jueves, 11 de febrero de 2016

La Gran Nación tupi-guaraní
La gran nación tupí-guaraní, se extendía a través de las selvas tropicales y subtropicales del este y sureste del continente sudamericano. Recibía el nombre de “guaraní” en las regiones surorientales (actuales estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Mato Grosso do Sul, en Brasil, en Paraguay oriental y en las provincias actuales de Misiones y Corrientes en la Argentina y con la denominación de “tupí” a lo largo de la costa atlántica de Brasil ocupando el territorio litoral en forma discontinua hasta la desembocadura del río Amazonas.
Si bien es difícil estimar la población total tupí-guaraní con precisión, es muy probable que constituyeran varios millones, tal vez más de diez.
Estaba formada por muchas naciones locales, algunas de las cuales eran muy numerosas.
Los tupinambá, que habitaban amplios sectores costeros, fueron los mejores descriptos por los invasores portugueses. De su lengua se derivó la "lingua geral" que fue el idioma dominante en la sociedad brasilera hasta mediados del siglo Xix.
Otros pueblos tupi-guaraníes de densa población eran los carios, que habitaban la banda oriental del río Paraguay, los “chiriguanos” (o «ava guaraníes») de las laderas orientales y pie de monte del macizo altiplánico, los guaraníes del delta del Paraná (chandules), los tupinikin y potiguaras de la costa nororiental del Brasil actual, los cocamas, los ñengatús y los omaguas amazónicos, entre otros.
Las comunidades tupí-guaraníes vivían en aldeas constituidas por varias malocas (viviendas colectivas), que se utilizaban por años hasta que las termites u otras causas de degradación determinaban su abandono. En ese momento se mudaban a otro lugar, donde establecían una nueva aldea y “abrían” nuevos cultivos en claros abiertos en la selva (rozas). Las zonas “abandonadas” se reintegraban gradualmente al entorno selvático.
Las malocas tupí-guaraní, eran casas de gran tamaño, alojaban varias decenas de personas de un conjunto de familias “extendidas”, que dormían en hamacas en un mismo ambiente.
Desde el punto de vista productivo, eran pueblos que plantaban, pescaban, recolectaban y cazaban, navegaban los ríos, las lagunas y las aguas de la costa con largas canoas construidas a partir de grandes troncos ahuecados.
Los tupí-guaraníes eran naciones guerreras y periódicamente se enfrentaban con sus vecinos, dando lugar a numerosos conflictos bélicos entre comunidades. Las guerras provocaban muchos muertos, generalmente varones, que perecían en las acciones propiamente dichas, o luego de ser hechos prisioneros, ejecutados e ingeridos ritualmente. La falta de varones favorecía las prácticas poligámicas, que se traducían en que los jefes y personas de poder , pudieran elegir segundas o terceras esposas, divorciándose de sus primeras mujeres. A su vez las viudas o esposas divorciadas, solían juntarse con jóvenes a quienes instruían en la vida de pareja.
La cultura guaraní tradicional era (y aún es) profundamente espiritual. Se manifiesta principalmente a través de su “modo de ser”, su ñande reko, expresión completa de su identidad, que puede ser ñande reko katu (modo de ser auténtico y verdadero) y ñande reko marangatu (modo de ser virtuoso). El pensamiento religioso tupí-guaraní se estructura alrededor de la búsqueda de la “tierra sin mal”. En ese sentido es un pueblo con los pies en movimiento, pero al mismo tiempo poseen una cosmovisión enraizada en la naturaleza.
Las naciones tupi-guaraníes sufrieron la conquista profundamente, la población disminuyó fuertemente en todas partes. Cientos de miles, tal vez millones de personas fueron esclavizadas, sobre todo para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar del nordeste de Brasil. Otra parte importante de la población fue “reducida” en misiones religiosas, perdiendo en gran medida su religión y costumbres ancestrales. Varios millones murieron a consecuencia de las enfermedades y guerras represivas que les impusieron los portugueses y españoles.
A pesar de ello, muchas comunidades tupí-guaraní lograron sobrevivir migrando y escondiéndose en la profundidad de los territorios selváticos.
En la actualidad el tronco étnico tupí-guaraní está constituido por varias naciones sobrevivientes: los kaiová- pai tavytera en Mato Grosso y Paraguay, los ava chiripa en Paraguay, los mbya en Paraguay, Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay y los ava guaraní o chiriguanos en los actuales departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija (Bolivia) y en Salta, Argentina, y los tapieté y guarayos en la región chaqueña (sobre todo Paraguay occidental y Bolivia suroriental). 
A pesar del genocidio que sufrieron desde la conquista, la población total tupí-guaraní es aún superior a los 100,000 habitantes en los cinco países donde habitan.

De "Las Primeras Naciones del Sur",  D.Antón, Piriguazú Ediciones

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