miércoles, 10 de agosto de 2016

    Reino Hashemita de Jordania (Primera Parte)
Danilo Antón

Históricamente el territorio de lo que es hoy Jordania está muy vinculado a los países que se encuentran al oeste del río Jordán, Palestina e Israel. 
Su superficie es 89,000 km2 con una población de 9,500,000 habitantes, incluyendo 2.1 millones de palestinos y 1,4 millones de refugiados sirios. 
Más de 4 millones viven en Amman, la capital,. 

Geografía
El territorio de Jordania está compuesto de una meseta con una altitud que varía entre 700  y 1.200 metros, disectada por valles y quebradas y algunas áreas montañosas algo más elevadas. Al oeste la topografía desciende hasta el eje fluvial y lacunar del Valle del Jordán. Éste último es parte del Gran Valle del Rift de norte a sur, con dos depresiones ocupadas por lagos, el Mar de Galilea (Lago Tiberíades) (actualmente bajo control Israelí) a unos 258 metros bajo el nivel del mar y  el Mar Muerto (cuyas aguas saladas están 415 metros bajo el 0 del mar). La depresión se continúa hacia el sur hasta el Golfo de Aqaba en el Mar Rojo. Las zonas montañosas alcanzan 1,200 metros en el norte y respectivamente 1,754 y 1854 metros en los picos Jabal Ramm y Jabal Umm al Dami. El borde occidental de la meseta forma una escarpa al oriente de la depresión Río Jordán-Mar Muerto y su continuación al sur. La mayoría de las cursos de agua, que generalmente presentan profundas incisiones, llevan agua sólo durante la corta estación de lluvias de invierno.
El clima es semiárido y árido con pluviosidades inferiores a 200 mm en el Desierto Oriental que es una continuación de los desiertos de Siria (al norte) y de Arabia (al sur). Esta zona denominada Al Badia está constituida por una estepa solo apta para el pastoreo de cabras y camellos. En  el valle del Jordán, (al pie de la escarpa occidental) en una franja de unos 50 kilómetros de extensión norte-sur y 3 a 5 kilómetros de ancho se realizan actividades agrícolas irrigadas y allí están las principales ciudades.  El área que ocupa dicha zona apenas excede los 100 km2.

Hay también algunas zonas elevadas en el norte y centro del país (por encima de 800 metros) que poseen mayor pluviosidad y allí se asientan varias poblaciones. Con todo las posibilidades productivas agrícolas del país son muy limitadas y necesita importar una parte importante de de sus necesidades alimenticias. Los ingresos del país, además de la producción agro-ganadera están vinculados al turismo, a las remesas de jordanos que viven en los países petroleros y en menor grado la industria. También se explotan los fosfatos y la potasa, pero no, a diferencia de sus vecinos árabes del Golfo no hay producción de hidrocarburos. En conclusión, la sociedad jordana, con una población numerosa que se acerca a los 10 millones de habitantes, experimenta dificultades desde el punto de vista económico que se han agravado recientemente debido a la presencia de más de 3 millones de refugiados.. 

Una historia antigua  

Tradicionalmente Una historia antigua se decía “Jordania es el desierto de Palestina” pero cuando se analiza la historia de la región se reconoce que es mucho más que eso. Por miles de años las tierras al este del río Jordan, constituidas por valles fértiles y oasis intercalados en un vasto desierto han sido hogar de muchos pueblos, reinos y culturas, desde los lejanos tiempos de los moabites, los amonites y los edomitas hasta la Jordania superpoblada y turística actual.
En el primer milenio antes de la era común (aproximadamente 1000 a.c.) había varias naciones en las riberas orientales del Jordan y del Mar Muerto. Sus poblaciones vivían de la agricultura, la cría de animales y el comercio con las caravanas que enlazaban el mar Mediterráneo con las sociedades mesopotámicas. El  Reino de Moab ocupaba la ribera este del mar Muerto, el Reino de Ammon se encontraba al norte de éste, mientras que al sur lindando  con el golfo de Aqaba sobre el mar Rojo,se encontraba el reino de Edom  Las tribus arameas, que tanto influirían con su lengua a los pueblos palestinos y judíos en la costa mediterránea, se extendían hacia los desiertos orientales.


Principales reinos en la cuenca del Jordán en los siglos X a Vi a.c.
En el territorio jordano actual, a partir del siglo VI a.c., se desarrolló la cultura árabe de los nabateos. Eran pueblos que controlaban una red comercial a lo largo de cadenas de oasis, rutas del desierto que los unían y con cultivos agrícolas concentrados en pequeñas áreas cerca de las ciudades. Los principales núcleos urbanos nabateos fueron Petra (al sur del territorio jordano actual), Madain Salah al norte del Hejaz árabe y Palmira en Siria..
Los nabateos construyeron imponentes monumentos funerarios excavados en la roca de los cuales hay magníficos ejemplos conservados en Petra y Madain Salah.


Monumento funerario nabateo excavado en arenisca en Petra

Los reinos nabateos sobrevivieron las invasiones macedónicas de Alejandro pero cayeron dominados por la expansión romana hacia el oriente en el siglo I a.c. En dicha región el imperio constituyó la provincia romana de Arabia Petraea

Provincia romana de Arabia Petraea
Desde la conversión del Emperador Constantino al Cristianismo y la fundación de Constantinopla, el país jordano pasó a fprmar parte del imperio que luego se llamaría bizantino. Jordania ya había sido un centro de refugio para los cristianos que huían de la persecución romana desde el siglo I d.c.
Durante el período bizantino las ciudades jordanas experimentaron un importante desarrollo económico y arquitectónico. En el reinado de Justiniano (527-565 d.c.) se construyeron muchas iglesias (basílicas) y el país se mantuvo sólidamente integrado a las estructuras del imperio.
Fue a partir de la conquista del territorio por los ejércitos árabes musulmanes  en el siglo VII que se produjeron los cambios más radicales que terminarían en la constitución de la provincia árabe Bilad-al-Sham (País del Norte).  Primeramente, las fuerzas musulmanas aparecieron en la frontera sur del territorio jordano (año 629 d.c.) enfrentando al ejército bizantino en la  batalla de Mu’tah (3 años antes de la muerte de Mahoma que ocurrió en el año 632). El ejército árabe tuvo muchas bajas y tuvo que replegarse. La verdadera invasión comenzó en el año 634 d.c. bajo el gobierno de los califas Abu Bakr y Umar ibn  Khattab.
Los principales líderes militares musulmanes en las batallas contra los bizantinos en Jordania y Siria fueron Khalid ibn al-Walid Yazid ibn Abu Sufyan a Khalid ibn al Walid. Los ejércitos bizantinos fueron derrotados y el territorio de Jordania fue integrado al imperio árabe islámico de los Omeyas.
El Califato de los Omeyas gobernó gran parte del Medio Oriente del año 621 al año 750 d.c.  En esa época, Amman, actual capital de Jordania, pasó a ser una ciudad importante del imperio y la sede del gobernador provincial.
En el año 750 los Omeyas  fueron sustituidos por la dinastía de los Abásies (750-1258) que desplazaron los centros de gravedad de Damasco y Amman hacia el oriente centrándose en Kufa y Bagdad (Iraq) con lo que las antiguas ciudades Omeyas perdieron importancia política y económica.


Extensión máxima del Califato de los Omeyas
Los abasíes continuarían en el poder en la región mesopotámica por varios siglos.  El último califa abasí de Bagdad fue al-Mu‘tasim quien muríó asesinado en 1258 por los mongoles
A partir del año 909 el territorio de Jordania y Siria pasó a formar parte del Califato Fatímí. Este movimiento religioso (fatimí) se inició como un movimiento chiíta ismailita fundado en Siria por el octavo iman Abd Allh a-Akbar. Los fatimíes afirmaban ser descendientes de Fátima, hija de Mahoma, y de su marido 'Ali ibn Abi Talib, el primer imán chií, de donde derivaba su nombre de «fatimíes». También sostenían que descendían de Muhammad ibn Ismail, el séptimo imán chiíta, al que consideraban el mesías (al-Mahdi) y que debía reaparecer el año 300 A. H. (año a partir de la Héjira en el calendario islámico).
La base principal fatimí se había desarrollado entre las tribus bereberes del Maghreb. De allí el movimiento se expandió a Egipto y desde Egipto se extendió a Jordania y Siria.


Extensión máxima del Califato Fatimí
En la segunda mitad del siglo X se produjo un cambio fundamental. Para mantener el poder los califas acudieron a mercenarios turcos y nubios que terminaron enfrentándose entre si y con las fuerzas bereberes que eran la base del ejército fatimí.  Los califas fatimíes perdieron poder hasta ser simplemente figuras simbólicas frente a visires turcos que efectivamente controlaban al país.
En el siglo XII aparece la figura de Saladino que habría de ser trascendental en la geopolítica de Siria y Egipto en los años subsiguientes.
Saladino era de origen kurdo originaro de la ciudad de Tikrit en Iraq. El padre de Saladino Najm ad-Din Ayyub y su tío Asad al-Din Shirkuh eran súbditos de Imad ad-Din Atabeg Zengi señor de Mosul y Alepo. Cuando Zengi falleció la familia de Saladino apoyó la sucesión a favor del hijo menor Nujr al-Din. Al triunfar este en las luchas de la sucesión el padre de Saladino recibió la gobernación de Damasco al padre, mientras que su tio obtuvo la jefatura del ejército. Saladino se incorporó al ejército bajo las órdenes de su tío como jefe militar de primera línea.

Saladino al frente de sus tropas
En 1163, el visir del califa fatimí al-Adid de Egipto, Shawar, que había sido expulsado del país por su rival Dirgham, de la poderosa tribu Banu Ruzzaik solicitó ayuda al Sultán Nur al-Din. Esta fue otorgado  en 1164 mediante el envío de una fuerza militar  Su petición de ayuda militar a Nur al-Din llevó a que en 1164 Shirkuh fuera enviado al frente de su ejército para apoyar a Shawar. Saladino, entonces un joven de 26 años, marchó con él. 
Tras reponer a Shawar como visir, éste reclamó la retirada del ejército de Shirkuh a cambio de treinta mil dinares, pero recibió una negativa ante el deseo del sultán sirio Nur al-Din de que sus tropas permanecieran en el país. La posición militar y política de Shirkuh se fortaleció en Egipto y en la práctica actuaba como primer ministro del califa fatimita en Egipto y al mismo tiempo como gobernador y representante del Sultán sirio.  A su muerte en 1169 Saladino fue elegido como su sucesor.
Cuando tomó el poder Saladino debió enfrentarse a las élites fatimíes, que temían que el visir (que era sunníta) acabara con el califato como efectivamente pasó. En 1169 tuvo lugar una conjura contra Saladino centrada en un eunuco negro que servía como mayordomo del califa. Saladino tuvo noticias del complot y ejecutó al eunuco mientras se hallaba fuera de la ciudad inspeccionando sus propiedades.
Esta ejecución desencadenó inmediatamente una rebelión de unidades militares formadas por negros con cerca de 50 000 efectivos, que eran la espina dorsal del ejército egipcio y las más leales a los fatimíes. Saladino sofocó la revuelta y reestructuró el ejército basándose en sus tropas sirias (kurdas y turcas, primordialmente) en vez de los mercenarios del Magreb que había sido lo normal en el país hasta entonces. De ese modo no solo creó un ejército más experimentado y preparado, sino que se garantizó un control personal sobre el mismo.
Tras la muerte del último califa fatimí, Saladino, que era en teoría un vasallo de Nur al-Din, pasó a ser en la práctica el gobernador de facto de Egipto: a  la vez que reconocía la autoridad del sultán de Siria. En los hechos gozaba de total independencia en su gobierno de Egipto, debido a la lejanía entre Damasco y El Cairo. 
Con Saladino se inauguró la dinastía ayubí (1171-1250) fue un linaje de sultanes de Siria y Egipto de origen kurdo. la dinastía ayubí que gobernaría Egipto y Siria en los años posteriores a su muerte ocurridas en el año 1193.. Saladino era defensor de la ortodoxia religiosa representada por el sunismo, unificó política y religiosamente el Oriente Próximo, combatiendo y liderando la lucha contra los cristianos cruzados y acabando con doctrinas que consideraba alejadas del culto oficial musulmán representadas por los califatos abasíes y Fatimíes..  
Saladino fue principalmente conocido por haber vencido a los Cruzados en la batalla de Hattin, ocupando de nuevo Jerusalén para los musulmanes y tomando Tierra Santa. El impacto de este acontecimiento en Occidente provocó la Tercera Cruzada liderada por el famoso Ricardo I de Inglaterra que se convirtió en mítica tanto para occidentales como para musulmanes.
La dinastía ayubí finalizó luego que su gobernante Al-Salih Ayyub se viera forzado a reclutar tropas mamelucas para combatir a los cruzados. En el año de 1250 los ayubíes perdieron definitivamente el poder en manos de sus mercenarios contratados.

Jinetes mamelucos
Los mamelucos, que tomaron el poder en los países de Medio Oriente fueron esclavos, en su mayoría de origen turco, procedentes de Asia Central, de las zonas del mar Negro y más al norte, islamizados e instruidos militarmente. En sus inicios sirvieron como soldados a las órdenes de los distintos califas abásidas y finalmente tomaron el poder, controlando Egipto y Siria hasta el año 1517 en que la región caería en poder otomano bajo el reinado del sultán Selim I.

Evolución histórica territorial del Imperio Otomano

La dominación otomana duró más de 3 siglos. Los otomanos establecieron gobiernos locales cobraron sus tributos y desarrollaron una administración burocrática sin modificar radicalmente las culturas locales.
Cuando varios siglos más tarde el  poder otomano se debilitó en la década de 1910 debido a la Primera Guerra Mundial se produjo una gran rebelión árabe contra los turcos con el apoyo de tribus beduinas, circasianos y cristianos.
La revuelta fue encabezada por los Hashemitas con la conducción de Sharif Hussein de Meca como una encarnación de un nuevo nacionalismo árabe alimentado por el resentimiento contra las autoridades otomanas. Esta rebelión fue estimulada y apoyada por los aliados en la I Guerra Mundial, especialmente Gran Bretaña y Francia.
La gran revolución  árabe ganó el control de la mayor parte de los territorios del Hejaz y del Levante, incluyendo la región al este del río Jordán. Sin embargo el gran país Pan-Árabe o logró reconocimiento internacional como estado independiente.
El acuerdo secreto Syjkes-Pikot de 1916 y la declaración de Balfour de 1917 fueron vistos como traiciones a previos acuerdos en que los británicos se comprometían a reconocer la independencia de un estado árabe unificado de Alepo a Adén bajo control de los hashemitas (Correspondencia Mc Mahon- Hussein de 1915).
En base a dichos acuerdos la región fue dividida y Abdullah I, segundo hijo de Sharif Hussein, “recibió” el territorio transjordano. Abdullah llegó por tren de Hejalz a Ma’an al sur de Jordania, donde fue recibido por líderes de Transjordania. En 1921 Abdullah estableció el Emirato de Transjordania que pasó a ser un protectorado británico.
Además de Transjordania, Gran Bretaña recibió el protectorado de Palestina mientras Francia lo recibió de Siria y Lïbano.  
En 1946, Jordania se convirtió en un estado independiente conocido oficialmente como el Reino Hachemita de Transjordania.
En 1948 Transjordania capturó Cisjordania durante la guerra árabe-israelí de 1948 y el nombre del estado fue cambiado a El Reino Hashemita de Jordania en 1949.

En la segunda parte desarrollamos la realidad actual del Reino Hashemita  de Jordania. 

Danilo Antón
El Mundo: Geografía, Historia y Algo Más          

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