición.
Entre los guaraníes (también llamados tupíes, carios o carijós) los cautivos eran ejecutados e ingeridos ritualmente, sin que ello implicara un tratamiento de esclavitud. Cuando los europeos observaron estos cautivos, los identificaron con sus propios esclavos, pero la naturaleza de la relación era muy diferente.
Sin embargo, es necesario recalcar, que aún existiendo variadas formas de cautiverios, antropofágia ritual y sacrificios, el fenómeno de la esclavitud o de la servidumbre en el sentido feudal eran poco frecuentes en tierras ameriskanas.

El tráfico de esclavos en América
Tal como se mencionó anteriormente, la esclavitud era una vieja institución europea. Los paradigmas de la “democracia” europea que son puestos como ejemplos de desarrollo politico eran sociedades que dependian en la mano de obra esclavas para casi todos sus productos y servicios. Se señala que en el momento de mayor auge en Atenas, los ciudadanos libres constituian menos de 20,000 hombres. Si a ellos agregamos sus familias no excedieron en ningún momento las 90,000 personas. En esa misma época habian 365,000 esclavos y 45,000 metecos (inmigrantes y libertos). Como señala Engels18 : “Por cada ciudadano adulto contábanse, por lo menos dieciocho esclavos y más de dos metecos.” Otras cifras que se dan habitualmente para las ciudades de la Grecia clásica incluyen más de 460,000 esclavos en Corinto y 470,000 en Egina.
esclavitud siguió siendo la base de las economias y las sociedades en Europa y en el Medio Oriente luego de la decadencia geopolitica de las ciudades griegas. El Imperio Romano fue construido y mantenido por el trabajo de millones de esclavos. En la llamada “Edad Media” europea, la esclavitud y la servidumbre (en muchos aspectos similar a la esclavitud) fueron las instituciones fundamentales que mantuvieron las aristocracias territoriales y religiosas. El tráfico de esclavos provenientes de Africa fue la base de la “prosperidad” de los reinos Moros del Magreb norafricano. Más tarde, un siglo antes de la llegada de las primeras naves españolas a América, decenas de miles de Guanches, habitantes aborigenes de las Islas Canarias fueron hechos prisioneros para ser vendidos como esclavos para trabajar en las plantaciones de caña de la isla (portuguesa) de Madeira.
Por esa razón pareció lógico que ya desde los primeros contactos de los españoles y los portugueses con las comunidades de América se hayan capturado un cierto número de esclavos para ser vendidos en los mercados de la peninsula ibérica.
Tampoco es de extrañar que al establecerse las primeras colonias europeas en América también se hayan creado mercados para esclavos. Este hecho, que en Europa hubiera sido banal, en América, donde la esclavitud era prácticamente desconocida dió lugar al desencadenamiento de procesos totalmene nuevos para el continente. Los grupos locales dominantes hicieron cautivos en mucha mayor cantidad que antes, pero ahora con el fin de venderlos o pagar tributos a los recién llegados.
Asi aparecieron sistemas de captura y comercialización de esclavos en varios lugares de Amerrique del Norte, entre los guaraníes del pie de monte andino (chiriguanos izoceños), cerca de la actual ciudad de Santa Cruz, Bolivia, que esclavizaron a los chané, entre los kadijeu de Mato Grosso que esclavizaron a los terena, etc.
De "Amerrique, Huérfanos del Paraíso", Denilo Antón, Piriguazú Ediciones.

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