viernes, 27 de enero de 2017

 No hay vida sin agua
Danilo Antón
La presencia generalizada de agua líquida en nuestro planeta ha permitido la implantación y desarrollo de los procesos vitales, cosa que no ha sido, hasta ahora, identificado en ningún otro astro. La vida está intrínsecamente relacionada con el agua. El ADN, gigantesca molécula que constituye la base de todos los organismos conocidos, requiere, para su metabolismo y reproducción, estar en contacto con una solución acuosa de características apropiadas.  La mayoría de los organismos viven en el agua, y los que no lo hacen, llevan consigo su propio microambiente acuoso. En resumen, en este mundo, la vida no puede existir sin agua líquida. Recíprocamente, en los lugares en donde hay agua líquida, se dan las condiciones para el desarrollo de los procesos vitales. No sabemos si hay grandes volúmenes de agua en estado líquido en otros planetas. Seguramente hay agua subterránea (“acuíferos”) en Marte. Tal vez haya agua en el interior de la Luna terrestre. Hay fuertes indicios de océanos de agua cubiertos por una espesa capa congelada en algunas de las lunas de Júpiter (por ejemplo, Europa, no confundir con el continente) y en Encelado (una luna de Saturno).
Dadas las temperaturas bajas y extremas y condiciones de presión extremadamente bajas de estos astros, no es probable que se hayan desarrollado procesos vitales en sus superficies y mucho menos una situación “biosférica” como la que existe en La Tierra. En nuestro planeta, la vida “adeénica”6 ha colonizado prácticamente todos los ambientes acuáticos. Hay organismos vivos en las hirvientes emanaciones hidrotermales del fondo de los océanos, en las gotas de agua condensadas de las nubes troposféricas y en las aguas de fusión de los inlandsis antártico y groenlandés. Aún en las regiones más secas, donde la humedad atmosférica no excede nunca 20 o 30%, como ciertas zonas del Sahara en Africa o el Rub’ al Khali de Arabia, existen numerosas formas de vida adaptadas a esa situación (p. ej. plantas freatófitas, invertebrados, reptiles, mamíferos, microorganismos variados) que “transportan” sus soluciones acuosas protegidas de la sequedad exterior por membranas, cáscaras, pieles, costras u otros materiales aislantes. Esta colonización generalizada del medio acuoso líquido hace difícil diferenciar el agua de la vida. De allí que podamos afirmar que, en La Tierra, y probablemente en todo el universo el agua líquida y la vida constituyen un complejo inseparable.  

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