viernes, 28 de abril de 2017

Plantaciones agrícolas en el Sur de América
Hay abundantes datos acerca del carácter trashumante de los pueblos de las costas del Para Guazú (nombre guaraní del Río de la Plata) antes de la invasión europea. 

Al referirse a los pueblos que habitaban las orillas del gran río, los cronistas españoles señalaron repetidas veces que las naciones que y allí vivían no cultivaban, que sólo se alimentaban de la pesca y de la caza,  que no conocían población ni asiento fijo, en fin que eran pueblos nómades.
Sin embargo, en el continente del maíz y del tabaco, y en una zona de comunicaciones fáciles como era la región del Para Guazú, es inimaginable que pudieran existir pueblos que no conocieran la agricultura. 
Los propios cronistas europeos, al referirse a las producciones de varias comunidades locales -por ejemplo chandules-carios-guaraníes y chaná-timbúes- señalaron repetidas veces que éstos eran pueblos cultivadores de abatí o maíz, zapallo, mandioca y otros cultivos. Dada la cercanía geográfica entre los pueblos antes mencionados y los charrúas y otras naciones similares (vivían en la misma zona) y sus relaciones estrechas, que fueron probadas por el propio Ulrico Smidtl, cronista de la expedición de Pedro de Mendoza en 1535-15362,  es seguro que mantuvieran contactos frecuentes, incluyendo actividades de intercambio comercial. Por esa razón, no hay duda que los charrúas y miinuanes consumían habitualmente productos agrícolas, ya sea plantados por sus vecinos y obtenidos a través del comercio o cultivados por ellos mismos. Si bien no hay descripciones concretas de cultivos en las aldeas charrúas, no hay que olvidar que los primeros contactos de los que guardamos crónicas tuvieron lugar en un marco de agresión militar que impidió averiguar con precisión cómo funcionaba la economía de estos pueblos nativos. Por otra parte, la parcialísima y fragmentaria versión española acerca de la cultura original charrúa- minuán estaba limitada a los campamentos costeros (en donde la pesca constituía la actividad central). Es muy probable, al igual que sucede en varios pueblos chaqueños que fuera del ámbito de la costa, la agricultura constituyese una actividad complementaria asociada a pequeñas chacras escondidas en los montes, a lo largo de los itinerarios trashumantes anuales. Ello era seguramente así en el caso de las antiguas comunidades guenoas- minuanes quienes, según creemos, habitaban la región hoy conocida como «de los Cerritos de Indios» en la región  atlántico- lacunar.
Por lo menos, es seguro que la agricultura constituía una actividad secundaria en casi todos los pueblos. Si bien en el caso de algunas comunidades ésta podía ser prácticamente inexistente, en otras era una práctica habitual. 
En los últimos años, precisamente en los estudios arqueológicos de los «Cerritos de Indios» se encontraron silicofitolitos de maíz, porotos, zapallos y achiras, confirmando la existencia de actividades agrícolas antes de la  invasión europea. 

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